Pagina 7 The Islamic Bulletin Volume X IX No. 24 P: Puedes contarnos un poco sobre ti- dónde naciste y tu trayectoria. R: Yo nací en Brooklyn, NY. Crecí en un complejo de viviendas en frente de una mezquita. Mi madre comenzó a criarme allí. Después de que me hice un poco mayor, nos mudamos a Puerto Rico, y después nos mudamos de acá para allá entre Massachusetts y Puerto Rico. P: Puedes contarnos un poco acerca de tu educación religiosa. R: Sí, mi madre era católica. Pero, a mi abuela en Puerto Rico era Bautista. Durante mis grados 1º y 2º, yo asistí a la escuela Católica. P: Puedes contarnos sobre tu conversión al Islam. R: Yo tenía un amigo ecuatoriano llamado Louie. Crecimos juntos, y luego nos involucramos en la venta de drogas juntos. Me mantuve buscando la felicidad como una persona joven, pero no pude encontrarla. Yo probé la vida en las calles y las drogas, pero eso sólo me deprimió más. A pesar de que ganábamos dinero, no nos dio el gusto o la satisfacción de la felicidad. Así que, ya sabes, en realidad caímos hacia abajo. Un día él caminaba por la mezquita, y estaba sentado en las gradas y comenzó a preparar un puro, y un hermano musulmán se acercó a él y le pregunto qué estaba haciendo allí y le empezó a hablar sobre el Islam. Y él terminó convirtiéndose en un musulmán. Sabíamos de esta mezquita porque habíamos crecido calle abajo, pero, como he dicho, los musulmanes nunca salieron a nuestra comunidad, así que lo único que sabíamos de ellos es que mataban cabras. Por lo que, en la comunidad, ese sitio era conocido como el lugar donde mataban cabras. Así pues, estábamos familiarizados con el edificio, pero no con lo que sucedía realmente en su interior. Louise terminó por convertirse en musulmán y desapareció durante 40 días. Se fue con Tabligh Jama’a (la comunidad de profesores del Islam). Éramos de las calles, ya sabes. Éramos latinos; no sabíamos nada sobre Tabligh Jama’a. Todo lo que sabíamos era que había sido secuestrado por paquistaníes y árabes. ¿Qué diablos estaba haciendo él con ellos de todos modos? Todos éramos Latinos. Algún tiempo después, vi a este hermano musulmán con el que fui a la escuela. Él era afroamericano. Lo vi en la tienda, y fue como, “Yo Yo hombre, ¿conoces a mi amigo Louie?” Él dijo: “No hombre, no conozco a ningún Louie. Conozco a un Luqman.” Empecé a reírme de él. Pensé que estaba hablando de cosas jamaiquinas. Así que le dije que le dijera a Luqman que lo estaba buscando. Entonces un día, yo estaba fumando y estaba con la gente con la que vendía las Eres un padre soltero, ahora estás casado, por lo que eres un hombre casado, eres musulmán, eres americano, eres puertorriqueño, eres de barrio, eres un artista, eres un rapero... ¡suena como la peor pesadilla americana!” drogas y Luqman vino todo vestido de blanco con un jeque llamado Iqbal. Estábamos jugando dados, bebiendo, fumando. Él estaba con un hermano Pakistaní del Tabligh Jama’a. Y vi que los dos tenían nur (luz). Tenían como esta luz espiritual. Pude ver la transformación en él. Supe que algo serio había ocurrido en su vida. Así que deje a las otras personas que estaban bebiendo y fumando y me aproxime a ellos. Entonces, allí mismo, el jeque me preguntó si yo creía que había un solo Dios. Le dije: “Sí.” Y entonces él me preguntó si yo creía en el Profeta Mohammad (Salla Lahu ´alaihi Wa-Salaam- la paz sea con él) era Su Mensajero. Yo había oído hablar del Profeta Mohammad (Salla Lahu ‘alaihi Wa- Salaam), pero vi la luz en el carácter y la cara de mi amigo Luqman, por lo que creí. Así que tomé el Shahada (testimonio de fe / conversión al Islam) allí mismo, en medio de la calle. Entonces mi hermano tomó el Shahada. P: ¿Cómo reaccionaron tus padres cuando aceptaste el Islam? R: Mi familia al principio estaba molesta. Pero esto ha sido moderado por la gratitud de que mi hermano y mi nueva fe nos han librado de las drogas y de otras actividades peligrosas. Les encantó, quiero decir-- a mi familia le encantó. A mi madre le encantó. Ella pensó que era muy positivo. Inmediatamente comencé a cuidar de ella. La ayudaba en la casa. Salía y hacía cosas para ella. No era como cuando yo no era musulmán. Y luego, después de que me convertí en musulmán, mi hermano se convirtió en musulmán. Luego uno de mis amigos se convirtió en musulmán. Más de 55 personas que conocíamos se convirtieron en musulmanes. Volvimos a los mismos lugares donde solíamos vender drogas y pusimos un cartel que dice, “¡La heroína te mata y Allah te salva!” Entonces, ya sabes, muchos de ellos fueron impactados por la Shahada de Luqman y la ola de Shahadas que tuvieron lugar. P: ¿Alguna vez encontraste algún problema con tu aceptación del Islam? R: Al principio, como era un musulmán completamente nuevo, pensé que debía escuchar a cualquier musulmán y a lo que tuviera que decirme. Realmente no tenía rumbo. Algunas personas me enseñaron a mirar a otros musulmanes y criticar a otros musulmanes por la longitud de sus barbas y por la longitud de sus pantalones. Y entonces mi crítica de las personas se hizo grande, y mi recuerdo de Dios se hizo chico. Comencé a perder la dulzura que tuve cuando me convertí en musulmán y a un año de oír ciertos musulmanes examinar las faltas de los otros musulmanes, y tuve que pasar por esto, como una especie de gran transformación, y no fue hasta que comencé a sentarme con los eruditos tradicionales que comencé a sanar espiritualmente de la enfermedad de mirar las faltas de las personas.
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