Pagina 11 The Islamic Bulletin Volume XX No. 4 Si Jesús murió por nuestros pecados un viernes, y luego como tú dijiste, resucitó tres días después en un domingo, ¿quién reinó el mundo durante esos tres días? perdona el politeísmo. El Corán dice que el único pecado que Dios no perdona es asociar algo o alguien con Él, pero aparte de eso, Él perdona cualquier cosa a quien Él quiera”. Mi hijo me rogaba que lea, aprenda y descubra el Islam. Me trajo libros para que yo pudiese abrir mi mente, pero me rehusaba, Nací católica e iba a morir católica. Los siguientes 10 años continúe viviendo cerca de mi hijo, su esposa y su familia. Sin embargo, yo deseaba también pasar algún tiempo con mi hija quien continuaba viviendo en Arabia Saudita. No era fácil obtener una visa. Mi hijo bromeaba diciendo que si yo aceptaba el Islam podría conseguir la visa para la Umrah (peregrinaje menor). Le dije tajantemente que yo no era musulmana. Después de un arduo esfuerzo y unas cuantas conexiones me dieron una visa de visitante para visitar a mi hija quien ahora era la madre de tres niños. Antes de partir mi hijo me dio un abrazo de oso, me dijo lo mucho que me amaba y cuanto deseaba el Paraíso para mí. También me dijo que tenía todo lo que quería en esta vida, excepto que su madre se volviese musulmana. Me comentó que rezaba todos los días a Dios (Al-lah) para que Él cambie mi corazón y acepte el Islam. Y yo le dije que eso nunca pasaría. Yo visité a mi hija en Arabia Saudita y me enamoré del país, el clima y la gente. Pasados los seis meses no quise irme, así que pedí una extensión de la visa. . Escuchaba el Adhan (llamado a la oración) 5 veces al día y veía a los fieles cerrar sus negocios y dirigirse a la oración. . A pesar de que eso era muy conmovedor, continué leyendo mi biblia todas las mañanas y tardes, y repitiendo constantemente el rosario. Ni una sola vez mi hija o algún otro musulmán me habló del islam o trató de convertirme. Ellos me respetaban y me permitían practicar mi religión. Mi hijo vino a visitarme a Arabia Saudita Yo estaba muy feliz ya que lo extrañaba mucho. Ni bien llegó, él estaba de nuevo tras de mí hablándome de la religión y la unicidad de Dios. Me enojé con él y le dije que había estado en Arabia Saudita por un año y nadie, ni siquiera una sola vez me habían hablado de la religión, y él en su segunda noche aquí, empieza inmediatamente a predicarme. Se disculpó y otra vez me dijo lo mucho que él quería que yo aceptara el Islam. Le recalqué nuevamente que nunca iba a dejar el Cristianismo. Él me preguntó acerca de la Trinidad y cómo podía creer en algo que no tenía sentido lógico. Me recordó que inclusive yo tenía dudas al respecto. Yo le respondí que no todo tenía que tener sentido, que sólo debía tener fe. Parecía que él aceptó esta respuesta y me sentí feliz porque finalmente gané una discusión sobre la religión. Luego mi hijo me pidió que le explicase el milagro de Jesús. ¡Aja! pensé por lo menos estoy avanzando en algo. Le expliqué el milagro del nacimiento de Jesús, la Virgen María, la muerte de Jesús por nuestros pecados, que Dios insufló Su espíritu en él, Jesús como Dios e hijo de Dios. Todo el tiempo que estuve hablando él permaneció callado- sin refutar-, mi hijo ¿callado? Entonces, tranquilamente me preguntó, “Mamá, si Jesús murió por nuestros pecados un viernes, y luego como tú dijiste, resucitó tres días después en un domingo, ¿quién reinó el mundo durante esos tres días?” “Mamá ¿me puedes explicar?” Pensé en la lógica de esta pregunta y en ese momento, me di cuenta que no tenía ningún sentido. Yo dije, “Jesús era el hijo de Dios. Jesús y Dios son uno y el mismo”. Mi hijo replicó: “las vacas tienen terneros; vacas pequeñas, los gatos tienen gatitos; gatos pequeños, los humanos tienen niños; pequeños humanos. Si Dios tiene un hijo, ¿Qué es él? ¿Un pequeño Dios? Si es así, entonces ¿tú tienes dos dioses?” Luego me preguntó: “Mamá, ¿podrías alguna vez llegar a ser Dios?” “¡Qué pregunta absurda!” le respondí, los humanos nunca pueden ser un Dios. (Ahora yo estaba bastante enojada) Entonces él me preguntó: “¿Fue Jesús un ser humano?” le replique que sí. Entonces dijo: “Por lo tanto él nunca podría ser Dios”. El asegurar que Dios se hizo hombre es también un absurdo. No es propio de Dios tomar características humanas porque significaría que el Creador se volvió Su creación. Sin embargo la creación es un producto de un acto creativo del Creador. Si el Creador se vuelve su creación significaría que el Creador se creó a Sí mismo, lo cual es un absurdo. Para ser creado, primero Él no tendría que existir, y si no existió, entónces ¿cómo Él podría crear? Además, si Él hubiese sido creado, significaría que tuvo un principio lo cual contradice Su existencia eterna. Ciertamente la creación necesita un Creador, para que los seres creados existan deben tener un creador que los haga existir. Dios no puede necesitar un creador porque Dios es el Creador. Por consiguiente, es una contradicción obvia de los términos. El asegurar que Dios se hizo su creación implica que Él necesitaría un creador, lo cual es un concepto ridículo, contradice el concepto fundamental de que Dios no ha sido creado, no necesita un creador después de ser El Creador. Sabiendo que yo no tenía una respuesta para él, le dije: “Déjame pensar en la respuesta.” Esa noche pensé larga y profundamente en las palabras de mi hijo. La idea de que Jesús era el hijo de Dios ya no tenía sentido para mí. Ya tampoco podía aceptar que Jesús y Dios eran uno solo. Esa noche antes de ir a dormir mi hijo me dijo que le orara a Dios antes de dormir y le pida a sólo a Él que me guie por el camino correcto. Yo le prometí que iba a suplicar sinceramente a Dios por la respuesta. Fui a mi cuarto y leí el libro que mi hijo me había dado. Después abrí el Sagrado Corán y empecé a leer. Fue como si algo hubiese sido levantado de mi corazón, me sentí diferente y vi la verdad en el Islam. ¿Contra qué había estado peleando todos estos años? Esa noche le oré sólo a Dios, no a Jesús ni a María, ni a los ángeles, tampoco a los santos o al espíritu santo. Solamente a Dios le lloré y pedí que me guiase. Le pedi que si el Islam era el camino correcto entónces que por favor cambiase mi corazón y mi mente. Me fui a dormir, y a la mañana siguiente cuando desperté le anuncié a mi hijo que ya estaba lista para abrazar el Islam. Él estaba atónito. Ambos empezamos a llorar. Mi hija y mi nieta fueron llamadas y observaron cuando atestigüé, “no existe ninguna divinidad excepto Al-lah y Muhammad (saws) es Su último Profeta y Mensajero”. Me sentí una mujer cambiada. Yo estaba feliz como si alguien hubiera levantado un velo de oscuridad de mi corazón. Todos los que me conocían no podían creer que yo me haya convertido. Algunas veces, incluso yo lo no podía creer, Pero el Islam es tan verdadero, tan pacífico y sereno.
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