fase”. Mis hermanos y hermanas, son muy respetuosos hacia mis creencias, a pesar de que ellos tienen muchas ideas equivocadas y estereotipadas, como muchos de los americanos. Algo, que fue un gran problema, cuando finalmente acepte el Islam, fue las actitudes de los musulmanes que conocí. Ocasionalmente trataba de ir a la mezquita pero estaba desalentada por las preguntas o instrucciones que recibía por los hermanos o hermanas ahí. Usualmente, la primer pregunta es: “Quien es tu esposo?” Si decía que no tenía esposo, me miraban con suspicacia y después de eso nadie me hablaba. Me dijeron, que Allah no aceptaría mis oraciones porque estaba usando esmalte de uñas. Eso, es algo bien desalentador para alguien quien esta buscando el conocimiento y contacto con Allah y la comunidad islámica. Fue instruida, de hacer cosas raras, las cuales encuentro desviadas al decirlas. Me tomo, como siete años, para diferenciar entre: costumbres culturales” y practicas Islámicas. Se, por otros convertidos al Islam, que ellos han pasado por similares experiencias. Pero, también tengo gratos recuerdos, contadas las hermanas en Ramadan o en Jumah, cuando me sentía muy cerca de Allah, que hasta llore con gratitud por el regalo que El me dio del Coran e Islam. A veces, veo este viaje, como el que Allah ha escogido para mi y del cual no me va a dejar fuera! Por supuesto, he aprendido hacer mas agradecida por Su paciencia y tolerancia, hacia mis debilidades. Allah, nunca rompe las promesas que están en el Coran. Así, es como lo veo. Si, parece algo irrespetuoso hacia alguien, me disculpo, pero mi Fe en Allah, es la base mas profunda en el ser y el vivir hoy mi vida como una guía. Sigo teniendo muchas metas, las cuales las quiero alcanzar con mi Fe. He venido a aceptar mi creencia en Islam progresivamente, como un viaje, una semilla que fue planta y ha crecido fuerte y vive la presencia en mi alma. No soy perfecta, pero creo, que soy una musulmana mejor, que la que fui el año pasado. Se, por números, las cosas que deje hacia atrás que no le gustaba a Allah. Se, que con cada Ramadan que paso, puedo mirar hacia mis primeras débiles tentativas en mis ayuno, y se, que puedo buscar por este mes y Allah estará ahí, para ayudarme en mis momentos débiles. Mis hijos me respetan. Respeto a mi madre, y le pido a Allah por nosotros. He aceptado las dificultades de mi vida, como oportunidades que Allah ha consolidado para que practique mi paciencia y tolerancia… o “crecer” de alguna manera. Para mi, el abrazar el Islam, ha sido el mejor de todos los regalos que se me han concedido. Sigo agradecida y atemorizada por ello.
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