21 Prefacio • El Corán (traducción comentada) político y de gobierno, un sistema financiero y económico, un sistema social, una filosofía de vida, unas políticas de preservación medioambiental, todo enmarcado en principios universales de respeto a la vida, la dignidad y la propiedad de las personas, de cooperación, solidaridad y justicia entre los hombres y entre las naciones, de trato amable hacia todas las personas (incluyendo los enemigos) y los animales, y de obediencia estricta a las leyes de Dios. La primera palabra de la revelación del Corán enmarca el espíritu islámico de amor por el conocimiento. El Islam enseña que la fe no puede ser ciega, sino que tiene que nacer y fortalecerse con el conocimiento. No hay mayor enemigo de los pueblos, ni mayor amigo de los tiranos y los opresores, que la ignorancia. Y nadie está en mayor peligro de caer en fanatismos y extremismos que quien cree algo a ojos cerrados, incluso en contra de su propia lógica. “Lee”. Conoce tu religión y practícala, conoce tus derechos y exígelos, conoce tus obligaciones y cúmplelas; aprende qué es lo bueno, hazlo y promuévelo; aprende qué es lo malo, condénalo y aléjate de ello. Tal es la importancia de esta orden, que cuando el Profeta Mujámmad se vio obligado a combatir para defender a su comunidad y tuvo que afrontar el asunto de los prisioneros de guerra, en un acto sin precedentes en la historia, ordenó a sus hombres que liberaran a todo aquel que enseñara a leer y escribir a cinco musulmanes. El conocimiento, además, nos une. Los musulmanes tenemos un objetivo en común: servir a Dios. Nos alejamos de las mismas cosas: de aquello que Dios ha prohibido. Buscamos realizar a diario las mismas cosas: aquello que agrada a Dios. Bebemos de la misma fuente del conocimiento: el Corán y las tradiciones auténticas del Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él. Cuando un musulmán se orienta hacia La Meca y comienza a recitar en árabe el primer capítulo del Corán mientras realiza su oración, puede estar seguro de que en ese mismo instante, en diferentes lugares del mundo, otros musulmanes están orientados hacia el mismo lugar, pronunciando exactamente las mismas palabras, mientras rezan de la misma forma que él. Al crearnos, Dios nos dio alma así como cuerpo. Por ello, el Islam descansa sobre seis pilares de la fe, que deben estar presentes en el alma y el corazón
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