Boletines informativos Edición número 12

El Boletín Islámico Numero 12 Pag 9 correspondientes recompensas celestiales. También describe las respuestas humanas de represalia que deben ser observadas en cada caso por los fieles. Así, en el primer caso se les ordena aceptar lo que les suceda con humildad y resignación a Su voluntad. En el segundo, se les ordena perdonar y mantener la fe en la justicia de Alá. La preposición "de" se ha utilizado obviamente para acentuar la distinción entre el tipo de paciencia en el que el perdón no es una necesidad, y aquel en el que el perdón representa una prueba de resistencia a la injusticia y de la confianza del creyente en la providencia y la voluntad de Alá. Esto demuestra cómo una sola letra o preposición puede tener tal profundidad de significado y poder discriminatorio en el lenguaje del Corán. ABORDAR EL YO INTERIOR Las características milagrosas del lenguaje del Corán no se limitan a la exactitud de sus palabras y letras o a su adecuación de significado. También se manifiestan en su inigualable capacidad para llegar a los deseos y tendencias profundamente ocultos de la naturaleza humana, ilustrando así el conocimiento omniabarcante y perfecto de su verdadero Hacedor. A lo largo del Corán, Alá siempre se dirige a los atributos y tendencias humanos, respondiendo con precisión a cualquier incertidumbre que Sus mandatos puedan despertar en la mente de Sus adoradores. Pero esta precisión puede, a veces, requerir alguna modificación en el uso de una palabra para transmitir un significado nuevo, más amplio y más apto. Esta insuperable destreza del lenguaje es una característica dominante del lenguaje del Corán, como puede observarse en el siguiente versículo en el que Abraham dice: "¡He aquí! Todos ellos son (todos) enemigos para mí, excepto el Señor de los mundos, Quien me creó y me guía". (Corán al-Shu'ra 26:77-78) Aquí podría plantearse la pregunta de por qué Abraham dijo "Quién me creó", y no "Él es Quien me creó", que enfatizaría la noción de creación. La respuesta es que la creación no requiere confirmación ni seguridad, ya que nadie excepto Alá tiene el poder de crear a un ser humano y, por lo tanto, no es necesaria ni requiere confirmación de este poder. Pero en lo que respecta a la guía, hay mucha gente que pretende poseer este poder o talento. Algunos han construido disciplinas siguiendo las líneas de la religión, mientras que otros las han distorsionado. Ambos han declarado que su propósito era guiar a la humanidad. Así, cualquiera podía exponer sus propios puntos de vista y pretender que eran las disciplinas de guía más dignas de ser seguidas por la humanidad. Por lo tanto, era necesario subrayar que la guía está en manos de Alá y se otorga a la humanidad según Su voluntad y designio. La situación requería que se introdujera el pronombre HUWA ('Él') en la frase FA HUWA YAHDINI ('y Él me guía'), para subrayar este hecho y recordar a los fieles que la guía es una bendición que sólo Alá puede conceder. El versículo continúa confirmando este precepto: "Y Quien me alimenta y me riega, y cuando enfermo, entonces me cura, y Quien me hace morir y entonces me da (de nuevo) la vida". (Corán al-Shu'ara 26:79-81) El pronombre huwa ('Él') se introdujo en el versículo anterior porque las acciones necesitaban la confirmación de que Alá estaba detrás de estas bendiciones. Sólo por Su voluntad podemos alcanzarlas. Tanto el sustento como la curación de la enfermedad son posibles gracias a Su voluntad y providencia. En cambio, el pronombre "Él" se omitió en la última frase porque nadie podía pretender poseer el poder de dar la vida o quitarla. La exclusividad de este atributo de Alá no necesita justificación ni confirmación. Así, Alá añade una palabra u omite otra según las necesidades de la situación, para que el significado preciso y deseado se exprese de forma precisa y adecuada. Si Alá hubiera añadido el pronombre "Él" al versículo anterior, o lo hubiera omitido por completo, habría pasado desapercibido, y la controversia de que el Corán fue hecho por el hombre habría continuado sin disminuir. La precisión del significado y la expresión puede requerir a veces la reestructuración de las palabras; cambiarlas de verbos transitivos a intransitivos y viceversa. El verbo SAQA ('regar'), por ejemplo, se utiliza a veces de cuatro formas. Este uso múltiple y variado puede observarse en el siguiente verso: "... Su Señor saciará su sed con una bebida pura". (Corán al- Insan 76:21) En otro pasaje, observamos que el verbo SAQA ('regar, dar de beber o calmar la sed') se utiliza para denotar un significado totalmente distinto: Si (los idólatras) siguen el camino recto, les daremos de beber agua en abundancia". (Corán al-Yinn 72:16) Aunque las dos palabras proceden de la misma raíz, la omisión o adición de una letra confiere a la palabra modificada un significado totalmente nuevo y diferente. La adición o la omisión no se utilizan por conveniencia o para evitar la repetición de la misma palabra. En realidad, cada palabra tiene un significado definido que no puede ser sustituido por ninguna otra. Así, la expresión del segundo versículo "Les daremos de beber" significa que aunque Alá ha proporcionado agua en abundancia para el hombre, éste tiene que buscar su fuente, ya sea un pozo, un manantial o un río. En cambio, la expresión "Su Señor saciará su sed" no supone ningún esfuerzo por parte del hombre, pues en el Paraíso el agua llegará automáticamente a los labios del sediento siempre que lo desee. Para los habitantes del Paraíso no hay trabajo ni esfuerzo. Todos sus deseos son respondidos instantáneamente en respuesta a sus pensamientos. Esta diferenciación en el uso de las palabras y sus correspondientes significados está bien demostrada a lo largo de todo el Corán, como puede observarse en los versículos siguientes: "...¡Qué! ¿Aunque sus padres no tuvieran conocimiento alguno ni guía?". (Corán al-Ma'idah 5:104) "...¡Qué! ¿Aunque sus padres fueran totalmente ininteligentes y no tuvieran guía?". (Corán al- Baqarah 2:170) Mientras que para el lector ocasional las dos palabras LA YA'LAMUN (sin conocimiento) y LA YA'QILUN (poco inteligente) pueden parecer referirse a lo mismo, un examen minucioso de su contexto completo revelará su significado totalmente diferente y verdadero: Y cuando se les dice: Seguid lo que Alá ha revelado, dicen: Seguimos lo que encontraron nuestros padres. ¿Aunque sus padres fueran unos ignorantes y no tuvieran guía? Los incrédulos son como quien llama a lo que no oye más que un grito y un llanto. Sordos, mudos, ciegos, por eso no tienen sentido". (Corán al-Baqarah 2:170-171) "Cuando se les dice: Venid a lo que Alá ha revelado y al mensajero, dicen: Nos basta con lo que encontraron nuestros padres. ¿Aunque sus padres no tuvieran ningún conocimiento ni guía? ¡Oh vosotros que creéis! Quien yerra no puede perjudicaros si estáis bien guiados". (Corán al- Ma'idah 5:104-105) Los orientalistas sostienen que ambas palabras son sinónimas; que conocimiento e intelecto son una misma cosa; y que una persona inteligente es capaz de adquirir conocimientos y comprenderlos. Esta afirmación dista mucho de ser exacta por lo que respecta al significado de ambas palabras, tal como se expresa en los pasajes citados. De hecho, cada palabra tiene su significado distintivo e intrínseco. Cuando Alá usó la palabra LA YA'QILUN (ininteligente'), quiso decir que los idólatras no entendían nada acerca de este universo y sus portentos divinos, porque no usaban sus mentes adecuadamente, y que si hubieran usado su intelecto, sin sesgos ni prejuicios, habrían visto finalmente la verdad. Así, al usar la palabra LA YA'QILUN ('no inteligente') Alá consideró que carecían tanto de razón como de sabiduría en asuntos de adoración, así como que no percibían el verdadero significado e indicación de los diversos portentos divinos en el universo y su funcionamiento. Por el contrario, al utilizar las palabras LA YA'LAMUN ('no tienen conocimiento'), Alá consideró que los idólatras carecían tanto de conocimiento como de intelecto, lo que significa que, además de su falta de razonamiento e incapacidad para percibir el verdadero significado de este universo y el poder que lo gobierna, ignoraban lo que otros han aprendido o adquirido. Pues un hombre que carece de intelecto no razona ni ve el vínculo entre los fenómenos universales y su Creador y coordinador. Pero un hombre que no tiene conocimiento no usa su mente, ni siquiera intenta adquirir conocimiento de otros que tienen la perspicacia para ver el poder de Alá a través de Sus portentos y Su universo. La adquisición del significado puede lograrse a partir del registro del conocimiento de otra persona o de la elucidación de los fenómenos del universo. Este tipo de aprendizaje ocurre todo el tiempo. Por ejemplo, cuando uno lee un libro escrito por un científico o un erudito, aprende de lo que ellos han podido registrar o descubrir, o del producto de su pensamiento. Así, puede aprender sobre la gravedad, la astronomía o cualquier otro campo sin necesidad de investigar o experimentar. La palabra "ininteligente", por tanto, se refería a aquellas personas que eran reacias a realizar cualquier esfuerzo mental o contemplativo que mereciera la pena y tuviera un propósito sobre los presagios de Alá y sus significados. Expresaban esta renuencia cuando decían: "Suficiente para nosotros aquello en lo que encontramos a nuestros padres". La palabra "ininteligente", por tanto, se refería a aquellas personas que eran reacias a realizar cualquier esfuerzo mental o contemplativo que mereciera la

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