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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
XIV
El fuego está rodeado de pasio-
nes y deseos
2110.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «El Fuego está rodeado de de-
seos y pasiones; y el Paraíso está rodeado de cosas
desagradables».
XV
El paraíso está más cerca de
cada uno de vosotros que el
cordón de su calzado y el fuego
también
2111.
‘Abdullah dijo: ‘El Profeta (B y P) dijo:
«El Paraíso está más cerca, de cada uno de voso-
tros, que el cordón de su calzado; y el Fuego tam-
bién»’.
XVI
Se debe mirar al inferior (en
esta vida) y no mirar al supe-
rior (en esta vida)
2112.
Abû Huraira relató que el Mensajero de
Dios (B y P) dijo: «Si alguien mira a quien está
por encima de él en bienes y apariencia; pues debe
mirar también a quien está debajo de él».
XVII
Quien tiene intención de
hacer una buena obra o una
mala obra
2113.
‘Abdullah bin ‘Abbâs relató del Profe-
ta (B y P), quien, a su vez, relataba de su Señor,
glorificado y ensalzado sea: «Dios ordenó que las
buenas obras y las malas obras sean escritas; luego
explicó cómo se debían registrar: Quien tuvo in-
tención de hacer una buena obra Dios se la regis-
tra como una buena obra completa; y quien tuvo
intención de hacer una buena obra y llegó a rea-
lizarla, Dios le registra (una recompensa equiva-
lente a) diez o setecientas buenas obras o muchas
veces más que eso; quien tuvo intención de ha-
cer una mala obra y no la hizo, Dios se la regis-
tra como una buena obra completa; y quien tuvo
la intención de hacer una mala obra y la llegó a
cometer, Dios se la registra como una sola mala
obra».
XVIII
La desaparición de al-amâna 
2114.
Hudhayfa dijo: ‘El Mensajero de Dios
(B y P) nos relató dos narraciones; ya vi (cumplir-
se) la primera y estoy esperando la segunda. Nos
dijo: «Al-Amâna se conservaba en la raíz de los
corazones de los hombres; luego la aprendieron
del Corán y luego la aprendieron de la sunna»’.
Hudhayfa agregó: ‘Después nos relató sobre su
desaparición; nos dijo: «El hombre se va a dormir
y se le retira la amâna del corazón, quedando de
ella el rastro como el rastro de una quemadura.
Luego, el hombre vuelve a dormir y se le retira
(hasta ese rastro) quedando un rastro como una
ampolla; como cuando una brasa alcanza tu pier-
na y ves que ésta se inflama, pero sin tener nada
dentro. Y la gente tendrá transacciones, unos con
otros, y casi nadie cumplirá con la amâna. Y se
dirá (con asombro): ‘¡Entre la tribu de Fulano hay
un hombre honesto (amîn)!’ Y se dirá de un hom-
bre: ‘¡Qué inteligente! ¡Qué buen carácter! y ¡Qué
temple!’ sin que éste tenga en su corazón el peso
de una semilla de mostaza de fe»’.
Hudhayfa agregó: ‘Yo he vivido una época en
la cual no me preocupaba con cuál de vosotros
hacía una transacción, pues, si era musulmán, su
Islam le impediría engañarme; y si era cristiano,
su gobernante musulmán le impediría engañar-
me. Pero hoy; pues no hago negocios sino con fu-
lano y fulano’.
2115.
‘Abdullah bin ‘Umar dijo: ‘Oí al Mensa-
jero de Dios (B y P) decir: «La gente es como un
centenar de camellos; casi no puedes hallar, entre
ellos, un camello apropiado para montar»’.
XIX
El aparentar y la reputación
2116.
Ÿundab dijo: ‘El Profeta (B y P) dijo:
«Quien hace oír a la gente (de sus buenas obras
con la intención de ganarse sus elogios) inten-
cionalmente, pues Dios hará saber a la gente (sus
intenciones en el Día de la Resurrección). Quien
hace buenas obras en público por aparentar (y
ganarse los elogios de la gente), Dios lo exhibirá
(1)
Al-Amâna
(ar. confianza, encomienda, respon-
sabilidad, encargo, honestidad) es la responsabilidad del
hombre y todas las cosas que Dios encomendó a la hu-
manidad.