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Oficina de Cultura y Difusión Islámica • Argentina
Sahîh Al-Bujârî
vió hacia la gente y dijo: ‘¡Oh gente! Hice así para
que me sigáis y aprendáis mi salat».
513.
Ÿâbir bin ‘Abdallah dijo: ‘El Profeta
(B y P) solía levantarse sobre un tronco de palme-
ra (para pronunciar la jutba). Cuando se situó el
púlpito oímos que el tronco emitía un llanto pa-
recido al de la camella embarazada hasta que el
Profeta (B y P) se bajó del púlpito y posó su mano
sobre él’.
XVIII
Pronunciar la jutba de pie
514.
Ibn ‘Umar dijo: ‘El Profeta (B y P) pro-
nunciaba la jutba de pie; luego se sentaba y luego
se ponía de pie, como hacéis hoy’.
XIX
Quien dijo:
amma ba‘d
  en la jut-
ba después de alabar a Dios
515.
‘Amrû bin Taglib  relató que se le trajo al
Mensajero de Dios ciertos bienes o botines y él los
distribuyó. Dio a algunos e ignoró a otros. Des-
pués se enteró que los ignorados lo habían criti-
cado. Así que glorificó y alabó a Dios y luego dijo:
«
Amma ba‘d
: ¡Por Dios! Yo doy a algunos e ignoro
a otros, a pesar de que aquel a quien ignoro me es
más querido que aquel a quien doy. Sin embargo,
yo doy a los que veo con menos paciencia y que
no están contentos en su corazón con lo que Dios
les ha dado; e ignoro a los que son pacientes y es-
tán contentos con el bien y la fortuna que Dios
les dio, entre ellos está ‘Amrû bin Taglib». ‘Amrû
agregó: ‘¡Por Dios! Esas palabras del Mensajero
de Dios (B y P) me son más queridas que los me-
jores camellos rojos’.
516.
Abû Humayd Al-Sâ‘idi relató que el
Mensajero de Dios (B y P) se levantó una noche
(1)
Amma ba‘d:
ar. “en cuanto a lo que sigue”. Es una
frase que se usa en árabe para separar la introducción,
que generalmente consiste en alabanzas a Dios, del cuer-
po mismo del discurso.
(2)
‘Amrû bin Taglib
, era de la tribu Al-Namr bin Qâ-
sit. Emigró hacia el Profeta (B y P), quien le dijo: «Yo doy
a un hombre y no doy a otro, y al que no le doy es más
querido para mí que ese a quien le di... y no doy a otros
porque en sus corazones hay riqueza y bien», en referen-
cia a ‘Amru.
después del salat, glorificó y alabó a Dios y dijo:
«Amma ba‘d».
517.
Ibn ‘Abbâs dijo: ‘El Profeta (B y P) subió
al mimbar, y fue la última vez que se sentó allí,
con un manto alrededor de sus hombros y con un
vendaje con aceite alrededor de su cabeza. Glori-
ficó y alabó a Dios, luego dijo: «¡Oh gente! ¡Ve-
nid a mí!» La gente se agrupó alrededor suyo y,
entonces, dijo: «
Amma ba‘d:
De hoy en adelante
esta comunidad de los ansâr disminuirá y otros
aumentarán. Así pues, quien sea gobernante de
la nación de Muhammad (B y P) y tenga poder
para dañar a alguien o hacerle bien, que acepte lo
bueno de los ansâr y tolere las faltas de sus mal-
hechores»’.
XX
Si el imâm ve alguien entrando
a la mezquita mientras pronun-
cia la jutba, le ordena que rece
dos rak‘ât
518.
Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘Un hombre lle-
gó mientras el Profeta (B y P) pronunciaba la jut-
ba del ÿum‘a para la gente. Le dijo: «¿Rezaste fu-
lano?» El hombre dijo: No. Le dijo: «Levántate y
reza, pues»’.
XXI
Al-istisqâ’ (la invocación a
Dios por lluvia) en la jutba del
ÿum‘a
519.
Anas bin Mâlik dijo: ‘Una sequía azotó a
la gente en la época del Profeta (B y P). Mientras
el Profeta (B y P) pronunciaba la jutba del ÿum‘a,
un beduino se levantó y dijo: ‘¡Mensajero de Dios!
Nuestras posesiones se están perdiendo y nues-
tros hijos tienen hambre; por favor, invoca a Dios
(por lluvia)’. Así que el Profeta (B y P) elevó sus
manos (invocando a Dios por lluvia). En ese mo-
mento no había rastro alguno de nubes en el cielo.
¡Por aquel en Cuya mano está mi alma! Ni bien
bajó sus manos, las nubes se aglomeraron como
montañas. Y antes de que baje del púlpito, vi las
gotas de lluvia caer de la barba del Profeta (B y P).
Llovió ese día, el siguiente, el tercer día y el cuar-
to; hasta el siguiente viernes. El mismo beduino,
u otro hombre, se levantó y dijo: ‘¡Mensajero de
Dios! Nuestras construcciones se han derrumba-
do y nuestro ganado se ahoga. Pide a Dios por