Boletines informativos Edición número 9

El Boletín Islámico Numero 9 Pag 7 sonido inusual. Le respondieron que era el adhan, la oración musulmana Según esta historia, este despertar espiritual según esta historia, este despertar de perspicacia espiritual en él resultó en su conversión al islam. En el Salat, las recitaciones se hacen siempre en árabe, la lengua sagrada del Corán. Sin embargo, un recién convertido al Islam que no sepa árabe puede recitar versículos traducidos en su propia lengua hasta que sea capaz de memorizar al menos dos pasajes cortos en árabe. El dominio de tal tarea es su propia recompensa espiritualmente transformadora. Las posturas del "salat" consisten en ponerse de pie, inclinarse, postrarse y sentarse. Estos actos físicos simbolizan los estados espirituales de sumisión, humildad y adoración al Altísimo con todo el cuerpo y el alma. Al realizarlos, el corazón se llena del amor de Alá, del reconocimiento de la propia existencia mundana y de la infinita grandeza y beneficencia de Alá. La autodisciplina necesaria para realizar el salat con regularidad y en los momentos adecuados reafirma la total dependencia del ser humano de su Creador y su posición como siervo Suyo. El salat es la expresión completa de la sumisión voluntaria del hombre a Él. Debe realizarse con estricta concentración, atención y presencia de corazón, no simplemente como un ejercicio mecánico, verbal y físico. Por eso, ¡ay de los fieles que descuidan sus oraciones! (Corán 107:4-5) El musulmán está obligado a rezar a las horas prescritas dondequiera que se encuentre, pero es preferible y más meritorio rezar en congregación con sus compañeros musulmanes si es posible. En esta oración en congregación, en la que los musulmanes permanecen de pie en filas rectas, hombro con hombro como un solo cuerpo unido en la adoración a Alá, los elementos de disciplina, orden, hermandad, igualdad y solidaridad se ejemplifican con mucha fuerza. Los no musulmanes que observan a los musulmanes rezando en congregación por primera vez suelen conmoverse ante esta visión de armonía universal y sumisión a la voluntad de Alá. Debido a todos estos aspectos, el Salat es el principal medio por el que el musulmán mantiene su vida en la perspectiva adecuada, teniendo siempre ante su mente la naturaleza limitada y finita de la vida de este mundo, con todos sus atractivos e implicaciones, placeres y dolores, y la certeza de la muerte y el Más Allá, intentando mantener un sentido de equilibrio y proporción entre las necesidades y pretensiones de este mundo y el otro. Mediante la adoración a intervalos regulares y fijos, que marcan los periodos y las divisiones del día, el individuo afirma voluntariamente la relación que existe entre él y Alá en medio de su implicación con sus asuntos mundanos: En las casas en las que Alá es exaltado y en las que se recuerda Su nombre hay gente que Le glorifica por la mañana y por la noche, hombres a los que ni las mercancías ni el comercio apartan del recuerdo de Alá y de la constancia en el salat y en el pago del zakat, que temen un Día en el que se trastornarán los corazones y la vista, para que Alá les recompense con lo mejor por lo que han hecho y les cree la recompensa con Su generosidad, pues Alá provee sin medida a quienes Él quiere". (Corán 25:35-38) Un musulmán siempre termina su salat con un llamamiento a la paz: "Assalum 'alaikum wa rahmatullah". ("La paz sea con vosotros y la misericordia de Alá "). En pocas palabras, la oración debe existir, ya que sin ella el Islam no puede sostenerse. Abdullah ibn Oart relató que el Profeta (PBSCE), dijo: "El primer acto del que una persona será responsable en el Día del Juicio será la oración. Si es buena, entonces el resto de sus actos serán buenos. Y si es mala, entonces el resto de sus actos serán malos". (At-Tabarani.) Es lo último que el Profeta (PBSCE) recomendó a su nación antes de morir, diciendo: "Oración, oración y lo que posea tu mano derecha." Tasbih de Fatimah Ali (R.A.A.) dijo una vez a uno de sus alumnos: "¿Te cuento la historia de Fatimah (R.A.), la hija más querida y amada del Profeta (PBSCE)?". Cuando el alumno respondió afirmativamente, dijo: "Fatimah (R.A.) solía moler el grano ella misma, lo que le causaba callos en las manos. Acarreaba agua para la casa en una bolsa de cuero, lo que le dejaba una marca en el pecho. Limpiaba la casa ella misma, lo que le ensuciaba la ropa. Una vez trajeron a Madinah algunos cautivos de guerra; le dije: 'Ve a ver al Profeta (PBSCE) y pídele un ayudante que te ayude en las tareas domésticas'. Ella fue a él, pero encontró mucha gente a su alrededor. Como ella era muy modesta, no se atrevió a pedirle al Profeta (PBSCE) en presencia de otras personas." Al día siguiente el Profeta (PBSCE) vino a nuestra casa y dijo: "¡Fatimah! ¿Qué te hizo venir a mí ayer?" Ella se sintió tímida y se quedó callada. Le dije: "¡Oh, Profeta de Alá! A Fatimah le han salido callos en las manos y en el pecho a causa de moler y acarrear agua. Está constantemente ocupada en la limpieza de la casa y en otros trabajos domésticos, lo que hace que permanezca sucia. Le informé sobre los cautivos y le aconsejé que acudiera a ti y te pidiera una sirvienta. También se ha informado de que Fatimah (R.A.) hizo una petición: "Yo y Ali sólo tenemos una ropa de cama y también es una piel de cabra. La usamos por la mañana para poner el pienso del camello". El Profeta (S.A.W.) dijo, "¡Fatimah! Ten paciencia. El Profeta Moisés (A.S.) y su esposa poseían una sola ropa de cama, que era el manto de Moisés. Teme a Alá; adquiere Taqwa--(el temor que surge del amor. Cuando amamos tanto a Alá que nos volvemos muy conscientes de Dios y queremos complacerlo todo el tiempo) y sigue haciendo tu servicio a Alá y atiende tus tareas domésticas. Cuando te vayas a la cama, recita 'Subhanallah' 33 veces, 'Alhamdulillah' 33 veces, y 'Allahu akbar' 33 veces. Esto te será más útil que un asistente". Fatimah (R.A.) comentó: "Estoy contenta con lo que Alá y Su Profeta (PBUH) estarían complacidos".

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