El Noble Corán

17 Prefacio • El Corán (traducción comentada) de Anatomistas Clínicos; el Dr. Tejatat Tejasen, exdecano de la facultad de Medicina de la Universidad Chiang Mai en Tailandia; el Profesor Yashudi Kusan, exdirector del Observatorio Astronómico de Tokio en Japón; y el famoso cirujano francés Dr. Maurice Bucaille, autor del libro La Biblia, el Corán y la Ciencia, donde concluye que solo Dios pudo revelar el Corán. El Corán incluye una amplia gama y diversidad de temas: historias de los profetas y de los pueblos de la antigüedad, lecciones morales, normas para llevar una vida sana, tranquila y honesta; leyes para construir una sociedad equitativa que asegure a todos sus miembros dignidad, seguridad y justicia; profecías, de las cuales algunas ya se han cumplido; datos científicos desconocidos por el ser humano hasta el siglo XX; una teología clara y sencilla, pero a la vez profunda y completa; descripciones de la vida en el más allá, palabras de consuelo para los creyentes, respuestas directas a las preguntas básicas que siempre han intrigado a la humanidad. Todo ello con una belleza poética y narrativa inigualable, tanto que en sus propias páginas el Corán reta a los seres humanos a crear un texto que pueda igualarlo. Incluso el Quijote, considerado la mejor obra literaria jamás escrita, y las obras de Shakespeare, han sufrido plagio. Estos y muchos otros ejemplos comprueban que por muy grande que pueda ser un escritor, siempre es posible imitar su estilo, su obra, y confundir incluso a lectores expertos. Pero aunque muchas veces se ha intentado plagiar, imitar o incluso modificar el Corán, ha sido imposible. La revelación de este libro sinigual comenzó con un evento perturbador. Mientras se encontraba solo en una cueva donde solía alejarse del mundo para rezar y reflexionar, el profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, sintió el abrazo asfixiante de un ser brillante que lo tomó por sorpresa. Sin posibilidad de escape y sintiéndose cerca de la muerte, escuchó a este ser darle una orden: “¡Lee, en el nombre de tu Señor!” Ese fue el primer versículo coránico en ser revelado, que corresponde al capítulo 96, versículo 1. En un principio, temiendo ser tomado por loco, no habló de lo ocurrido más que con su esposa Jadiya, que lo escuchó con paciencia mientras él temblaba de miedo entre sus brazos. Ella fue la primera en reconocer que se trataba de un mensaje de Dios, y fue la primera persona que creyó en la profecía de Mujámmad, incluso antes que el propio Mensajero.

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