El Boletín Islámico Asunto 10 Pag 13 deben pasar por su territorio?". Entonces me soltaron. Volví con el Profeta (saws) y cuando vio mi estado, me dijo: "¿No te dije que no anunciaras tu aceptación del Islam?". "Oh Mensajero de Dios", le dije, "Era una necesidad que sentía en mi alma y la cumplí". "Ve a tu pueblo", le ordenó, "y cuéntales lo que has visto y oído. Invítales a Dios. Quizá Dios les traiga el bien a través de ti y te recompense a través de ellos. Y cuando sepan que he salido a la luz, vengan a mí". Me fui y volví con los míos. Mi hermano se me acercó y me preguntó: "¿Qué has hecho?". Le dije que me había hecho musulmán y que creía en la verdad de las enseñanzas de Mahoma. "No soy contrario a vuestra religión. De hecho, ahora yo también soy musulmán y creyente", me dijo. Ambos fuimos entonces a ver a nuestra madre y la invitamos al Islam. "No me disgusta vuestra religión. Yo también acepto el Islam", dijo ella. Desde ese día esta familia de creyentes salió incansablemente a invitar a los Ghifar a Dios y no se acobardaron en su propósito. Con el tiempo, un gran número se hizo musulmán y se instituyó entre ellos la oración en congregación. Abu Dharr permaneció en su morada del desierto hasta después de que el Profeta había ido a Madinah y se habían librado las batallas de Badr, Uhud y Khandaq. Al llegar a Medina, le pidió al Profeta que estuviera a su servicio personal. El Profeta aceptó y se sintió complacido con su compañía y servicio. A veces mostraba preferencia por Abu Dharr por encima de los demás y siempre que se encontraba con él le acariciaba y sonreía mostrando su felicidad. Tras la muerte del Profeta, Abu Dharr no pudo soportar permanecer en Medina debido a su dolor y a la certeza de que ya no contaría con su compañía. Así que se marchó al desierto de Siria y permaneció allí durante el califato de Abu Bakr y Umar. Durante el califato de Uzmán, permaneció en Damasco y vio la preocupación de los musulmanes por el mundo y su consumido deseo de lujo. Esto le entristeció y le repugnó. Así que Uzmán le pidió que fuera a Medina. En Medina también criticó a la gente que buscaba bienes y placeres mundanos y ellos, a su vez, criticaron que él los denigrara. Por ello, Uzmán ordenó que se fuera a Rubdhah, una pequeña aldea cercana a Medina. Allí permaneció alejado de la gente, renunciando a su preocupación por los bienes mundanos y aferrándose al legado del Profeta y sus compañeros en la búsqueda de la morada eterna del Más Allá con preferencia a este mundo transitorio. Una vez un hombre le visitó y empezó a mirar el contenido de su casa, pero la encontró bastante vacía. Le preguntó a Abu Dharr: "¿Dónde están vuestras posesiones?". "Tenemos una casa allá (refiriéndose al más allá)", dijo Abu Dharr, "a la que enviamos lo mejor de nuestras posesiones." El hombre entendió lo que quería decir y dijo: "Pero debes tener algunas posesiones mientras estés en esta morada". "El dueño de esta morada no nos dejará en ella", replicó Abu Dharr. Abu Dharr persistió en su vida sencilla y frugal hasta el final. Una vez el emir de Siria envió trescientos dinares a Abu Dharr para cubrir sus necesidades. Él devolvió el dinero diciendo: "¿Acaso el emir de Siria no encuentra un siervo que lo merezca más que yo?". En el año 32 AH, el abnegado Abu Dharr falleció. El Profeta (saws) había dicho de él: "La tierra no lleva ni los cielos cubren a un hombre más verdadero y fiel que Abu Dharr". P: 1. ¿Cómo se llama el ángel de la muerte? P: 2. ¿Quién amamantó al Profeta (PBUH) cuando era un bebé? P: 3. ¿Cuál es el nombre de la tribu del Santo Profeta (SAW)? P: 4. ¿Qué Salat (Oración) se ofrece justo después de la puesta del sol? A: Izra'il, Malakul Mawt (Malakul Mawt) A: Halima A: Quraysh A: Maghrib
RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxNjQ1