“¡Profeta! Di a tus esposas e hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran desde arriba con sus vestidos. Esto es lo más adecuado para que se las reconozca y no se las ofenda. Allah (Dios) es Perdonador, Compasivo”. (Corán 33:59). Otro punto que me gustaría comentar son las reglas y regulaciones impuestas en el Islam por Dios, que no sólo es aplicable a las mujeres sino también a los hombres. No existe una entremezcla ni un trato libertino entre hombres y mujeres por el beneficio de ambos. No hay duda en lo que sea que Dios ordene es correcto, saludable, puro y beneficioso para la humanidad. Un verso en el Corán explica este concepto muy claramente: “Y di a las creyentes que bajen la mirada y guarden sus partes privadas, y que no muestren sus atractivos a excepción de los que sean externos; y que se dejen caer el tocado sobre el escote y no muestren sus atractivos excepto a sus maridos, padres, padres de sus maridos, hijos, hijos de sus maridos, hermanos, hijos de sus hermanos, hijos de sus hermanas, sus mujeres (las demás mujeres musulmanas), los esclavos que posean, los hombres subordinados carentes de instinto sexual o los niños a los que aún no se les haya desvelado la desnudez de la mujer. Y que al andar no pisen golpeando los pies para que no se reconozcan adornos que lleven escondidos. Y volveos a Allah todos, oh! Creyentes para que podáis tener éxito” (Corán 24:31) Cuando me puse el hijab (velo), estuve realmente feliz de hacerlo. De hecho, verdaderamente quería hacerlo, sentí una gran sensación de satisfacción y felicidad. Me sentí satisfecha al saber que había obedecido el mandato de Allah (Dios). Y feliz por el bien y las bendiciones que vienen con eso. Me sentí segura y protegida. De hecho, la gente me respeta mucho más por eso. Realmente pude ver la diferencia en el comportamiento hacia mí. Finalmente. Quisiera decir que he aceptado el Islam no ciegamente ni bajo ninguna coacción. En el Corán existe un verso que dice: “Que no exista coacción en la religión”. Acepté el Islam con convicción. He visto, estado ahí, hecho eso y visto ambos lados de la historia. Yo sé y he experimentado como es el otro lado y se que he hecho lo que es correcto. El Islam no agobia a la mujer sino que más bien las libera y les proporciona el respeto que ellas se merecen. El Islam es la religión que Dios ha elegido para la humanidad. Aquellos que lo aceptan están verdaderamente liberados de las cadenas y trabas de la humanidad cuyas reglas y legislaciones no necesitan sino la opresión de un grupo para otro y la explotación y opresión de un sexo sobre el otro. Este no es el caso del Islam que liberó a la mujer y le brindó independencia no proporcionada por ninguna otra autoridad. “Me siento obligado a responder a la carta de una hermana la cual menciona lo difícil que es encontrar artículos acerca de cómo los hombres musulmanes deben bajar la mirada. La hermana está en lo correcto en recordar a los hermanos que deben bajar la mirada”. COMO BAJAR NUESTRA MIRADA Sabeel Ahmed “Si no fuera musulmán, me hubiera contagiado de SIDA”, dijo un amigo. “Las ayahs (versos) en la Surah (capítulo) Nur (luz) acerca de bajar nuestras miradas ya no me afectan más”, dijo otro joven, hablando sobre las intensas tentaciones que los jóvenes de hoy tienen que afrontar. La dificultad de bajar la mirada tanto para jóvenes como para adultos se puede percibir fácilmente en las calles, bodas, fiestas e incluso en las mezquitas. ¿Qué está yendo mal en nuestra Ummah (comunidad)? ¿Por qué estamos adoptando las actitudes y caminos de los no creyentes? ¿Cómo podemos rectificarnos? Lo que sigue es una serie de consejos prácticos los cuales nos pueden servir para sentirnos libres de la fuerte presión de Satanás, Insha Allah (si Dios quiere). El Profeta Muhammad (saws) dijo: “no he dejado una Fitnah (tentación, calamidad, o causa para la calamidad) tras de mí más grande que (la fitnah) de las mujeres para los hombres” (Bukhari y Muslim). Nuestro Profeta también relató: “el mundo es dulce y verde, y Allah
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