Pagina 25 The Islamic Bulletin Volume XX No. 4 En el Sagrado Coran, “Al-Asr” es una Sura (capítulo) corta que siempre fue recitado por los honorables compañeros del Profeta (saws), quienes lo recitaban mutuamente cuando tenían que irse o terminar una reunión, y acerca del cual el Imam AshShafi’i (Que Allah tenga misericordia de él), dijo: “Si la gente reflexionaría sobre esta Sura, les sería suficiente”. La importancia de esta sagrada Sura yace en el hecho de que éste delínea el sistema perfecto de todos los aspectos de la vida humana justo como desea el Creador del hombre. A través de la historia de la humanidad, en todo lugar y en todos los tiempos, ha existido solamente un sistema y una forma de garantizar la felicidad y la prosperidad de toda la humanidad en este mundo y en del Más allá. Todos los otros sistemas y formas han conducido a la pérdida, desgracia y destrucción. Allah, el Todopoderoso, dice: “¡Por Al-‘Asr (el tiempo)! Que es cierto que el hombre está en pérdida”. [Corán 103: 1-2] En virtud al verso mencionado, Allah da a conocer un Juramento Divino, por “El tiempo”. En el sentido general de la palabra, al hombre, cuya verdadera existencia está basada en el “tiempo” cuantificado por un número de días: cuando transcurre un dia, una parte de la vida y existencia del hombre muere. Cuando amanece un nuevo dia, éste exclama: “¡Oh hijo de Adán! Yo soy una nueva criatura y un testigo de tus actos. Por lo tanto, haz lo mejor de mí, puesto que no regresaré a ti sino hasta el Dia del Juicio Final” Allah, El Graciabilísimo, jura por el tiempo al hombre que él está en una inevitable pérdida, en el sentido de que el tiempo transcurrido consume la vida entera del hombre, e.d. su capital y el recipiente que contiene su trabajo honrado, el cual es, a cambio, el precio del Paraiso que le ha sido prometido. Desde el punto de vista commercial, la pérdida es derrochar el capital de uno sin obtener a cambio ninguna ganancia. Pero el hombre puede evitar esta pérdida si él utiliza su tiempo de vida en las cosas para lo que fue creado, es decir creer en Allah y Su religión, realizar buenas acciones, recomendar los unos a los otros la verdad y recomendar mutuamente la paciencia. Respecto a esto, Allah el Más Misericordioso dice: “¡Por el tiempo! (Al-‘Asr) Que es cierto que el hombre está en pérdida. Pero no así los que creen, llevan a cabo las acciones de bien, se encomiendan la verdad y se encomiendan la paciencia”. [Corán 103: 1-3] Primero: “pero no así los que creen” De hecho, la Fe es una clase de conección entre el hombre – criatura débil, diminuta, insignificante, perecedera y limitada – con su Creador – el Eterno, Absoluto, Perfecto – de Quien provienen y dependen todas las cosas, incluyendo el hombre. Mediante ese enlace con el Mundo Infinito Superior es que el hombre es liberado de los límites de su trivial entidad a la inmensidad del vasto Universo; de los límites de su diminuta fuerza a las gigantescas fuerzas maravillosas del Universo; y de los límites de su corta vida a la infinita eternidad que solamente Allah conoce. Además de proveer al hombre con un magnifico poder y habilidad, tal enlace con su Señor, Allah el Todo Poderoso, le permite al hombre obtener la verdadera felicidad a la cual aspira, que es una clase de felicidad sublime, incomparable y grandiosa, una única relación y amistad con vida y existencia, el cual es a cambio, una máxima victoria De hecho, el monoteísmo salvaguarda al hombre de adorar a otro REFLEXIONES SOBRE LA SURA AL-ASR (EL TIEMPO) que no sea Allah el Todopoderoso, humillándose y sometiendose sólo a Él. Con el monoteísmo existe solamente un Poder y un Unico Dios (Allah). El monoteísmo elimina de la vida humana los deseos vanos y caprichos, y los reemplaza con las Leyes y Justicia Divinas de Allah, al igual que la creencia en el honor y la dignidad bajo la vista de su Señor – un prerequisito de la fe el cual provee al hombre con autorespeto, autoexaltación y un carácter noble. Segundo: “llevan a cabo las acciones de bien” La verdadera Fe es una realidad dinámica; y por lo tanto, las buenas acciones son los frutos naturales de éstas. Tan pronto la verdadera Fe se establece firmemente en el Corazón del hombre, éste busca manifestarse por sí mismo através de la realización de buenas acciones. Esto es porque la verdadera Fe no es de ningun modo algo estático e inactivo; de otra forma éste sería falso o interfecto; así como una flor natural que dispersa su fragancia, si no tuviera fragancia, sería una flor artificial o muerta. De igual manera, un trabajo correcto no es un mero acto accidental por parte del hombre, sino está motivado por la Fe y un trabajo intencionado mediante el cual todos los verdaderos creyentes se ayudan y aconsejan mutuamente. Además, la verdadera Fe no es de ninguna manera una actitud pasiva o inactiva hacia la vida. No es una simple seclusión piadosa o soledad, sino, es más bien, un movimiento con determinación, una acción positiva correctamente guiada y un establecimiento balanceado de la civilization humana ideal en la Tierra según el Sistema y Guia divinos de Allah. Tercero: “se encomiendan la verdad” El establecer la Verdad es algo difícil; los obstaculos son muchos al igual que las distracciones: deseos y caprichos, intereses, circunstancias del entorno, presión del trabajo, tradiciones, costumbres, ambición y avaricia. Es por eso que el “se encomiendan la verdad” llega a ser necesario para recordar, fomentar e immunizar al creyente, y nunca defraudarlo o usurpar ninguno de sus derechos. Además, “se encomiendan la verdad” purifica y salvaguarda las tendencias y actitudes individuales del hombre, porque la Verdad no puede ser establecida y mantenida a no ser en una comunidad de verdaderos creyentes donde el mutuo consejo, cooperación, colaboración, solidaridad, ayuda y asistencia prevalecen entre sus miembros. Mediante la Fe y las buenas acciones el hombre obtiene el autoprogreso; y al “encomendar a otros la Verdad” obtiene la excelencia para su comunidad. Y como la existencia de esta nación Musulmana esta basada en la Verdadera Religion de Allah, el cual ha venido a nosotros a través de la relevación de la auténtica Sagrada Escritura, que está confirmada por la mente, demostrado por la realidad, y acatado por la pura naturaleza original del hombre. Tal Verdad tiene que ser firmemente establecida y estar profundamente enraizada si la nación musulmana va a mantener su entidad, unidad y misión. En otras palabras, el “se encomiendan la verdad” es una situación decisiva y crucial, porque si la Verdad no prevalece en la Tierra, la Mentira ciertamente lo hará. Por lo tanto, “se encomiendan la verdad” garantiza la preservación de la existencia del hombre y el cumplimiento de su misión. Cuarto: “y se encomiendan la paciencia” Está en la Sabiduria de Allah que Él, el Graciabilísimo, hizo este mundo actual una morada de prueba con el mal y el bien, y de conflicto entre la verdad y la falsedad. Por lo tanto, “y se encomiendan la paciencia” es necesario para salir exitoso en esa prueba y victorioso en ese conflicto. Por consiguiente, es importante encomendarse mutuamente la paciencia y la perseverancia en contra de los propios fuertes deseos y caprichos, la falsedad, las dificultades y agravios. Es por eso que la paciencia es el medio efectivo para superar obstáculos, multiplicar las habilidades, y conseguir los objetivos.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxNjQ1