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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
1324.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «No es que yo les dé o les mez-
quine; yo soy Qâsim (el que reparte) y doy como
se me ha ordenado».
1325.
Jawla Al-Ansâriyya dijo: ‘Oí al Mensaje-
ro de Dios (B y P) decir: «Algunas personas gas-
tan las propiedades de Dios injustamente; ellos
sufrirán el Fuego en el Día de la Resurrección»’.
XCIII
Las palabras del Profeta (B y P):
«se os hizo lícito tomar botín»
1326.
Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «Uno de los profetas salió en
una campaña militar y dijo: ‘No me seguirán los
que se han casado y aún no consuman el matri-
monio; tampoco me seguirán los que estén cons-
truyendo sus casas y aún no hayan terminado el
techo; tampoco me seguirá quien tenga ganado o
camellas y esté esperando que nazcan sus crías’.
Ese profeta partió en su expedición y cuando lle-
gó a la ciudad enemiga a la hora de la oración
del ‘asr o cerca de eso, dijo al sol: ‘Tú estas bajo
órdenes y yo estoy bajo órdenes. ¡Oh Dios! ¡De-
tén un momento el sol para nosotros!’ Y el sol
fue detenido hasta que fueron victoriosos. Luego
reunieron el botín y llegó –el fuego– para devo-
rarlo  pero no lo lo hizo. El Profeta (B y P) dijo:
‘Alguien entre vosotros ha robado algo del botín;
un hombre de cada tribu debe jurarme fidelidad
estrechando mi mano’. La mano de un hombre
quedó adherida a la mano del profeta; enton-
ces dijo: ‘Entre vosotros está el ladrón del botín;
ahora debe jurarme fidelidad todo hombre de tu
tribu estrechando mi mano’. Las manos de dos o
tres hombres quedaron adheridas a la del profeta;
entonces él les dijo: ‘Vosotros sois los ladrones’.
Y ellos trajeron una cabeza de oro, del tamaño
de la de una vaca, y la pusieron con el resto del
botín. Entonces, el fuego lo consumió todo. Des-
pués, Dios nos hizo lícito el botín. Dios vio nues-
tra debilidad e impotencia y nos hizo lícito tomar
el botín para nosotros»’.
(1) Las órdenes de Dios en esa época dictaban que
se reúna el botín obtenido para que un fuego de Dios lo
consuma por completo. Esto era una especie de ofrenda u
holocausto de los guerreros a Dios.
XCIV
1327.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que el Men-
sajero de Dios (B y P) envió una expedición hacia
Naÿd e Ibn ‘Umar estaba en ella. Capturaron mu-
chos camellos. La parte de cada guerrero fue de
doce camellos u once camellos. Y cada uno reci-
bió un camello más.
1328.
Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘Mientras el
Mensajero de Dios (B y P) repartía un botín en
Al-Ÿi‘rána, un hombre le dijo: ‘Sé justo’. El Profe-
ta (B y P) le dijo: «Sería un insensato si no fuese
justo»’.
1329.
‘Abdullah bin ‘Umar relató que ‘Umar
obtuvo dos esclavas del botín de Hunayn y las
puso a servir en una casa de Makka. Cuando el
Mensajero de Dios (B y P) liberó a todos los cau-
tivos de Hunayn sin pedir rescate, estos salieron a
las calles. ‘Umar dijo: ‘¡‘Abdullah! Mira...¿Qué es
esto?’. ‘Abdullah bin ‘Umar dijo: ‘El Mensajero de
Dios (B y P) ha liberado a todos los cautivos de
Hunayn sin rescate alguno’. ‘Umar dijo: ‘Vé, pues,
y libera a las dos esclavas’.
XCV
Quien no retira el jums de los
botines y quien muere se ganó su
parte sin que se le quite el jums;
el veredicto del imâm
al respecto
1330.
‘Abdu Rahmân bin ‘Awf dijo: ‘Mientras
estaba en la línea de combate el día de Badr miré
a mi derecha y a mi izquierda; vi a dos muchachos
de los ansâríes, de muy corta edad. Pensé: Oja-
lá estuviera entre dos guerreros mejores que estos
dos. Uno de ellos captó mi atención diciéndome:
‘¡Tío! ¿Conoces a Abû Ÿahl?’ Dije: ‘Sí ¿Qué asun-
to tienes con él sobrino?’ Dijo: ‘Oí que insulta al
Mensajero de Dios (B y P) y ¡Por el que tiene mi
alma en Su mano! Si lo veo mi cuerpo no se sepa-
rará del suyo hasta que muera el primero de noso-
tros que lo tenía predestinado’. Eso me sorprendió
mucho. Luego el otro me hizo señas y me dijo lo
mismo que el primero. Después de un tiempo vi
a Abû Ÿahl andando entre la gente. Les dije: ¡Oíd!
Allí está ese por quien me preguntasteis. Entonces
ellos se fueron contra él con sus espadas y lo gol-
pearon hasta que lo mataron. Luego fueron hasta
el Mensajero de Dios (B y P) y le informaron. El
Mensajero de Dios (B y P) dijo: «¿Cuál de voso-