MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01CCCE41.4C4E0780" This document is a Single File Web Page, also known as a Web Archive file. If you are seeing this message, your browser or editor doesn't support Web Archive files. Please download a browser that supports Web Archive, such as Windows® Internet Explorer®. ------=_NextPart_01CCCE41.4C4E0780 Content-Location: file:///C:/1F024513/nuevos_musulmanes.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="windows-1252"
Eso es mi camino al Islam
Aisha De Colombia
Mi nombr=
e es
Aisha y soy colombiana y tengo 20 años, recuerdo que desde niña mama me
enseñaba todo lo relacionado a su religión, ella es adventista y mi papa no
profesa una religión firmemente, y desde que tengo uso de razón ella empezó=
a
inculcarme todo lo relacionado a esta doctrina y me decía que esa era la
verdadera religión y me daba muchas razones para yo también creer en ello y=
así
fui creciendo con esa misma mentalidad y creencias,
Nunca fui
bautizada pero si me consideraba muy creyente en esa religión, a veces iba =
a la
iglesia pero nunca estuve firmemente en ella, porque siempre me sentía como=
si
estuviera en el lugar equivocado, por alguna razón nunca me sentí satisfech=
a ni
conforme totalmente allí, es decir era como si yo no encajara, yo pensaba y=
me
decía a mi misma cuando voy a la iglesia no me siento como bienvenida, no s=
e si
yo doy a entenderme pero era una sensación extraña es decir, yo llegaba y l=
os
hermanos pues cada quien con lo suyo, no transmitían esa amistad que quizá =
yo
espera ver, en fin, pasaba el tiempo y las cosas pasaban las cosas cambiaba=
n,
un día conocí un joven en una pagina de internet lo que le llaman el facebo=
ok,
una vez ese muchacho empezó a hablar conmigo y me dijo que el vivía en la i=
ndia
yo dije uff que país tan lejos de Colombia en ese entonces yo ignoraba much=
as
cosas y en ese momento pensé que todas las personas en la india eran hindúe=
s, y
yo le pregunte tu eres hindú cierto? a lo que el contesto que no y me dijo =
yo
soy musulmán, y pues yo no sabia casi nada de esa religión, y empecé a hace=
rles
algunas preguntas alas que el me respondía amablemente, en fin dejamos de
hablar, y al día siguiente yo estaba en la internet buscando una tarea para=
un
trabajo de estudio, y de repente recordé la palabra musulmán e islam y dije=
buscare
en la internet aquí debe haber alguna información ya que aun me habían qued=
ado
muchas lagunas que quería aclarar sobre esa religión el ISLAM,
Alhamdul=
illah
encontré una excelente pagina www.islamreligion.com empeze a checkearla y vi
que también decía ayuda en vivo y me entro curiosidad así que pinche sobre
icono azul y sin darme cuenta empezaron a escribirme y a preguntarme mi nom=
bre
a saludarme y preguntar cuales eran mis dudas pues inmediatamente empecé a
preguntar ya que me sentía muy interesada en conocer un poquito sobre esta
doctrina y así fui empapándome mucho mas sobre el islam hasta que empezó a
gustarme mucho y un día pregunte como podría convertirme al islam y me dier=
on
todas las pautas suficiente y hasta me dijeron que podían llamarme a mi cas=
a y
hacer la shahada (el testimonio de fe) y sin dudarlo dije que si y lo hice,
debo decir que después de haberlo hecho sentí una sensación de tranquilidad=
y
paz, en realidad me llegue a sentir muy bien al haberlo hecho sin ningún
arrepentimiento, aunque me esperaba lo mas importante como decirles a mis
padres que ahora soy musulmana? Estaba muy nerviosa en realidad temía mas el
como debería decírselo ami mama ella me preocupaba mas que mi papa, de algu=
na
manera sabia que el me apoyaría aun mas que mi mama y así fue, deje pasar m=
as
de un mes para decidir cuando debería decirlo mientras tanto hacia me salat=
a
escondida para que nadie pudiera verme y darse cuenta en verdad me aterraba=
la
idea de decirlo, sin embargo yo no sabia que en mi ciudad existía una Mezqu=
ita,
pero un día estaba de compra en un almacén y vi a dos chicas que vestían con
hijabs, en ese momento me llamo la atención y corrí donde ellas a preguntar
algunas cositas hehe, y sin duda mi primera pregunta fue eres musulmana cie=
rto?
Hehe, a lo que ella respondió que si, debo decir que me alegro muchísimo
haberlas conocido les pregunte que si aquí en mi ciudad había alguna Mezqui=
ta y
me dijo que SI que solo había una (1) y yo dije Alhamdulillah que bueno de
inmediato pedí la dirección y todo y ellas me dijeron si quieres vamos junt=
as y
nosotros te mostramos en donde queda exactamente y yo les dije claro que
amables son, gracias y así fue hice una gran amistad con ellas de hecho aho=
ra
son unas de mis mejores amigas hehe, ya que me ayudaron bastante y también =
de
cómo debía decírselo a mi familia, así que decidí hacerlo en verdad estaba =
tan
asustada ese día pero ya no quería ocultarlo mas bueno era de esperarse su
reacción definitivamente no le gusto me dijo que por que le hacia esto?
Que si n=
o la
quería, en fin estaba bastante enojada y se sentía decepcionada eso me dolía
bastante ya que mi relación con mi mama era muy buena somos muy unidas y mi
temor era que con mi decisión ella fuese a distanciarse de mi, pasaron algu=
nos
días y yo decidí contarle a mi tío ya que tengo mucha confianza con el quie=
n me
apoyo y me dijo que si esa era mi decisión y si estaba realmente segura de =
lo
que hacia la aceptaba y hasta me dijo que hablaría con mi mama para tratar =
de
disuadirla y así lo hizo
El empez=
ó a
persuadirla y hacerla entender de mi decisión debo admitir que ella cambio
mucho me empezó hablar y a decirme que aun no le simpatizaba mucho mi decis=
ión
pero que la aceptaba que ella no iba interferir me sentí tranquila y bastan=
te
satisfecha porque sabia que al menos ya no ocultaría mas mi religión en la =
cual
me siento feliz, el islam es definitivamente cambio mi vida, me gusta la
amabilidad y la hermandad que hay entre los hermanos y hermanas en el islam=
, y
me di cuenta que realmente es la religión de la verdad, es la religión mas
compleja y completa que puede haber, el islam es infinito y le encontré
repuesta a todas mis dudas y me da mucho orgullo ser musulmana, y le pido A=
llah
(swt) que también guie a mis padres para que en un futuro muy cercano ellos
lleguen a conocer y convertirse al islam insha Allah.
Carla
De Italia
MI DESCUBRIMIENTO INCREIBLE DEL ISLAM
Cuando reci=
entemente
alguien me pregunto como me incorpore al Islam me tomó por sorpresa y me sentí un =
poco
desconcertada, porque nunca pensé que entrando en el Islam era un punto crí=
tico
cuando me hice la primera pregunta del catolicismo, cuando por primera vez =
quería
ser musulmana. Las respuestas a estas preguntas y muchas otras requiere
pensarlo mas de lo que nunca imagine, para poder realmente contestar estas
preguntas tengo que empezar desde el principio los puntos que en mi vida me
llevaron a finalmente aceptar la verdad del Islam. Me hice musulmana a la e=
dad
de 67 años y gracias a Dios que el me ha bendecido al hacerme una creyente =
del
Islam. :
Alá abre al Islam el pecho de aquél a quien Él quiere
dirigir. Y estrecha y oprime el pecho de aquél a quien Él quiere extraviar,
como si se elevara en el aire. Así muestra Alá la indignación contra quiene=
s no
creen (Coran 6:125).
Fui criada =
en
una casa estrictamente Católica Romana, la hija de en medio de tres niños, =
mi
padre trabajaba duro y muchas horas todos los días, él se iba temprano en la
mañana
y volvía muy
tarde en la noche. Todo lo hacia para que mi mama se quedara en casa y pudi=
era
cuidar de mis hermanas y a mi. Un día muy triste y desafortunado mi madre n=
os
dijo que él había tenido en un accidente de carro. El murió repentinamente y
nuestro mundo se vino abajo. Con todos los cambios que estaban ocurriendo, =
mi
madre nos dijo que tendría que volver a trabajar, mi madre quien antes había
sido enfermera, fue forzada a trabajar para mantenernos. Encontró un trabaj=
o in
el hospital local, muchas veces trabajando dos turnos, Pero con estas nuevas
responsabilidades no podía supervisar nuestra educación. Aunque nos envío a=
una
escuela católica, su trabajo la mantenía alejada de cuidar a sus hijas.
Por lo tanto
con tanto tiempo libre de pasar, me encontré pasando tiempo con mis amigos =
en
los cafés locales. Fue allí donde conocí a un hombre musulmán muy bueno qui=
en
más tarde se hizo mi esposo. Mi madre no sabia que yo estaba pasando tiempo=
con
este hombre. Es mas cuando le dije que estaba enamorada y quería casarme, e=
lla
me advirtió que éramos de dos diferentes culturas y que eventualmente
tendríamos problemas. Ella dijo que si tuviéramos hijos en un futuro,
indudablemente se desarrollarían problemas de religión. A los veinte años, =
no
podía imaginarme que habría problemas de religión en nuestro matrimonio. Es=
taba
tan enamorada y me sentía tan feliz de que alguien iba a hacerse cargo de m=
í.
Mi esposo no era muy religioso en ese entonces, y en lo mas profundo de mi
sentí que podría convertirlo al catolicismo. En cuanto a nosotros que tenía=
mos
el mismo origen étnico, me consideraba más de mente abierta y estaba
entusiasmada de abrazar una nueva cultura
En los
siguientes años todo parecía ir perfectamente. Nosotros éramos felices y ni
siquiera una vez la cultura o religión nos causó problemas. Dios nos bendijo
con un hermoso hijo y muchos años después con una preciosa hija. Todavía,
continuábamos de acuerdo con nuestras vidas e inclusive empecé a llevar a m=
is
hijos a la iglesia. Mi esposo nunca me impidió ir cada semana a la misa de =
los
domingos. Sin embargo, después de algún tiempo que empecé a llevar a mis hi=
jos
al templo, me dijo que no quería que los niños fuesen a la iglesia.
Sinceramente, yo estaba furiosa y disgustada. “¡Pero por qué no!”, objeté.
“Ninguna religión es mejor que la otra” le discutí. Yo realmente no entendía
que daño podía haber en que los llevase a la iglesia. Hasta ese momento, nu=
nca
antes habíamos discutido acerca de la religión. De hecho, yo nunca me había
siquiera preguntado que podría haber una religión diferente al catolicismo.
Había nacido católica y pensé que el catolicismo era la religión correcta. =
Para
explicaciones que no vale la pena mencionar, parecía que desde ese día en
adelante, muchos problemas fueron evidentes, discutíamos todo el tiempo de =
todo
y todos. Ahora las pequeñas cosas se volvían grandes. La religión se convir=
tió
en un punto de discusión entre nosotros. La diferencia de nuestras culturas=
se
volvió también un motivo de pelea. Discutíamos sobre nuestros parientes
políticos y aun peor, sobre la crianza de nuestros hijos. Todo sobre lo que=
mi
madre nos había advertido parecía estar haciéndose realidad.
La única=
paz
y armonía que ahora había entre nosotros era la sabiduría, sinceridad,
preocupación y amor que el padre de mi esposo, mi suegro, tenía sobre nuest=
ro
matrimonio. Mi suegro amaba a su hijo y a sus nietos, y también me amaba co=
mo a
una verdadera hija. Él era un musulmán devoto y religioso, y además un homb=
re
muy sabio. En ese entonces, como no estaba rodeada del Islam, mi suegro fue=
la
primera introducción que tuve al Islam. Él rezaba todas sus oraciones, ayun=
aba
durante el mes de Ramadán, y era muy generoso con los pobres. Podía sentir =
su
conexión con Dios. De hecho, mi suegro era tan amable con los necesitados q=
ue
cada día, al regresar a casa después de la oración del dhuhur en la mezquit=
a,
él invitaba a la casa a algún necesitado para almorzar con él. Esto era alg=
o de
todos los días. Los familiares mencionaron que él continuó con este hábito
hasta el día de su muerte a la edad de 95 años.
A mi sue=
gro
le disgustaban las discusiones entre mi esposo y yo, y nos aconsejó a encon=
trar
una solución antes de que los niños sufriesen a causa de nuestras peleas. Él
trató desesperadamente de ayudarnos a encontrar una solución. Aconsejó a su
hijo que me de espacio para practicar mi religión, pero ya no era tan sólo =
por
la religión. Me sentía frustrada y decidí tomarme un descanso. Cuando le pe=
dí a
mi esposo que nos separemos, él estuvo de acuerdo puesto que tal vez eso er=
a lo
mejor para nuestro matrimonio. Como dice el dicho “la ausencia incrementa el
amor”. Bueno, eso no sucedió en nuestro caso. De hecho la distancia hizo que
nuestros corazones se distancien más. Después de la separación, ambos quisi=
mos
que fuera permanente y acordamos en divorciarnos. A pesar de que deseaba
desesperadamente que mis hijos viviesen conmigo, ambos sentimos que era mej=
or
que los niños sean criados por su padre. Él estaba en una mejor posición
financiera para poder criarlos y darles muchas comodidades; algo que yo no
podía dar. ¡Cuánto los extrañé cada noche! Volví a vivir con mi madre y
continué viendo a mis hijos cada fin de semana. Mi ex esposo traía a nuestr=
os
hijos los viernes por la tarde y los recogía los domingos por la mañana. A
pesar de que este arreglo dolía, era mejor a nada.
Cada noc=
he
antes de ir a la cama leía la biblia. Cuando mis hijos me visitaban les leí=
a un
pasaje de la misma sin importar si ellos entendían o no. Después de leer un
pasaje, una noche pedía ayuda a Jesús, a la siguiente noche pedía ayuda a l=
os
ángeles, al siguiente a la Virgen María, y las otras noches a diferentes
Santos. Pero una noche ya no teníamos a quien pedir, se me habían acabado t=
odos
los santos. Entonces dije: “Ahora vamos a pedir a Dios”. Mi hijo preguntó:
“Bien ¿ahora quién es Dios?” Yo le respondí: “Él es Quien te ha creado, y m=
e ha
creado, Él es Eterno, nuestro Vecino”. Entonces él se quedó reflexionando,
pensando en esas palabras. A mi explicación, acaricié nuevamente mi cruz y
dije: “Ahora gracias a Dios”. Él miró a la cruz y dijo: “Mamá ¿quién es ést=
e?
Le dije: “Este es Dios, es el hijo de Dios”. Me replicó: “Pero hace un minu=
to
me dijiste que Dios es Eterno ¿cómo puede ser que éste está muerto?” Yo nun=
ca,
nunca en toda mi vida me había dado cuenta de ese hecho. Él me preguntó: “¿=
De
dónde vino este Dios?” Y le respondí: “Él vino del vientre de María, de la
Virgen María”. Dijo: “Oh, entonces él nació antes en algún tiempo”. Respond=
í:
“bien ¡si!” Mas luego dijo: “Pero me dijiste que Él es Eterno. Él nunca mue=
re y
nunca ha nacido”. Mi hijo, que en ese entonces tenía ocho años, me pidió
directamente: “¡Mamá! ¿Por qué no le pides ayuda sólo a Dios?” Estaba
sorprendida y atónita, y recuerdo haberme sentido un poco disgustada de que=
él
cuestionara mi religión. Le dije que yo también pedía a Dios. Sabía poco que
este hijo mío crecería y se convertiría en una constante espina en mi costa=
do,
siempre recordándome acerca de la necesidad de adorar al Dios Único y
Verdadero. ¡Gracias a Dios!
Termine
casándome unos años mas tarde y nos trasladamos a Australia con mi nuevo
esposo, mi ex-esposo se mudó con su familia a Arabia Saudita. Extrañaba ver=
a
mis hijos, pero a larga fue en Italia donde empecé una nueva familia y me
convertí en la madre de tres hijas más. Todavía, cada noche yo rezaba “en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Los años pasaron afanosa y
rápidamente. Un verano yo estaba muy emocionada, mi hijo y mi hija vendrían=
a
visitarme. Así que muchas cosas atravesaron por mi mente ¿Estarían ellos
felices de verme después de mi tan larga ausencia? ¿De qué hablaríamos? Recé
pidiendo ayuda. Todos mis temores desaparecieron en el primer momento que p=
osé
mi mirada en mis hijos en el aeropuerto. Había un lazo instantáneo entre ma=
dre
e hijos y fue como si no hubiese pasado el tiempo. Mi hijo era el más
conversador de los dos. Él se aseguró de recordarme que no comían cerdo, ni
alimentos que contenían alcohol. Le dije que recordaba eso de su religión. =
Le
comenté también que yo tampoco comía cerdo, ni bebía alcohol, un hábito que=
me
había quedado del tiempo que estaba casada con su padre. Respecto al vino, =
pues
me aseguraría de no cocinar con ello mientras estén conmigo en mi hogar.
Pasamos un
hermoso verano, conociéndonos el uno al otro, ellos conociendo a sus nuevas
hermanas, haciendo picnics, saliendo de excursiones, nadando. No quería que
terminase pero sabía que ellos ya tenían su vida en Arabia Saudita y que
necesitaban regresar. Hice a mi hija la temida pregunta de cómo la trataba =
su
madrastra, y realmente sentí felicidad cuando ella me dijo que la trataba c=
omo
a una hija.
Después de =
ese
verano mis hijos me visitaron juntos unas dos veces más. Cuando mi hijo cum=
plió
21, vino a vivir conmigo durante 6 meses. Discutíamos sobre la religión-
¡muchacho! ¿Vamos a discutir sobre religión? De cierta forma, mi hijo y yo
tenemos una personalidad muy parecida, pero también tenemos nuestras
diferencias y algunas muy obvias al respecto. Mientras que soy muy explosiv=
a en
las disputas, mi hijo es bastante tranquilo, así que él trata de mantener la
calma mientras ¡yo salgo de mis cabales! A pesar de este choque, creo que
funciona a nuestro favor porque así podemos encontrar un balance en nuestras
discusiones. Él y yo somos muy parecidos en la amabilidad, generosidad y ay=
uda
a la gente. Lo que más admiro de mi hijo es su dedicación a casi todo lo qu=
e él
hace. Él es una persona gentil y dulce, pero al mismo tiempo tiene fuertes
principios éticos y objetivos para obtener lo que se propone, lo cual admiro
mucho. Admiro también su capacidad de mantener el equilibrio en las situaci=
ones
más estresantes. Él es muy lógico y no se estanca demasiado en un problema.
Siempre trata de encontrar soluciones y neutralizar las situaciones tanto c=
omo
le sea posible. Yo continué rezando para que naciese en el corazón de mi hi=
jo
el anhelo de convertirse al catolicismo. Deseaba con todo mi ser que mi hij=
o se
volviese sacerdote- sentía que él sería un excelente predicador. Él era un =
buen
muchacho y muy temeroso de Dios, buenas cualidades para el sacerdocio. Cuan=
do
una vez le dije que sería un maravilloso clérigo, mi hijo sonrió y me dijo =
que
sería más factible que yo me volviese musulmana a que él se convirtiese en =
un
sacerdote católico.
No obstante=
, luego
de 6 meses mi hijo expresó su deseo de vivir en los Estados Unidos. Finalme=
nte,
él se estableció en América e hizo de su hogar Miami Florida. Mientras tant=
o yo
había enviudado quedándome con una hija adolescente en la casa. Mi hijo des=
eaba
realmente que yo fuese a vivir con él a América, así que partí hacia los
Estados Unidos con mi hija de 17 años. Nos agradó mucho la vida allá y mi h=
ija
rápidamente empezó a hacer su vida. Nada había cambiado entre mi hijo y yo-
continuábamos hablando acerca del Catolicismo y el Islam, y ninguno de noso=
tros
'cedía'. Algunas veces, cuando surgía el tema de la trinidad y no podía
encontrar ninguna respuesta o refutarle, yo sólo levantaba las manos y me
marchaba. Me enfadaba mucho lo que para mi era, un ataque a mi religión.
“¿Por qué no
puedes ser como los demás?” le pregunté, “otros musulmanes me aceptan y no
tratan de convertirme”. “Yo no soy como los demás” me respondió, “Yo te amo,
soy tu hijo y quiero que vayas al Paraíso”. Le dije que iba a ir al Paraíso=
- yo
soy una mujer buena y honesta a quien no le gusta mentir, robar o engañar. =
Él
me suplicaba que leyese, aprendiese y descubra el Islam. Me trajo libros pa=
ra
que pudiese ampliar mi mente, pero lo rechacé. Nací católica e iba a morir =
como
católica.
En los próx=
imos
10 años, me quedé viviendo con mi hijo, su esposa y familia. Sin embargo,
deseaba también pasar un tiempo con mi hija quien aún se encontraba viviend=
o en
Arabia Saudita. No era fácil conseguir la visa. Mi hijo bromeaba diciendo q=
ue
si tan sólo aceptase el Islam podría conseguir la visa para la Umrah. Le di=
je
duramente que yo no era musulmana. Después de un arduo esfuerzo y unas cuan=
tas
conexiones, se me dio una visa de visitante para poder ir a ver a mi hija q=
uien
ahora era la madre de tres niños. Antes de partir, mi hijo me dio un abrazo=
de
oso y me dijo cuanto me amaba y deseaba con todo su corazón el Paraíso para=
mí.
También me dijo que tenía todo lo que quería en esta vida, excepto que su m=
adre
se vuelva musulmana. Me comentó que rezaba todos los días a Dios (Al-lah) p=
ara
que Él cambie mi corazón y acepte el Islam. Y yo le dije que eso nunca
sucedería.
Visité a=
mi
hija en Arabia Saudita y me enamoré del país, del clima y la gente. Pasados=
los
seis meses no quise irme, así que pedí una extensión de la visa. Escuchaba =
el
Adhan (llamado a la oración) 5 veces al día y veía a los fieles cerrar sus
negocios y dirigirse a la oración. A pesar de que eso era muy conmovedor,
continué leyendo mi biblia todas las mañanas y tardes, y repitiendo
constantemente el rosario. Ni una sola vez mi hija o algún otro musulmán me
habló del islam o trató de convertirme. Ellos me respetaban y me permitían
practicar mi religión.
Mi hijo
estaba viniendo a Arabia Saudita para visitarme. Yo estaba muy feliz ya que=
lo
extrañaba mucho. Ni bien llegó, él estaba de nuevo tras de mí hablándome de=
la
religión y la unicidad de Dios. Estaba enojada, le dije que había estado en
Arabia Saudita por un año y nadie, ni siquiera una sola vez me habían habla=
do
de la religión. Y él, en su segunda noche aquí, empieza inmediatamente a
predicarme. Se disculpó y me dijo que quería que yo aceptase el Islam. Le
recalqué nuevamente que nunca dejaría el cristianismo. Él me preguntó acerc=
a de
la Trinidad y cómo podía creer en algo que simplemente no tenía ningún sent=
ido
lógico. Me recordó que inclusive yo tenía dudas al respecto. Le respondí qu=
e no
todo tiene que tener sentido- que sólo debía tener fe. Parecía que él aceptó
esta respuesta y me sentí feliz porque finalmente gané una discusión sobre =
la
religión. Luego mi hijo me pidió que le explicase el milagro de Jesús. ¡Aja=
! Yo
pensé, finalmente estoy llegando a algo. Le expliqué el milagro del nacimie=
nto
de Jesús, la Virgen María, cómo Jesús murió por nuestros pecados, que Dios
insufló Su espíritu en él, Jesús como Dios e hijo de Dios. Todo el tiempo q=
ue
estuve hablando él permaneció callado- sin refutar-, mi hijo ¿callado?
Entonces, tranquilamente me preguntó, “Mamá, si Jesús murió por nuestros
pecados un viernes, y luego como tú dijiste, resucitó tres días después en =
un
domingo, entonces ¿quién reinó el mundo durante esos tres días?” “Mamá ¿me
puedes explicar?” Pensé en lo lógico de esa pregunta y en ese momento, me di
cuenta que no tenía ningún sentido.
Le contesté=
que
Jesús era el hijo de Dios. Jesús y Dios eran uno y el mismo. Mi hijo respon=
dió:
“Las vacas tienen becerros; pequeñas vacas. Los gatos tienen gatitos; peque=
ños
gatos. Los humanos tienen niños, pequeños humanos. Si Dios tiene un hijo, ¿=
Qué
es él? ¿Un pequeño Dios? Si es así, entonces ¿tienes dos dioses? Luego me
preguntó: “Mamá, ¿podrías alguna vez llegar a ser Dios?” “¡Qué pregunta
absurda!” le respondí, los humanos nunca pueden ser un Dios. (Ahora, realme=
nte
me estaba enfureciendo). Luego me preguntó: “¿Era Jesús un ser humano?” Le
respondí que sí. Entonces dijo: “Por lo tanto, el nunca podría ser Dios”. El
asegurar que Dios se hizo hombre es también un absurdo. No es propio de Dios
tomar las características humanas porque significaría que el Creador se vol=
vió
Su creación. Sin embargo, la creación es un producto del acto creativo del
Creador. Si el Creador se vuelve Su creación, significaría que el Creador se
creó a Sí mismo, lo cual es un absurdo. Para ser creado, primero Él no tend=
ría
que existir, y si no existió, entonces ¿cómo Él podría crear? Además, si Él
hubiese sido creado, significaría que tuvo un principio lo cual contradice =
Su
Ser Eterno. Por definición, la creación necesita un Creador. Para que los s=
eres
creados existan deben tener un creador que los haga existir. Dios no puede =
necesitar
un creador porque Dios es el Creador. Por lo tanto, hay una obvia contradic=
ción
en términos. El asegurar que Dios se hizo hombre (Su creación) implica que =
Él
necesita un Creador, lo cual es un concepto descabellado. Esto contradice el
concepto fundamental de que Dios no ha sido creado, no necesita creador por=
que
es el Creador. Sabiendo que no tenía una respuesta para él, le dije: “Déjame
pensar en la respuesta”.
Esa noche p=
ensé
larga y profundamente en las palabras de mi hijo. La idea de que Jesús era =
el
hijo de Dios ya no tenía sentido para mí. Ya tampoco podía aceptar que Jesú=
s y
Dios eran uno y el mismo. Antes de ir a dormir esa noche, mi hijo me pidió =
que
rece a Dios antes de dormir y que Le pida sólo a Él que me guie al camino
correcto. Yo le prometí que iba a suplicar sinceramente a Dios por la
respuesta. Fui a mi cuarto y leí el libro que mi hijo me había dado. Luego,
abrí el Sagrado Corán y empecé a leer. Era como si algo hubiese sido levant=
ado
de mi corazón. Me sentí diferente. Vi la verdad en el Islam. ¿Contra qué ha=
bía
estado peleando todos estos años?
Esa noche le recé sólo a Dios- no a Jesús, ni a María, ni a los ángeles, ni santos, ni al espíritu santo. Solamente a Dios le lloré y pedí que me guiase. Le pedí que= si el Islam era el camino correcto entonces que por favor cambiase mi corazón = y mi mente. Me fui a dormir, y a la siguiente mañana me desperté y anuncié a mi = hijo que estaba lista para abrazar el Islam. Él estaba atónito. Ambos empezamos a llorar. Mi hija y mi nieta fueron llamadas y observaron cuando atestigüé, <= o:p>
أشهد أن لا
إله إلاَّ
الله و أشهد
أن محمد رسول
الله
"ASH-HADU ANLA ELAHA ILLA-ALLA=
H WA
ASH-HADU ANNA MOHAMMADAN RASUL-ALLAH".
"Non
c'è altro Dio al di fuori di Dio, e Mohammed (saw) è il Messaggero di
Dio."
“No existe
divinidad excepto Al-lah y Muhammad (saws) es Su mensajero y último Profeta=
”.
Me sentí una
mujer diferente. Estaba feliz como si alguien hubiese sacado un velo obscur=
o de
mi corazón. Todos los que me conocían no podían creer que yo me haya conver=
tido.
Algunas veces, ¡Incluso yo no lo podía creer! Pero el Islam es tan verdader=
o,
tan pacífico y sereno.
Después, mi
hijo regresó a los Estados Unidos. Aprendí a recitar el capítulo de la aper=
tura
(Al-Fatiha) en árabe y como hacer las oraciones. Continué mi vida como ante=
s,
sólo que ahora soy una musulmana. Siempre me gustó asistir a las reuniones
familiares con mi hija, y también a eventos sociales. Asistía a bodas y
reuniones de familiares y amigos, fiesta de henna, de recién nacidos (aqiqa=
), y
a las reuniones cuando alguien fallecía. Cerca de 6 meses después que me ha=
bía
convertido al Islam, asistí a una reunión de un funeral que realmente tocó =
mi
corazón y reforzó más lo que siento de la hermosa religión que es el Islam.=
Un
muchacho había fallecido a causa de una enfermedad. Cuando mi hija estaba a
punto de partir para dar las condolencias, le pregunté si conocía bien a la
familia. Ella me contestó que no. “¿Entonces para que ir? Le pregunté. “Por=
que
la familia está afligida, y es mi deber en el Islam el ir y tal vez ayudar =
en
lo que pueda”. Decidí vestirme e ir con ella. Fui junto a mi hija a dar las
condolencias a la familia del joven y me quedé atónita por la cantidad de g=
ente
que asistió. Estaba sorprendida y conmovida de que tanta gente haya ido a d=
ar
su apoyo a la familia. Todo lo que pude pensar cuando vi a la familia dolie=
nte
es ¡Qué hermosa religión es el Islam! Donde mucha gente siente que es su
responsabilidad el ir a dar su apoyo. Y un evento donde los musulmanes mues=
tran
una manifestación de simpatía es otro momento que demuestra la belleza del
Islam.
Ahora ya=
son
tres años que soy musulmana, Alhamdulillah. Desde ese entonces, he realizad=
o la
Umrah dos veces con mis hijos. Mi hijo, mi hija y yo visitamos la Kaaba y la
Mezquita de nuestro amado Profeta en Medina. Recién cumplí 70 años,
Alhamdulillah. Algunas veces me acuerdo en toda la dificultad y tristeza que
debí causarle a mi hijo. También me pregunto si mi hija me hubiese presiona=
do
un poquito tal vez me hubiese convertido mucho antes. Pero mi hijo me hace
recuerdo de que es Al-lah, El mejor Planificador. Y es Él, el Único que pue=
de
dar a una persona hidaya (la guía), y lee un verso del Quran, “Ciertamente
tú no guías a quien amas sino que Al-lah guía a quien quiere” (Quran
28:56). Cada día agradezco a Al-lah por haberme honrado y bendecido al guia=
rme
al camino del Islam y hacerme una musulmana. Ameen.
MI
DESCUBRIMIENTO INCREIBLE DEL ISLAM también está disponible en las siguientes idiomas : Árabe, Francés, Alemán, Hebr=
eo, Italiano, Hola=
ndés, Portugués, Espa=
ñol y Taga=
log.
www.islamicbulletin.com ⇒=
=
Enter Here ⇒ =
How I Embraced Islam<=
/a>.
Malik
Mohammed Hassan
Malik
Mohammed Hassan, Canadá
Descripción:
Influenciado por figuras como Alex Haley y Malcolm X, el interés de un homb=
re
ciego en el Islam lo llevó a aceptar el Islam
Antes que nada, me gustaría comenzar diciendo que =
esta
historia verdadera no es por mi propia fama o admiración, sino por la causa=
de
mi Señor y tu Señor, Dios. Todas las alabanzas se
deben a Dios, el Señor de los mundos, el Generoso, el Misericordioso, Sober=
ano
del día del Juicio Final. Me gustaría repetirles algo que escuché: un viaje=
de
cientos de millas ha comenzado con el primer paso, y este es el primer paso=
de
mi viaje.
Mi nombre es Malik Mohammed Hassan, y hace poco qu=
e me
he convertido al Islam. Cuando estaba en la escuela primaria, me topé con el
Islam al leer el libro Raíces de Alex Haley. Me enseñó un poco acerca
del fuerte deseo que poseen los musulmanes, incluso yo. También me topé con
Allah. Nunca había escuchado nada acerca de Allah en su forma real hasta que
leí este libro, y fue muy curioso. Luego comencé a leer acerca de la Nación=
del
Islam (específicamente acerca de Malcolm X), y me fascinó la devoción que t=
enía
ante Dios, especialmente después de dejar la Nación del Islam. Leer acerca =
de
Malcolm me hizo pensar en Dios quien (como de costumbre) no tenía ninguna
limitación… física y, siendo una persona totalmente ciega, me relacioné con
esas personas: las personas a las que Malcolm y Haley se referían como
musulmanes. Continué leyendo lo que pude sobre el Islam, que no fue tanto c=
omo
podría haber sido. Mi material de lectura era muy limitado, porque como ya =
he
dicho, soy una persona totalmente ciega, y el material disponible acerca del
Islam en Braile o en audio era muy escaso y muy general. Creo que era porqu=
e el
material al que yo tenía acceso no había sido escrito por musulmanes, y
mostraban lo más oscuro del Islam. Creo que la mayoría de la literatura esc=
rita
por cristianos y no musulmanes acerca del Islam tiende a hacer eso todo el
tiempo. Tampoco sabía que había musulmanes en Halifak, por lo tanto, no con=
ocía
a ninguno. Tampoco conocía la asociación islámica local hasta que me conver=
tí
en musulmán.
Por lo tanto, leí lo que pude hasta mi primer año =
en
la escuela secundaria, en el mes de mayo, en 1996, cuando recibí una llamada
ofreciéndome la participación en un campamento para personas ciegas y
visualmente imposibilitadas, conocido en Canadá como Score. Acepté y=
les
envié una hoja de vida, y gracias a Dios, me aceptaron para trabajar.
Al principio, realmente no quería ir, pero algo me
decía que sería una buena idea ir. Entonces, el 30 de Junio de 1996 abordé =
un
avión de Nueva Escocia hasta Toronto y realicé mi último viaje como no
musulmán; solo que todavía no lo sabía.
Llegué a Toronto, y todo fue bastante normal al
principio… fue el segundo día cuando comenzó el viaje de cientos de millas.=
Llegué un domingo, y al próximo día conocí a una
persona que utilizó su poder divino para ayudarme en el hermoso camino de la
religión del Islam. Conocí a una hermana llamada [xxxx], y si lee esto, esp=
ero
que no se enoje al ver su nombre.
Cuando la conocí, quise hablar con ella inmediatam=
ente
porque me gustó su nombre. Le pregunte de que origen era su nombre y me dijo
que era árabe; entonces le pregunté si era musulmana y me respondió que si.
Inmediatamente comencé a contarle lo que ya sabía del Islam, que duró unos =
diez
segundos. Comencé a hacerle preguntas y también le pedí que me enseñara ace=
rca
del Islam.
Un incidente particular que me viene a la mente es
cuando todos los trabajadores del campamento fueron a un juego de baseball,=
y
la hermana comenzó a hablarme del Islam y se perdió casi todo el juego.
Bien, de todos modos, hablamos unos tres, tal vez
cuatro días acerca del Islam, y el 5 de Julio, si mi memoria no me falla, me
convertí en musulmán. Mi vida ha sido totalmente diferente desde entonces.
Percibo las cosas de un modo diferente y finalmente siento que pertenezco a=
una
familia. Todos los musulmanes son hermanos y hermanas en el Islam por lo que
debo tener aproximadamente unos 1.2 mil millones de hermanos y hermanas de =
los
cuales me enorgullezco ser parte. Finalmente sé lo que se siente ser humild=
e y
adorar a un Dios imperceptible a los cinco sentidos.
Para todo no-musulmán que lea esto, solo piensen en
esto. Es bueno aprender, pero nunca sabes cuando serás probado, y si no te
encuentras en la clase en el momento del examen final, sin importar cuanto
sepas, nunca recibirás ningún crédito. Por lo tanto he dicho, es bueno
aprender, pero si quieres recibir los créditos, apúntate a la clase. En otr=
as
palabras, declarar la Shahadah (testimonio de fe) y dejar que Dios te enseñe
todo lo que necesitas saber. Créeme la recompensa vale la pena. Se podría d=
ecir
que la recompensa es literalmente el cielo.
Si sale algo bueno de esta historia todo es gracia=
s a
Dios; solo los errores son míos. Me gustaría mencionar un dicho del Profeta
Muhammad que tuvo un gran efecto en mí:
“Adora a Dios como si lo vieras y a pesar de que n=
o lo
ves, sabe que Él si te ve a ti”. (Sahih Muslim)
Dr.
Ali Selman Benoist
Dr. Ali Selman Benoist,
ex-católico, Francia |
|
Como Doc=
tor
en Medicina y descendiente de una familia católica francesa, la misma decis=
ión
de mi profesión me ha dado una sólida cultura científica que me ha preparado
muy poco para una vida mística. No es que no creyera en Dios, sino que los
dogmas y ritos del cristianismo en general y del catolicismo en particular
nunca me permitieron sentir Su presencia. Es así como mi sentimiento monote=
ísta
por Dios me prohibía aceptar el dogma de la Trinidad y, consecuentemente, e=
l de
la divinidad de Jesucristo.
Sin cono=
cer
aún el Islam yo ya estaba creyendo en la primera parte de la Kalima, La =
ilah
illa Allah (No hay deidad sino Allah), y en estos versos del Corán:
“Di: Él =
es
Dios, la única divinidad. Dios es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y =
Él
no necesita de nadie]. No engendró, ni fue engendrado. No hay nada ni nadie=
que
sea semejante a Él”. (Corán 112:1-4)
Entonces,
fue primero que todo por razones metafísicas que me adherí al Islam. Otras
razones también me motivaron a hacerlo. Por ejemplo, mi negativa de aceptar=
a
los sacerdotes, quienes, más o menos, dicen poseer de parte de Dios el pode=
r de
perdonar los pecados del hombre. Más aún, nunca pude admitir el rito católi=
co
de la comunión por medio de la hostia, representando el cuerpo de Jesucrist=
o,
un rito que me parece pertenece a prácticas [totémicas] de pueblos primitiv=
os,
donde el cuerpo del tótem ancestral, el tabú de los vivientes, debía ser
consumido luego de su muerte, con el fin de asimilar mejor su personalidad.
Otro punto que me alejó del cristianismo fue el absoluto silencio que manti=
ene
con relación a la limpieza del cuerpo, particularmente antes de las oracion=
es,
lo que siempre me pareció una ofensa contra Dios. Pues si Él nos dio un alm=
a,
también nos dio un cuerpo, el cual no tenemos derecho a descuidar. El mismo
silencio podía ser observado, y esta vez mezclado con hostilidad, con relac=
ión
a la vida fisiológica del ser humano, mientras en este punto el Islam me
parecía que era la única religión de acuerdo con la naturaleza humana.
El eleme=
nto
esencial y definitivo de mi conversión al Islam fue el Corán. Empecé a
estudiarlo, antes de mi conversión, con el espíritu crítico de un intelectu=
al
occidental, y le debo mucho al magnífico trabajo del señor Malek Bennabi,
titulado Le Phenomene Coranique, el cual me convenció de que fue
divinamente revelado. Hay ciertos versículos de este libro, el Corán, revel=
ado
hace más de 14 siglos, el cual enseña exactamente las mismas nociones que la
mayoría que los más modernos investigadores científicos. Esto definitivamen=
te
me convenció y me convirtió a la segunda parte del testimonio de fe: ‘Muham=
mad
Rasul Allah’ (Muhammad es el Mensajero de Allah).
Esta fue= mi razón para presentarme por mí mismo el 20 de Febrero de 1953 en la mezquita= de París, donde declaré mi fe en el Islam y fui registrado como un musulmán po= r el Mufti de dicha mezquita, y me fue dado el nombre musulmán de ‘Ali Selman’.<= o:p>
Soy muy
feliz en mi nueva fe y proclamo una vez más:
“Atestig=
uo
que no hay deidad salvo Allah, y atestiguo que Muhammad es el Siervo y
Mensajero de Allah”.
Kätlin Hommik-Mrabte, ex-cristiana, Estonia
Mi primer
recuerdo es del tiempo en que yo tenía 3 años de edad. Recuerdo haberle
preguntado a mi padre: “¿Qué me pasará cuando muera?” Él se sorprendió much=
o al
oír tal pregunta de mi pequeña mente, y desafortunadamente no fue capaz de
contestarme. Aquí, en Estonia, durante el mandato soviético la fe era
considerada un tabú y nadie tenía permitido hablar acerca de eso –sólo la g=
ente
loca cree en Dios (nos decían), pues ¿cómo podemos nosotros creer en algo q=
ue
no vemos? Nuestros cosmonautas fueron al espacio y no vieron a Dios sentado=
en
una nube, con su vestido blanco y su larga barba gris, ¡por lo tanto, Él no
existe!–. Siendo él mismo un hijo de esa sociedad, mi padre fue totalmente
incapaz de darme una respuesta adecuada. Dijo: “Bueno, querida, tú simpleme=
nte
te dormirías en el suelo...”
Nunca he
escuchado algo más ilógico o aterrador que la respuesta de mi padre ese día.
Eso me hizo buscar la verdad aunque sólo tenía 3 años. Pero había un largo
camino delante de mí. Siempre he sabido, o de hecho sentido, que Dios exist=
ía
aunque no fuera capaz de darle un nombre. Yo sabía que Él simplemente exist=
ía y
que estaba siempre ahí observándome. Si yo tenía que ser una buena niña, no=
era
por causa de mis padres, era por Él; porque Él era el único que me vería en
cualquier parte en la que yo estuviera, y no mis padres.
Cuando f=
ui a
la escuela, mis preguntas se volvieron tan difíciles que mi padre me envío a
ver a su madre, mi abuela. Ella nació durante la primera república de Eston=
ia,
de manera que ella fue bautizada como cualquier otra persona de su edad. El=
la
fue la primera que me dijo que llamara Dios a Dios, y ella también me enseñ=
ó el
“Padre nuestro”. De la misma forma, ella me dijo que no la recitara en públ=
ico
o mis padres estarían en problemas, yo me prometí a mí misma que aprendería=
más
a medida que creciera.
Y así lo
hice. A la edad de 11 años, al tiempo en que obtuvimos nuestra independenci=
a de
la Unión Soviética, fui a una escuela dominical (una clase especial para ni=
ños
para aprender acerca del cristianismo, usualmente impartida por la esposa d=
el
sacerdote al mismo tiempo en que los padres van a la iglesia)... pero de al=
lí
me expulsaron. Ellos me dijeron que estaba haciendo muchas preguntas que no
debía hacer, que tenía una falta de fe. Yo no los entendía, no encontraba n=
ada
malo con querer saber cómo es que Cristo es considerado el hijo de Dios si =
Dios
no se casó con María, y cómo es que Adán no es el hijo de Dios, aunque él no
tuvo ni madre ni padre. Pero esta clase de curiosidad fue simplemente demas=
iado
para la profesora.
Cuando
cumplí 15 años empecé a aprender más acerca del cristianismo por mi propia
cuenta. Me consideraba a mí misma una cristiana, si podía dejar por fuera e=
sto
y aquello y… al final me di cuenta de que no podía considerarme a mí misma =
una
cristiana si no aceptaba tantas cosas de esa religión. Tenía que buscar algo
más…
Luego de
aprender acerca de diferentes clases de religiones, finalmente encontré el
Islam. Como había estado previamente tan decepcionada del cristianismo, me =
tomó
un largo tiempo estudiar el Islam en principio; pero valió la pena.<=
span
lang=3DES-CO style=3D'font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman","serif=
";
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";mso-ansi-language:ES-CO'>
Cuando la
gente me pregunta por qué me volví musulmana, usualmente les digo que no me
convertí en una, yo siempre había sido musulmana, pero simplemente no me da=
ba
cuenta de ello. A medida que descubría el Islam, me tomó 3 años darme cuenta
que yo lo era verdaderamente. Entonces, si alguien me pregunta si estoy seg=
ura,
yo puedo contestarle, sin ninguna duda en absoluto: ¡¡¡Sí!!! Eso es lo que =
yo
soy, lo que siempre he sido. Entonces, finalmente a la edad de 21 años me
convertí al Islam; ¡Alabado sea Dios!
Me conve=
rtí
al Islam justo después del mes del Ramadán, en 2001. Ramadán es un tiempo
hermoso y se trata de ayunar, mantenerse lejos de los placeres físicos, hac=
er
que tu mente domine a tu cuerpo, y pensar acerca de los que son menos
afortunados que tú. Así es exactamente cómo me siento acerca de mi vida ant=
es
de convertirme en musulmana: yo estaba ayunando del alimento que más necesi=
ta
un ser humano, ¡la “comida” para su mente y su corazón! Estaba continuamente
trabajando para mejorarme a mí misma, constantemente orando para encontrar =
la
paz interior, constantemente analizando la situación en esta vida…
Aún no t=
engo
una explicación totalmente lógica de por qué exactamente me convertí DESPUÉ=
S de
Ramadán y no ANTES o DURANTE este mes. Yo ayuné todo el mes de Ramadán y lu=
ego
me convertí. Me imagino que tenía que purificarme a mí misma; tenía que tom=
ar
el último paso hacia aceptar la perfección.
Estar
privado de comida y bebida es una cosa, pero estar privado de conocimiento =
o de
la simple verdad, créanme, es aún más difícil. Es por esto que cada vez que
ayunamos no sólo debemos pensar acerca de cuándo llegará el minuto que nos
permitiría comer y beber y probar todas las cosas buenas hechas por las muj=
eres
de nuestra casa para romper el ayuno; sino que también deberíamos pensar ac=
erca
de las otras personas que están privadas, no sólo de la comida, sino de la
bendición de ser musulmán, la bendición de estar tan cerca de la perfección=
y
la verdad. Como musulmanes somos realmente bendecidos: ayunamos una vez al =
año
para hacer de nosotros mismos mejores personas, pero la mayoría de la gente=
en
este mundo deben ayunar grandes partes de sus vidas en la búsqueda de la ve=
rdad.
Gerda, ex-cristiana, Lituania
Yo soy d=
e un
pequeño país de Europa Oriental llamado Lituania, donde el cristianismo es =
la religión
dominante, y donde un bebé en sus primeros días en el mundo es hecho cristi=
ano.
Yo nunca he sido atea, pero nunca me consideré a mí misma una buena cristia=
na.
Fue el tiempo cuando yo estaba yendo a la iglesia cada domingo, no solo por=
la
oración, sino para ayudar al sacerdote y para cantar en el coro de la igles=
ia,
que tenía a Dios en mi corazón al máximo; aunque yo les preguntaba a mis pa=
dres
por qué me habían bautizado sin preguntarme si yo quería ser cristiana o no=
.
Toda mi
vida, como la recuerdo, no pude ser una buena cristiana y no pude entender =
el
significado de la religión cristiana. Pero estaba buscando su significado. =
Yo
solía leer muchos libros acerca del cristianismo, al tiempo que le pedía
continuamente ayuda al sacerdote. Podría decir que yo sentía y yo creía que
“Alguien” estaba observándome, pero no podía llamarme cristiana.
La vida =
sin
la guía de Dios Todopoderoso era difícil, solitaria y me inspiraba temor do=
nde
fuera que iba. Estaba buscando a Dios todo el tiempo y, sin embargo, yo sen=
tía
que É=
l estaba=
tan
cerca de mí. Sentía la ayuda de Dios todo el tiempo conmigo; sentía que Él =
me
hablaba. Veía cómo Él estaba cuidándome y dejándome encontrar la forma de v=
ida
que Él ya había escogido para mí. Estaba tratando de entender una gran cant=
idad
de signos que Él me estaba enviando diariamente.
Yo soy la
segunda hija en mi familia, y los dolores de parto de mi madre conmigo fuer=
on
mucho más duros que con su primer bebé. Yo fui muy afortunada de sobrevivir=
al
parto, y creo que Dios me salvó la vida. Luego de dos serios accidentes
posteriores en mi vida, sobre los cuales la gente decía que nadie hubiera
podido sobrevivir luego de ellos, yo empecé realmente a apreciar mi vida. S=
entí
qué tan frágil era la vida humana y que solo Dios sabía cuánto tiempo iba a
vivir.
Dios me =
dejó
confiar en Él cada minuto de mi vida y esto me ayudó a disfrutarla incluso
cuando estaba enferma o sintiéndome mal. Yo sé que Dios nos está dando todo=
y
quiere que le agradezcamos, para que entendamos que Él está haciendo eso só=
lo
por nosotros.
Tuve un
accidente de automóvil justo luego de mis exámenes de graduación, y me fue
dicho que me quedara en cama por no menos de seis semanas. Sólo podía mover=
mi
cabeza y mis brazos, pero con la ayuda de Dios, sin embargo, terminé mi col=
egio
y entré a la universidad mientras aún yacía en la cama. ¡Incluso mi doctor =
no
podía creer que yo lograra tanto! La mayoría de la gente estaría gritando de
dolor o pidiendo por una píldora que los hiciera dormir. No podía ser solo
suerte, eso fue un milagro de Dios con seguridad. Luego de esto mi fe se
incrementó, pero “Alguien” aún me mantenía lejos de la iglesia. Ahora puedo
entender lo que estaba pasando –para mí, la iglesia no era el camino hacia
Dios.
El verda=
dero
entendimiento de Dios, lo que yo había estado deseando por tanto tiempo y el
cual sería mi único camino a la verdadera felicidad a través de la calma de=
mi
alma, lo encontré a través de mi esposo. Cómo nos conocimos el uno al otro =
fue
uno de los milagros de Dios también. Al principio, nunca hablamos acerca de=
la
religión y nunca tuvimos desacuerdos sobre ese tema. Un día, cuando yo esta=
ba
de muy buen humor porque me había encontrado a un viejo amigo, él (en ese
entonces nosotros aún no estábamos casados) me dijo que quería darme la mej=
or cosa
en su vida: la fe. Dios puso las palabras correctas en sus labios ese día, =
y yo
estaba realmente interesada en oír lo que él tenía que decir acerca del Sag=
rado
Corán, acerca de los milagros escritos en él y acerca de los significados de
cada movimiento de su cuerpo mientras él oraba. A pesar de que fue solo una
conversación sobre el tópico, fue suficiente para hacerme leer tantos libros
como pudiera yo hacer llegar a mis manos. Con cada libro, con cada página,
empecé a entender lo que estaba haciendo falta en mi vida, esto era lo que =
yo
había estado buscando por todos esos años cuando estaba pidiendo ayuda a los
sacerdotes. Los libros me hablaban a mí, Dios me estaba hablando a través de
los libros. Encontré respuestas para una gran cantidad de preguntas; encont=
ré
calma en mi alma mientras que aquellos a mí alrededor estaban aún buscando.=
Me volví
musulmana tan solo hace unos pocos meses, y es asombroso sentir el milagro =
de
un renacimiento en la fe. Dios me amó tanto que me dejó nacer de nuevo a pe=
sar
de que yo ya tenía 21 años, una edad en la que fui capaz de apreciar Su
asombroso regalo. Ahora soy una musulmana. ¡Nadie puede creer qué tan diferente es ser musulm=
án!
Dios me =
hizo
ver el sol en una forma diferente a la que yo estaba acostumbrada a verlo c=
uando
era cristiana. El sol tiene un significado diferente para mí ahora. Yo se que e=
sta
luz del sol que Dios nos está enviando cada día es su forma de mostrarnos
cuánto se preocupa por nosotros, cuánto nos ama. Debido a Su misericordia,
nosotros no nos sentimos con frío y podemos ver el mundo en muchos colores.
Dios creó la noche con el fin de mostrarnos qué tan asombrosa es Su luz. Él=
nos
hizo confiar en que luego de una fría y oscura noche, Él nos traerá una her=
mosa
y fresca mañana. De esta forma, Dios nos está mostrando signos. Él nos dio =
ojos
para ver Sus palabras en cada milagro.
Yo estoy=
tan
feliz y agradecida con el regalo de Dios de ver este mundo de nuevo para
finalmente apreciar mi vida. Él me dio una nueva y fresca luz en mi vida, y
ahora puedo ver Sus signos en todo a mi alrededo=
r en
una forma diferente. En todo lo que hago, en todos los lugares adonde voy, =
Dios
está diciéndome bienvenida. En milagros que Él está mostrándome, veo que es=
toy
en el camino correcto, que Él está conmigo (en Su Sabiduría). El mundo no
cambió en un día, incluso no cambió en 21 años. Todo lo que ha cambiado es =
la
calidad de mi vida cuando el verdadero entendimiento de Dios llegó a mi
corazón.
Yo deseo=
que
todo el mundo cambie también. Ahora la gente está molesta y cansada de busc=
ar
la calma a través del éxito mundano. Están cansados de odiarse los unos a l=
os
otros, y de estar celosos unos de otros. Las naciones tratan de sobrevivir
luchando entre ellas; los países tratan de vivir en paz pero no pueden estar
sin la guerra. Cada día el mundo se hunde más y más profundamente. La única
forma de detenerlo es hacer del Islam la forma de vida de la humanidad. Con
amor y conocimiento de Dios en el corazón de cada uno, encontraremos y
disfrutaremos la vida con la que estamos soñando hasta ahora. Nosotros
construiremos un futuro optimista para nuestros hijos; no estaremos asustad=
os
de encontrarnos los unos con los otros y vivir como una sola humanidad.
Bilal Morales, México
La histo=
ria
de mi encuentro con el Islam comienza hace dos años. Era como cualquier mor=
món
practicante de su religión, asistía todos los domingos a la iglesia a los
servicios religiosos, asistía a todas las actividades de la iglesia, daba
visitas a miembros de la iglesia inactivos, participaba en ocasiones en la =
obra
de predicación y poseía el sacerdocio, administraba la santa cena (similar =
a la
eucaristía) y participaba de la obra vicaria en el templo... incluso asistí=
a a
un colegio mormón.
Planeaba
servir como misionero, de hecho, me estaba preparando para asistir a la
misión... todo mi mundo social y espiritual giraba alrededor de la iglesia y
ocupaba todo mi tiempo. Leía la Biblia, el Libro de Mormón y las otras
escrituras mormonas a conciencia, ayudando mi lectura con otros libros edit=
ados
por la iglesia. Los que más leía era libros de l=
os
"profetas modernos" y sus enseñanzas e interpretaciones de las
escrituras. Para esto, aclaro, que el líder de la iglesia mormona –cuyo nom=
bre
completo es "La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos
Días"– recibe el título de “profeta”, y como tal se le considera igual=
que
los profetas Moisés y Abraham, paz sea con ellos; se considera un revelador=
y
vidente de Dios, que en caso necesario puede obrar milagros.
Era feli=
z en
apariencia –quizá inicialmente sí lo era– pero a medida que leía más y más =
las
doctrinas y las enseñanzas que daban, me eran más difíciles de asimilar y
empezaba a dudar de mi fe; y aunque no enseñaban nada que me fuera a dañar,
cada vez me confiaba menos del "evangelio" que me decían. A menudo
pensaba en el fundador de la Iglesia, José Smith, cuando dudaba mucho en su
juventud y al preguntar en oración por la respuesta, dijo que aparecieron D=
ios
y Jesucristo para decirle que fundara la iglesia porque las otras estaban en
error, y me decía que si aparecieron a él por qué a mí no me iban a aparecer
que también tengo dudas.
Seguí
dudando varios meses, pero aun así asistía a los servicios pues se me había
enseñado que fuera de la iglesia todo es error y falsedad; y aunque quería
dejar la iglesia, no me creía con ganas de estar en el "mundo" y =
ser
"mundano". En el fondo ya había dejado de creer en el Libro de
Mormón; aun así me aferraba a las enseñanzas mormonas, pero a la vez me hice
más crítico con la iglesia. Posteriormente, caí en una enfermedad larga y en
ese estado me hice consciente de que en verdad necesitaba a Dios en mi vida,
así que decidí buscarlo.
Mi prime=
ra
impresión fue que debía buscar información acerca de mi religión para salir=
de
dudas. Leí todo el material disponible que tenía de la iglesia, y en vez de
aumentar mi fe empecé a notar serias contradicciones y problemas en la
doctrina; y el hecho de que José Smith había visto a Cristo y a Dios se
convirtió para mí en un engaño, siendo que antes era el pilar de mi creenci=
a.
El resultado fue que dejé de creer en absolutamente todo, menos en que Dios
existía. Encontré satisfacción en sesiones metafísicas de terapia, pero las
abandoné. No pretendo ridiculizar ni atacar las creencias mormonas ni a sus
miembros, de hecho, estoy muy agradecido por el consuelo y la amistad que
muchos de ellos me brindaron; pero un dato curioso que encontré es que un l=
ibro
sagrado de la Iglesia llamado "Libro de Abraham" fue traducido por
José Smith de un papiro egipcio encontrado en unas catacumbas. Al buscar
información me di cuenta de que incluso habían encontrado partes de ese pap=
iro
y que al traducirlo varios egiptólogos de renombre se habían dado cuenta de=
que
solo eran textos funerarios egipcios y no un libro escrito por el profeta
Abraham. Ahí fue mi desengaño total, aunque ya tenía bases para decidirme a=
no
creer.
Algunos
amigos mormones me decían: "¿Porqué dudas? ¿Dónde quedó tu testimonio?=
No
hagas caso de los engaños de Satanás, esta iglesia es verdadera..."
Algunos incluso me decían: "Esa manía tuya de querer encontrarle a tod=
o un
‘por qué’, por eso estás así"... Pero yo siempre contestaba a mis aden=
tros
que la fe no es ciega y que la verdad no teme ser examinada ni puesta a
prueba... aunque verbalmente les decía: "¿Sabes qué?, tienes
razón"...
Decidido=
a
encontrar a Dios, estudié personalmente la Biblia y me di cuenta de que muc=
has
de las ideas que obtenía de ella eran iguales a las de los testigos de Jeho=
vá, así
que decidí pedir información con unos testigos de Jehová; estaba fascinado,
porque tras haber perdido la esencia de mi vida me la estaban devolviendo, =
pero
esa creencia siempre la noté como conjeturas humanas, investigué a fondo y =
no
me convencieron. Sin saber qué hacer, me dije: "Entonces, asiste a
cualquier iglesia cristiana", pero no podía. Si esas dos religiones que
eran las más convincentes para mí no me acercaban a Dios, entonces ninguna =
otra
lo haría; además, eran religiones muy corrientes como, la bautista o
evangélica, las únicas que me quedaban, y la iglesia católica está muy desv=
iada
y desprestigiada como para buscar solución ahí. Aunque asimilaba ideas de e=
stas
religiones, incluidos los testigos de Jehová, nunca tuve el deseo de perten=
ecer
a ninguna de ellas, a pesar de que tuve oportunidades para convertirme.
Me sentía
vacío y apagado, mi rostro ya no irradiaba felicidad ni se veía alegre, en =
el
fondo no me sentía feliz, así que decidí de momento "olvidarme de esa
tonta búsqueda mía" y hacer lo que me viniera en gana. Hice algunas co=
sas
de las que me arrepiento, pero no fueron nada grave ni de lo que me tenga q=
ue
avergonzar. A pesar de todo seguía pensando que Dios estaba en algún lugar;=
aparte, tenía una moralidad muy fuerte y arraigada, y esta me permitió no c=
aer
en las drogas ni en vicios. Pero en ese momento me sentía como una hoja al
viento, sin rumbo. No aguanté mucho tiempo así, me sentía tan perdido y tan
lejano de Dios, veía la fe como una cuestión ajena a mi vida y ya no hacía
oración. Le reprochaba a Dios continuamente Su irresponsabilidad al dejar q=
ue
alguien que Lo buscaba sinceramente fuera llevado de un lado a otro; pero l=
os
caminos que Dios nos traza solo Él los conoce, y yo no sabía lo que vendría
después.
Tiempo
después, tuve un ligero acercamiento con algunas ideas judías que hicieron =
que
en mí entrara la curiosidad de conocer a fondo la religión judía. Por mi
instrucción bíblica, pensaba que a final de cuentas Dios se había revelado a
ellos inicialmente y que Jesús era judío. Al investigar al judaísmo me conv=
encí
profundamente de que solo hay un Dios al que adorar. Solo compré el Tanaj y=
un
libro de Salmos. Aunque me había planteado convertirme al judaísmo, nunca lo
intenté realmente porque, además de que nunca pasaría de ser un judío de
"segunda categoría" al ser converso, lo que decían el Talmud y la
Halajá daban el panorama de que Dios se preocupaba en exceso por los detall=
es
mínimos de la adoración y relegaba la espiritualidad y el verdadero propósi=
to
de la fe a un segundo término; eso, sin contar que en la página de un rabino
supe que uno de los requisitos para hacerme judío era apoyar financierament=
e a
"Eretz Israel" y noté que se insultaba a Jesús, la paz sea con él,
continuamente.
Me
encontraba peor que antes, porque de nuevo pensaba que no tenía más que hac=
er
que declararme deísta y seguir mi vida como mejor me pareciera; ahí fue cua=
ndo
dejé de creer en la Biblia, aunque después encontraría información
concerniente. A esto amplifico que, debido a mi contacto con el judaísmo, y=
a no
consideraba lógico ver a Jesucristo como mi salvador personal, ni le veía p=
ies
ni cabeza a la expiación y por eso solo me consideraba deísta. En ese momen=
to,
mamá y otros conocidos solían reprocharme mi "herejía", y pensaban
que mi alejamiento de la religión era por malos ejemplos y malas actitudes =
que
anteriormente había vivido de parte de algunos miembros de la iglesia. Para
esto, aclaro que, aunque los malos ejemplos y groserías me hirieron en algu=
nas
ocasiones, no relacioné la religión con el comportamiento de sus miembros, =
pues
a final de cuentas todos somos humanos, nos equivocamos y no podemos juzgar=
a
un médico porque su paciente no tome la medicina o la tome incorrectamente.=
En ese
momento, me dije: "Que va, no puedes estar de este modo o enloquecerás=
".
Y en una epifanía que tuve cuando estaba a punto de dormir me vino a la men=
te
el Islam. Hasta ese momento no me había pasado por la cabeza considerar al
Islam, además de que los ataques terroristas no me habían dado una buena im=
agen
de los musulmanes. Todo fue diferente a lo que esperaba, aunque tenía un
ejemplar de los signos del Corán al español, nunca lo había leído; pero al
encontrar tantas páginas islámicas, decidí leer, conocer e investigar, incl=
uso
entré a un foro islámico para informarme más. Imaginaba encontrar gente
planeando ataques y páginas que vindicaran a Al Qaeda, pero no podía estar =
más
equivocado. Las páginas desmitificaban todos estos y otros conceptos
equivocados referentes al Islam, y todo lo explicaban de una manera tan lóg=
ica
y sencilla que decidí conocer más. Investigué al profeta Muhammad,
sallallahu ‘alaihi wa sallam, y al Corán, y todas aquellas dudas que había
olvidado que tenía respecto a Dios y que me formulaba, recibieron respuesta=
; y
todo aquello que me confundía ahora tenía sentido. Conocí hermanos que me h=
an
ayudado y me han brindado su amistad de forma muy sincera. Al entrar al Isl=
am,
lo primero que noté es que me sentí como en casa, aunque los conceptos eran
"nuevos" todo lo sentía extrañamente familiar, se había arraigado=
en
mi ser y era como si el Islam me hubiera estado esperando todo este tiempo.=
He
vuelto a confiar en Dios y he hallado nuevamente el sentido de mi existenci=
a,
trato de hacer la voluntad de Al-lah y sé que Al-lah Fue tan Sabio que me
permitió conocer tantas creencias y tener tantas dudas para prepararme y
reconocer al Islam como Su única religión verdadera. Puedo decir que Al-lah=
, en
Su misericordia, Vio algo bueno en mí para responder mis tantas súplicas y =
para
acercarme al Islam y a la puerta hacia el Paraíso.
Beatriz, España
-LEYLA-BEATRIZ-
Desde que
era muy pequeña, el mundo árabe me había fascinado mucho. A la edad de 5 añ=
os,
por la noche, mi madre me contaba cuentos para dormir, pero yo lo único que
quería escuchar era "Aladino" y "Las 1.000 y una noches"=
;.
Era tal mi obsesión con el mundo árabe, que ya ha esta edad le decía a mi m=
ama
que de mayor me iba a casar con un árabe.
Como es
comprensible mi madre se echaba ha reir. Me decía que estaba loca y que eso
solo eran imaginaciones mias.
Cuando f= uí ya más mayorcita, sobre los 14 años, me apunté a una asociación que lucha contra el racismo y la xenofobia (Movimiento contra la Intolerancia) donde conocí a muchas personas del magreb que me enseñaron las bases del Islam. <= o:p>
La verda=
d es
que con esta edad, tenía muchos pajaritos en la cabeza y en lo único que
pensaba era en divertirme, pero por fin, las bases ya las tenía creadas.
A medida=
que
iban pasando los años, me dí cuenta de que no me gustaba mucho salir con las
amigas a divertirme, lo que realmente me gustaba era quedarme en casa a ver
documentales del Islam y leyendo libritos que me iban regalando.
Cuando t=
enía
21 años conocí al hombre que me enseño todo, alhamdulillah, mi marid=
o.
El es marroquí, de Fez concretamente, y gracias a Al-lah, después a él, abr=
acé
el Islam ese mismo año.
Desde
entonces, casi han pasado 5 años, y me siento afortunada. Sé que el día en =
que
nací era musulmana, que mi destino estaba escrit=
o. Doy
gracias a Al-lah ta'ala por elegirme para ir por el camino correcto.
Todavía =
me
queda mucho camino por andar y por aprender, además tengo un incentivo muy
importante en mi vida, que es mi hija (Nadia) a la que le tengo que enseñar
todo lo que yo se.
Bueno
hermanos, espero que les haya gustado mi historia.
Que la
gracia de Al-lah os ilumine y os guie por el camino correcto hasta llegar al
paraíso.
Salam aleikum wa rahmatullahi Al-lah ta'ala wa barakatuh
Asia, Argentina
Bismilahi Ar-rahmani Ar-rahim.
Mi nombre es Asia y soy argentina. Fui educada como católica aunque =
en
mi casa no practicaban ninguna religión. Nunca sentí que el cristianismo, en
ninguna de sus formas, me llenara, si bien hubo épocas en mi vida muy oscur=
as
en las que sentí que no había nada para llenar y que todo lo espiritual era=
una
tontería. Me case muy joven con un hombre con quien tenía un parentesco
político y tuvimos 2 hijos. El matrimonio empezó a tener problemas debido a=
la
injerencia de nuestros respectivos padres que no nos dejaban vivir nuestra =
vida,
además no éramos compatibles en lo más mínimo. Cuando mis problemas conyuga=
les
comenzaron y de a poco nos fuimos separando mi esposo y yo, comencé también=
a
beber y a tomar pastillas. En mi casa eran campeones en esto de las pastill=
as,
mi madre me las suministraba desde niña y yo misma en mi adolescencia sabía
manejarlas. Pero lentamente tanto el alcohol como los psicofármacos me
manejaron a mí, no yo a ellos como creía. Mi progresiva adicción se detuvo =
unos
años durante mi segundo embarazo para retornar más agresiva y virulenta que
nunca cuando desteté a mi nena. Y, hermanos, comencé a beber y a visitar
psiquiatras que me daban más y más pastillas.
Me separé de mi primer marido y de a poco me fui encaminando hacia el
abismo total. En un momento, y por espacio de varios meses, no eran solo el
alcohol y las pastillas lo que me sacaban de la realidad, sino que también
había desarrollado una progresiva adicción al sexo que me hacía buscar pare=
jas
en Internet, las que fueran a veces dos o tres hombres por día. Yo rezaba p=
ara
que Dios no me dejara seguir viviendo así pero de nada me servía, al menos =
eso
creía yo. Y deseaba morir pero no me animaba a suicidarme. Cuando me enteré=
de
que un antiguo amigo mío y compañero de copas se había arrojado de un sépti=
mo
piso, me tome un frasco de un antipsicótico y me fui a dar el pésame a su
madre. Ella me vio y me recomendó un grupo de Alcohólicos Anónimos. No fui
enseguida, claro, pero tampoco tiré el papel que me dio, lo dejé en mi cart=
era.
En tanto me acordaba de mi amigo y brindaba por él, segura de que pronto lo
acompañaría en cuanto pudiera juntar el valor necesario… Pero sin duda esa =
no
era la voluntad de Al-lah para conmigo… Por mi parte, yo, sola en un mundo =
que
creía vacío, sin amigos y sin Dios, caminaba por las calles borracha y
obsesionada por el sonido de mis propios pasos que por la noche resonaban y
resonaban en las veredas de mi ciudad dormida… Un día no lo aguanté más, y
después de beber ostentosamente a pocos metros de la escuela donde trabajaba
(cuando no estaba con licencia médica, claro) decidí buscar ayuda en AA y
empezó un largo camino para mí porque enseguida conocí Narcóticos Anónimos
donde, luego de unos meses de mucho sufrimiento y recaídas, conseguí finalm=
ente
estar limpia hasta el día de hoy, hace casi 6 años. En AA conocí a mi segun=
do
marido con quien tuvimos un nene. Él, que en ese momento llevaba casi 30 añ=
os
sin beber, me ayudó mucho también y juntos empezamos a tratar de vivir de u=
na
forma espiritual. Para esta época él se apareció un día con unos libritos d=
e un
centro islámico y me prestó también una selección de traducciones del Sagra=
do
Corán, las que devoré, y fue ahí cuando empecé a creer. Sin embargo, no era=
mi
momento, ya que no hice mucho al respecto. Eso sí, todo el tiempo, durante =
años,
repetí en castellano que “no hay más Dios que Dios (Al-lah)”, la primera pa=
rte
de la Shahada. Fueron unos años en los que me reintegré a mi trabajo, me oc=
upé
de mis hijos, en especial de los dos más pequeños, me afirmé en mi recupera=
ción
y decidí abrir un grupo de Narcóticos Anónimos en mi ciudad ya que no lo ha=
bía
y el más cercano estaba a 40 km . Fue una tarea
difícil, mucha soledad, gente conflictiva y las propias limitaciones mías m=
ás
de una vez me hicieron sentirme arrepentida de haberme metido en eso. Por e=
so
le pedía a Al-lah permanentemente que me Orientara, que me Hiciera digna de
sostener semejante empresa, que me Purificara para convertirme en Su
instrumento para ayudar a los que estaban tan enfermos como yo lo estuve un
día. Cuando el grupo comenzó a prosperar me sentí tan agradecida que no sé =
cómo
me acordé de los libritos los cuales aun no había devuelto. Y los volví a
devorar y solo había en ese momento alabanzas para Dios en mi corazón y
agradecimiento. Y cuando le pedí, como es según el programa de AA y de
Narcóticos Anónimos que “me Mostrara Su Voluntad y me Diera la fortaleza pa=
ra
cumplirla”, empecé a buscar en Internet sobre Islam y encontré una página d=
onde
ayudaban por chat a la conversión, hablé con el Sr. Rashad y el Sr. Anas y =
decidí,
todo gracias a Al-lah, concretar el camino que el Misericordiosísimo Había
preparado para mí desde mucho antes, que era la vuelta al Islam. Así que fu=
i a
una mezquita y delante de unas hermanas pronuncié muy emocionada mi testimo=
nio
de fe. Me preguntaron si tenía alguna duda y le dije que no, ¿cómo podría
cuando fue Al-lah Quien quitó mi vergüenza y amorosamente me fue llevando h=
acia
Él? Me quedé pensando que leí que cuando tú das un paso hacia Al-lah, Él da
diez hacia ti, eso es sin duda así. Nada se le oculta de lo que hay en los
corazones y siempre Responde las plegarias que le hacemos, como Respondió l=
as
mías cuando fue conveniente, las mismas que le hacía cuando vagaba por las
calles enajenada por las sustancias y la deshonra. Solo debemos esperar e ir
hacia Él, que la recompensa será impensable.
Al día siguiente de mi testimonio de fe volví a mi grupo, y fue como=
un
regalo porque extrañamente ese día estaban todos, aún los que pensé que ya =
no
volverían, y las lágrimas asomaron a mis ojos. Solo debo decir que a los 2
meses de mi conversión comencé a usar el hiyab permanentemente, que =
lo
uso en la actualidad para ir a todos lados, también a mi trabajo, donde no
tengo problemas gracias a Al-lah, y espero seguir en el Din mientras viva. =
Mi marido está en proceso de conversión y hago du’a todo el tiempo p=
ara
que eso suceda lo antes posible. Todo sea según la voluntad de Al-lah, Quie=
n me
salvó y a Quien mi alma y mi vida le pertenecen. En verdad es Justo y
Misericordioso.
Assalamu alaikum wa rahmatul-lah.
Amparo,
España
“Descubrir
el Islam fue para mí como un regalo inesperado, un regalo de Al-lah (Dios)”=
.
Hay personas que tr=
as una
búsqueda, más o menos intensa, acaban encontrando aquello que les proporcio=
na
satisfacción espiritual, otras que nunca han sentido esa inquietud, y dentr=
o de
éstas hallaríamos un reducido grupo de personas, entre las que me incluyo, =
que
tras encontrarlo nos damos cuenta de nuestra profunda inmersión en un mundo
interno y externo vacíos, que habíamos intentado rellenar, consciente o
inconscientemente, de pura materia, materia etérea que se desvanece ante la=
más
mínima afrenta o dificultad.
Gracias a Al-lah, he
logrado vislumbrar e interiorizar la Verdad del Islam, creciendo con ello e=
n el
ámbito personal, intentando potenciar, día a día, todo aquello que sea posi=
tivo
para mí, para mi familia y para la sociedad con la que convivo, luchando
fuertemente para mejorar en todas las facetas de la vida (para la Dunia y la
Ajirah) como persona, como mujer y como musulmana, a través de mis distintos
roles: como profesional-matrona, como estudiante y como parte activa en mi
familia y mi matrimonio, así como en la sociedad, musulmana y no musulmana,=
con
la que convivo.
Por todo ello, reiv=
indico
desde estas líneas, la posición que Al-lah nos ha dado a las mujeres y que,=
por
tanto, ningún otro ser humano, hombre o mujer, tiene derecho a arrebatarnos=
:
- Nuestra posición =
de honor
dentro de la sociedad, como seres humanos que somos, cuyos deberes parece q=
ue
todo el mundo tenga claros, pero cuyos derechos deben ser reconocidos y
aceptados por los demás: derecho a una vida “digna”, derecho a la libertad =
en
todas sus facetas, incluyendo por supuesto, el derecho a buscar la Ciencia
“desde la cuna hasta la tumba”, como incentivó nuestro Profeta Muhammad SAW;
derecho a ser creyente, derecho a expresarse y a no someterse, ni humillarse
ante ningún ser humano, porque sólo Al-lah está por encima de nosotros.
Aisha Larrache, México
Mi encuentro con el
Islam
Por Ayesha Umm Kareem Larrache
Conocì el Islam por
internet en noviembre del 2001, lo recuerdo bien porque estaba en mi nuevo
trabajo, esa computadora tenía instalado el sistema de chat llamado ICQ que=
yo
desconocìa por completo. Un musulmán de Argelia comenzó a hablarme en franc=
és
pero nunca le contesté, pero un día me dijo en español "hola" y h=
ablé
con él, me dijo su nombre "Mohamed", la delicadeza de sus modales
llamaron mucho mi atención, entonces tomé el Atlas y busqué Argelia ubicada=
en
el norte de África 98% musulmanes y 2% minorías de judíos y cristianos y su=
puse
que alguien tan amable sería de esa minoría pero mi sorpresa fue grande cua=
ndo
me dijo que era musulmán, fue miedo, sorpresa y también una enorme curiosid=
ad.
La película "La
Huída, no sin mi hija" se había quedado profundamente gravada en mi me=
nte
en mi adolescencia, la imagen de musulmanes malos, agresivos, maltratadores=
de
mujeres no concordaba con Mohamed, sobre todo cuando me hablaba del gran am=
or
por su madre y su familia. Le hice todo tipo de preguntas y tuvo la pacienc=
ia
de soportaras aunque algunas fueran casi ofensivas, sus respuestas fueron
bastante simples. Lo primero que me dijo es que el Islam es una religión de
paz, me sorprendí pues no concordaba con mi estereotipo de musulmán, me dijo
que el Islam es una bendición para las mujeres y me costó creerlo entonces =
me
explicó como en la era prehislámica enterraban vivas a las niñas; cuando le
pregunté por qué se cubren con el velo me dijo "si una mujer se cubre =
todo
menos la cara y las manos nadie puede pensar nada malo con ella" y pen=
sé
que tenía toda la razón.
Después de saber es=
to
quise saber todo del Islam, entonces busqué en internet y la definición que
encontré fue: "Islam es la sumisión a la voluntad de Dios", me gu=
stó
porque la mayoría de la gente vive como si Dios no existiera. Luego leí sob=
re
los cinco pilares del Islam, escribí a algunas páginas pidiendo más informa=
ción
pero nadie me
contestaba.
Recordé que hace añ=
os
había comprado un libro, "La Sentencia del Ayatola" escrito por el
periodista Carlo Coccioli, a quien yo conocía por los editoriales en un dia=
rio
de la ciudad de México, entonces fui a buscar ese libro y lo comencé a leer
pasé toda la pasé toda la noche pero no lo dejé hasta que lo terminé.
El autor explicaba =
el
caso de "Versos Satánicos" de Salman Rusdhie y por qué resultaba =
tan
ofensivo para el Islam, ahì leí algo de historia del Islam, del Profeta Moh=
amed
(SAW), y la personalidad de Ayesha (ra) me impresionó mucho y pensé si un d=
ía
puedo ser musulmana quisiera llamarme así.
Coccioli hacía una
defensa del Islam a pesar de no ser musulmán, contaba como de niño vivió en
Libia, aprendió el idioma árabe y comenta que estuvo "seducido" p=
or
la belleza del Islam, pero nunca tomó la decisión de serlo, ahí leí por pri=
mera
vez sobre la ilah illah wa Muhammad rasull Allah y lo memoricé, pero todaví=
a no
sabía que decirlo era la forma para ser musulmana.
Este libro me ayudó
mucho a conocer del Islam, explicaba algo de la idolatría, me hizo sentir un
gran respeto por el Profeta Muhammad (SAW). Posteriormente leí un extenso
artículo sobre Argelia, Francia y el velo de las musulmanas, entendí por
primera vez que al velo se le da un uso político, fue cuando comencé a
comprender que los imperialistas- colonialistan lo usan como arma ante los
medios de comunicación para decir que las musulmanas están oprimidas y mi
panorama se fue aclarando.
<= o:p>