El Boletin Islamico Edicion Numero 10

Pagina 5 The Islamic Bulletin Volume XX No. 4 shahada (testimonio de fe). Les proporcionamos material en español y los referimos a la comunidad musulmana más cercana. Finalmente, llegamos a la ciudad de Medellín. Nuestra estadía en la ciudad fue de mucha dicha en la memoria de los hermanos. Fuimos cálidamente bienvenidos por la comunidad local quienes estaban muy contentos de tener un grupo viajero con ellos. Despedimos al hermano Nelson quien tuvo que volver a su familia y trabajo. Nuestra visita a la ciudad fue muy atareada visitando a la comunidad que consistía de familias provenientes del Caribe y algunos nativos pakistaníes, aparte de los colombianos que ahí vivían. La Comunidad de Medellín es muy activa. Durante nuestra estadía, un colombiano abrazó el Islam y al día siguiente trajo a su esposa quien también estuvo dispuesta a abrazar la religión, Alhamdulillah. Continuando nuestro viaje rumbo a Cartagena, nos detuvimos en una señal de tránsito en la ciudad de Bucaramanga, donde personas vendían lo que aparentemente parecía maní tostado. Los hermanos colombianos que viajaban con nosotros quisieron parar y comprar estos aperitivos para ofrecérnosla muy ansiosamente. Nos decían que eran deliciosas y tras la sugerencia quisimos darle una probadita. Sin embargo, después de una exanimación más detallada, estos no parecían maní, lucían mas oscuros de las que consumíamos en los Estados Unidos. Nos invitaron a probarlo. Preguntamos que era y rieron diciendo “Si te decimos lo que son, jamás lo comerías.” Y fue ésta nuestra pista para no comerlos, pero insistieron diciendo “Adelante, como un poco y dinos que piensas.” Luego nos dijeron que estos deliciosos aperitivos tenían un sabor a palomitas de maíz quemadas y que eran súper crujientes, que con cada mordisco había un sonido crujiente. Ya dándose cuenta que no comeríamos de este aperitivo por fin nos dijeron lo que estaban comiendo, que este misterioso alimento eran “hormigas culonas”. Decidimos pasar sobre esta delicia mientras que nuestros hermanos colombianos muy naturalmente seguían disfrutando de sus aperitivos. Parecía como si hubiesen comido hormigas por siglos. Finalmente llegamos a Cartagena y tomamos unas canoas como medio de transporte para llegar hasta la pequeña isla donde se encontraba la mezquita; Playa Blanca, lugar que es habitado por pescadores musulmanes. La isla era hermosa, reflejaba el brillo del sol en su mar y arena. El océano tenía el más reluciente color azul que jamás hayan visto. En dicha isla, hay una pequeña casa que había sido convertida en una mezquita. El imam local, es un colombiano converso quien donó su casa para que ésta fuese utilizada como mezquita. El hermano Carlos fue tan vigoroso en sus esfuerzos en la dawah que introdujo a cuarenta casas de los alrededores de la mezquita, al Islam. Incluso fue entrevistado por la televisión local; el hermano Carlos dijo que la forma en la cual atrajo a sus vecinos hacia el Islam fue mediante el trato ya que si una persona tiene buenas cualidades, es honesta y generosa, entonces tanto sus amistades como sus vecinos mirarían a estas para tratar de practicarlas de igual o mejor manera. Con el pasar del tiempo, su casa se hizo muy pequeña en tamaño para acomodar a la creciente población musulmana, así que construyó un lugar de oración (musala) más grande. Visitamos a los pescadores musulmanes de esta localidad y estos a la vez estuvieron muy contentos de vernos, el hecho de haber venido de tan lejos para visitarlos, ciertamente les tocó el corazón. Constantemente nos brindaban cocos frescos y otras deliciosas frutas tropicales. Pasamos las cálidas noches en compañía de los musulmanes locales, tomando deliciosos jugos de coco y recordando a los hermanos sobre sus deberes y obligaciones para mantener el Islam activo en la localidad. La mayoría de las personas en la isla, eran pescadores de profesión y muy humildes. Su dieta principal consistía en pescado. Ya que éramos considerados sus huéspedes especiales, los hermanos cruzaban la isla con el fin traernos carne halal para no cansarnos de comer tanto pescado. Como un detalle especial con nosotros, nuestro amir (líder) nos dejó ir por un chapuzón en el limpio océano azul. Nos debió haber visto sudando dado el caluroso clima del lugar y sin bebidas heladas. Esta ha sido una experiencia que jamás olvidaremos. Justo antes de dejar la isla, un hermano musulmán donó un enfriador eléctrico de agua, para entusiasmarnos a quedarnos más tiempo y para el siguiente grupo que vendría después de nuestra visita. Cuando partimos, los hermanos pescadores lloraban y nos pedían quedarnos por más tiempo, pero nuestros días de disponibilidad eran pocos y ya habíamos alargado un poco nuestra estadía en Cartagena. Dijimos “Ojalá vendremos de vuelta.” “Insha’Allah we will return.” La palabra “ojalá” es un término usado en español que fue originado por los musulmanes de España unos 800 años atrás. La frase “ojalá que” y en portugués “oxála que”, ambas significan “yo espero (que)”, “quiera (que)”, “Dios quiera (que)”, etc. Éstas derivan del término árabe “insha’Allah.” Cuando se les pregunta por qué usan la palabra “ojalá” ellos dicen que lo utilizan como una expresión para algo en el futuro, “ojalá consiga el trabajo, casa, auto, etc.” Cuando los españoles dicen “olé” durante las corridas de toros o en danzas de flamenco, pronuncian el término musulmán invocando a Dios, “Allah!” De hecho, miles de palabras de la lengua española tienen sus orígenes

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