El Concepto de dios en el Islam
Lo que dicen sobre Islam
El Islam revelado a Muhammad es la continuación y culminación de todas las religiones reveladas , por ello, es para siempre y para todos los pueblos. Esta característica del Islam se basa en pruebas contundentes. Primero, ningún otro Libro existe en la forma y con el contenido en que fuera revelado. Segundo, ninguna otra de las religiones reveladas tiene argumentos convincentes que sirvan de guía para justificar y adaptarse a los cambios de la vida humana.
El Islam guía a toda la humanidad y ofrece orientación básica con respecto a los problemas que confronta. Más que esto, ha soportado más de mil cuatrocientos años de prueba y tiene todas las posibilidades de establecer una sociedad ideal tal y como hizo bajo la dirección del último de todos los Profetas, Muhammad.
Los Cambios Que El Islam Trajo
Fue un milagro que el Profeta Muhammad lograra agrupar en las filas del Islam a sus más acérrimos enemigos sin contar con los recursos materiales necesarios. Idólatras, ciegos seguidores de sus antepasados, promotores de riñas tribales, hombres que no respetaban la dignidad humana. Se convirtieron en una nación disciplinada siguiendo las direcciones del Islam y de su Profeta.
El Islam abrió ante ellos el altruismo espiritual y la dignidad humana al declarar como único criterio el mérito y el honor. El Islam reformó la vida social, cultural, moral y comercial con leyes y principios en conformidad con la naturaleza humana y por tanto aplicables a todas las etapas porque la naturaleza humana no cambia.
Es de lamentar que el Occidente cristiano en lugar de hacer un intento sincero por comprender el éxito fenomenal del Islam en sus primeros tiempos, optara por considerarla religión rival. Durante los siglos de las cruzadas esta tendencia alcanzó gran fuerza e ímpetu y se produjo gran cantidad de literatura para empañar la imagen del Islam. Pero el Islam ha comenzado a desplegar su autenticidad ante los estudiosos, cuyas audaces y objectivas observaciones desmienten todas lasfalsedades que le imutaron los Ilamados “orientalistas imparciales”.
Lo Que Dicen Sobre El Islam
A continuación presentamos algunas observaciones sobre el Islam, hechas por reconocidas autoridades no musulmanes de los tiempos modernos. La verdad no necesita abogados que la defiendan. Pero la propaganda mal intencionada contra el Islam ha creado gran confusión incluso entre pensadores libres y objetivos. Esperamos que las observaciones siguientes contribuyan a iniciar una evaluación objetiva del Islam.
El [Islam] sustituyó el espíritu del monje por el del hombre. Ofrece esperanza al esclavo, hermandad a la humanidad y reconoce los hechos fundamentales de la naturaleza humana.
Canon Taylor
Ponencia leída ante el Congreso Eclesial de Walverhamton, 7 de octubre de 1887. Citado por Arnold en The Preaching of Islam (La Predicación del Islam), págs. 71-72.
El sentido de justicia es uno de los magníficos ideales del Islam, porque según leo el Corán encuentro esos principios dinámicos de la vida, no la mística sino la ética para la conducta diaria de la vida aplicable para el mundo entero.
Sarojini Naidu
Conferencias sobre los ideales del Islam, véase Speeches and Writings of Sarojini Naidu, (Discursos y escritos de Sarojini Naidu), Madras, 1918, pág. 167.
La Historia pone de manifiesto que la leyenda de los fanáticos musulmanes que arrasaban el mundo e imponían el Islamismo a punta de espada en las naciones conquistadas es uno de los mitos más absurdos y fantásticos que jamás hayan repetido los historiadores.
De Lacy O’Leary
Islam at the Crossroads (El Islam en la Encrucijada), Londres, 1923, pág. 8.
Pero el Islam tiene otro servicio que prestar a la causa de la humanidad. Después de todo, está más cerca que Europa del Oriente, y posee una magnífica tradición de comprensión y colaboración interracial. Ninguna otra sociedad ha logrado tanto éxitos uniendo en condiciones de igualdad de oportunidades y de esfuerzos a tantas y tan diversas razas. El Islam tiene poder de reconciliación entre elementos de raza y tradición aparentemente irreconciliables. Si alguna vez se ha de substituir la oposición entre las sociedades oriental y occidental por la colaboración, la mediación del Islam es una condición indispensable. Tienen en sus manos en gran medida la solución de los problemas con los que se enfrenta Europa en sus relaciones con el Oriente. Si se unen, las esperanzas de paz se reforzarán inconmensurablemente. Pero si Europa, rechazando la colaboración del Islam, la echa en brazos de sus rivales, los resultados no pueden dejar de ser desastrosos.
H. A. R. Gibb
Whither Islam (¿Adónde va el Islam?), Londres, 1932.
Siempre he tenido en gran estima a la religión de Muhammad por su magnifica vitalidad. Es la única religión que a mi juicio posee esa capacidad de asimilación en las fases cambiantes de la existencia, haciendose indispensable para todas las etapas. He estudiado a ese hombre extraordinario y en mi opinión lejos de ser un anti-Cristo, debe ser determinado Salvador de la Humanidad. Creo que si un hombre como él tuviera que asumir la dictadura del mundo moderno, lograría resolver sus problemas, de una manera que trajera consigo la tan necesaria paz y felicidad: he profetizado respecto a la fe de Muhammad, que sería aceptable para la Europa de mañana como está empezando a ser aceptable para la Europa de hoy.
George Bernard Shaw
The Genuine Islam (El Islam Autentico), Vol. 1, No. 81936.
La anulación de la discriminación racial como ocurre entre los musulmanes, es uno de los logros más notables del Islam y en el mundo contemporáneo existe, una necesidad imperante de propagar esta virtud islámica.
A. J. Toynbee
Civilization on Trial, Nueva York, 1948, pág. 205.
La ascensión del Islam es quizás el más asombroso acontecimiento de la historia de la humanidad. Surge de una tierra y un pueblo, hasta entonces insignificante, y se propaga, en cuestión de un siglo, por la mitad de la tierra sacudiendo grandes imperios, destronando religiones establecidas, remodelando el espíritu de las naciones, y construyendo un mundo nuevo –el mundo del Islam. Cuanto más de cerca examinamos estos acontecimientos más extraordinarios resultan. Las otras grandes religiones se abrieron camino lentamente, mediante penosos esfuerzos y finalmente triunfaron con la ayuda de poderosos monarcas convertidos a la nueva fe. El cristianismo tuvo su Constantino, el budismo su Asoka y el zoroastrianismo su Ciro, cada uno prestando a su culto elegido la poderosa fuerza de la autoridad secular. Pero no así el Islam, surgido de una tierra desértica habitada por una raza nómada, y sin anales en la historia de la humanidad, el Islam surge con el más frágil de los respaldos humanos y contra una superioridad inigualable. Pero el Islam triunfó con facilidad milagrosa, y un par de generaciones vieron cómo la fogosa Media Luna paseaba victoriosa desde los Pirineos hasta el Himalaya, desde los desiertos del Asia Central hasta los desiertos del África Central.
A.M.L. Stoddard
citado en: Islam – The Religión of All Prophets (El Islam, La Religión de Todos Los Profetas), Begum Bawani Waqf, Karachi, Pakistán, pág. 56.
El Islam es una religión esencialmente razonable en el más amplio sentido de la palabra, etimológica e históricamente. Se la aplica con exactitud le definición de: racionalismo como sistema que fundamenta las creencias religiosas en principios facilitados por la razón. No se puede negar que muchas doctrinas y sistemas teológicos así como muchas supersticiones, desde la adoración de los santos hasta el uso de rosarios y amuletos, han sido injertados en el tronco mismo del credo musulmán. Pero a pesar de la rica evolución, en todos los sentidos, de las enseñanzas del Profeta, el Corán ha mantenido su lugar como punto de partida fundamental, y el dogma de la unidad de Dios siempre ha sido proclamado con grandeza, majestad e invariable pureza y con un acento de la segura convicción que es difícil encontrar superado fuera del Islam. Esta fidelidad al dogma fundamental de la religión, la simplicidad elemental de la fórmula en la que está enunciado, la prueba que gana de la convicción fervorosa de los misioneros que lo propagan, son otras tantas causas que explican el éxito de los esfuerzos misioneros Musulmanes. Un credo tan preciso, desprovisto de toda complejidad teológica y en consecuencia accesible a la comprensión ordinaria no podía menos que poseer, y de hecho posee, un poder maravilloso para abrirse camino en la conciencia del hombre.
Edward Montent
Le Propagande Cretienne et Ses Adversaires Musulmans (La Propaganda Cristiana y Sus Adversarios Musulmanes), Paris 1890. Citado por T. W. Arnold en The Preaching of Islam, Londres, 1913, págs. 413-414.
No soy musulmán en el sentido usual, aunque creo que sí lo soy en el sentido de `quien se rinde ante Dios.’ Pero a mi juicio, en el Corán y en otras expresiones de la visión Islámica hay injertados grandes tesoros de verdades divinas de las que yo y otros occidentales tenemos mucho que aprender y el Islam es sin duda un poderoso contendiente en el establecimiento de un marco fundamental para la religión unida del futuro.”
W. Montgomery Watt
Islam and Christianity Today (El Islam y el Cristianismo Hoy), Londres 1983, pág. ix.
El Islam en un vistazo
La palabra Islam en árabe significa sumisión, paz, obediencia y, en sentido religioso, sumisión del hombre a la voluntad de Dios (Aláh). El hombre o la mujer que acepta la soberanía de Aláh único y se entregue completamente a Su voluntad es conocido como un Musulmán. El nombre mahometano que se emplea a menudo en lugar de Musulmán es erróneo, y ofensivo al espíritu mismo del Islam.
Los Musulmanes usan el nombre Aláh en lugar de Dios. El nombre Aláh significa, literalmente, El Dios – Dios Único, sin asociados. Para la conveniencia de los lectores hispanos, el nombre Dios se usa en este folleto, excepto cuando el nombre Divino aparece en una citación Coránica.
Continuidad de la Misión Apostólica
El Islam no es una religión nueva; en su esencia es la misma religión que Dios les reveló a todos Sus profetas. Nuestra sagrada escritura, El Corán (Al-Qur’an) nos dice:
Creemos en Aláh y en todo lo que se nos ha revelado; y en todo lo que se les reveló a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacob, a las Tribus, a Moisés, a Jesús y a todos los profetas de parte de nuestro Señor. No hacemos distinción entre ninguno de los profetas, y nos entregamos a la voluntad de nuestro Señor.
Creencias Fundamentales
Un musulmán cree en la singularidad de Dios único, en todos Sus enviados, en todos Sus mensajes y libros sagrados, en Sus Angeles, en el Día del Juicio Final, en una vida después de la muerte, y que cada persona es responsable de sus hechos y acciones. Tal es la creencia del musulmán.
La Singularidad de Dios
El Islam ordena la fe en un solo Dios y la sumisión a su soberanía, lo cual hace que el hombre conozca el significado del Universo y el lugar que ocupa en él. Esta fe libra al hombre de todos los miedos y supersticiones, haciendolo consciente de la Omnipresencia del Señor, el Dios Todopoderoso, y de sus obligaciones para con Él.
La fe en Dios se refleja y se transmite en acciones efectivas; la mera fe no es suficiente en el Islam. El creer en un solo Dios único requiere que toda la humanidad sea vista como una sola familia que existe bajo la benevolencia universal del Dios Creador de todo. La fe en Dios único y las buenas acciones son la clave para entrar al Paraíso. Es así como se establece una relación directa con Dios, factible a todo el mundo sin distinción y sin necesidad de ningún intercesor.
Patrimonio Hispánico Desconocido
El Islam entró completamente en el patrimonio hispánico sólo 80 años después de la muerte del Profeta Muhammad (Paz y bendición de Dios). Durante nueve siglos gloriosos, del año cristiano 711 hasta 1610, se mantuvo como la religión más tolerante de la península Ibérica, hasta que la Inquisición, falsamente llamada “el Santo Oficio” lo derrocó, y España entró en su Edad Media y Oscura. Durante la época de los musulmanes españoles, se edificaron monumentos tan célebres como la Gran Mezquita de Córdoba, la capital Omeya, el Alcázar de Sevilla y el Alhambra de Granada, que siguen atrayendo a los turistas como verdaderas joyas arquitectónicas Islámicas, aunque ahora en país reconquistado.
El Hombre Como Agente Libre
El hombre existe como el exponente supremo de la creación de Dios y es arquitecto de su propio destino. Creado con las mayores potencialidades, el hombre queda libre en su voluntad, y en sus acciones. Dios le ha enseñado el Camino Recto, y la vida del Profeta Muhammad (Paz y bendición de Dios) nos sirve como el ejemplo perfecto para alcanzar este ideal. La grandeza del hombre y su salvación eterna consisten en seguirlo. El Islam demuestra la santidad de la personalidad humana, les confiere igualdad de derechos a todos sin distinción de raza o género. El príncipe y el campesino, el rey y el plebeyo, están sujetos igualmente a la Ley Divina tal como se enuncia en el Corán y se ejemplifica en la vida del Profeta (Paz y bendición de Dios).
El Coran y la Tradición Profética
Al Coran es la última palabra que Dios reveló, y a la vez, la fuente básica de las leyes del Islam. El Corán trata de los fundamentos del credo, la moralidad, historia de la humanidad, el culto, sabiduría, conocimientos, las relaciones entre Dios y el hombre también como las relaciones entre el hombre y su prójimo. El Corán brinda las bases mas importantes sobre las cuales se pueden edificar los sistemas de justicia social, economía, política, legislación, jurisprudencia, derechos, leyes y relaciones internacionales. Muhammad (Paz y bendición de Dios) era un hombre sencillo, sin instrucción académica, quien no sabía leer ni escribir; no obstante, el Corán fue memorizado y dictado durante su vida por orden suya a sus discípulos. Todavía se puede consultar el Corán en su forma y original, completo en el lenguaje Árabe prístino que fuera revelado.
Los Hadices o relato de los dichos y hechos del Profeta Muhammad (Paz y bendición de Dios), explican y elaboran estas enseñanzas del Corán.
Conceptos del Culto Divino
El Islam no cree en el ritualismo, más bien insiste en que nuestras intenciones y acciones sean buenas. Para adorar a Dios, tenemos que conocerlo, quererlo y comportarnos según Sus leyes en todos las fases de la vida; debemos encomendar la bondad, prohibir lo malo, practicar la caridad, la justicia y servir a Dios sirviendo a la humanidad. El Corán expone estos conceptos de una manera sublime:
No es virtud orientar vuestros rostros hacia el Oriente o el Occidente; sino virtuoso es aquel que cree en Aláh y en el Último Día, en los Angeles, las Escrituras, y los Profetas; quien ofrece su hacienda por amor a Aláh, a sus parientes, a los huérfanos, a los necesitados, al caminante, al mendigo; rescata a los cautivos, y establece la oración, da la limosna pres-crita; los que cumplen con los compromisos contraídos, y el paciente en la miseria y bajo la adversidad y en tiempo de combate: ellos son los piadosos.
(Capitulo La Vaca 2:177)
Las Cinco Practicas Básicas del Islam
Según el Islam, cada acto que se lleve a cabo con la intención de cumplir con la Voluntad Divina, se considera como un acto de adoración. Sin embargo, los actos específicos de adoración que se conocen como los cinco Pilares de la fe Islámica, son los siguientes:
1. El Credo, o sea la profesión de la fe, que reza así: “Doy testimonio de que no hay más dios que Aláh, y que Muhammad es Su siervo y mensajero.” La misión apostólica de Muhammad (Paz y bendición de Dios) convida a los musulmanes a que sigan la vida ejemplar del Profeta en todos los sentidos.
2. La Oración, se debe rezar cinco veces al día como una obligación personal hacia Dios. Nos ofrece una ma- era de darle fuerza y vida a nuestra creencia en Dios, inspira una moralidad superior en el creyente, le purifica el corazón y suprime las inclinaciones indecentes.
3. El Ayuno se practica durante el sagrado mes de Ramadan. Se abstiene de la comida, la bebida, y las relaciones sexuales, desde el amanecer hasta la puesta del sol; y de todas las malas intenciones y deseos, incluso las peleas. El ayuno le enseña al hombre el amor, la sinceridad y la devoción; le cultiva una conciencia firme, la paciencia, el desinterés y la fuerza de voluntad propia.
4. El Azaque, cada musulmán debe dar anualmente el 2.5 por ciento de sus ahorros como una caridad obligatoria ofrecida al sector más pobre de la comunidad Musulmana.
5. El Peregrinaje, debe hacerse a condición de que uno lo pueda costear sin prejuicio alguno a su familia. Se debe efectuar, aunque sea una sola vez en la vida, la peregrinación es a la Ka’ba en la Meca.
La Vida Islámica
El Islam dispone de guiones definitivos para que toda la humanidad los siga por todos los caminos de la vida. Ofrece un código comprensivo para la vida; tratando de su economía, política, moralidad y aspectos espirituales. El monasticismo se rechaza en el Islam. Se le recuerda al creyente en varios lugares en el Corán, su última finalidad en la vida terrestre, sus deberes y obligaciones hacia si mismo, sus deudos y amigos, para su comunidad, todos sus prójimos y hacia su Creador. Al hombre se le han dado guiones fundamentales para que lleve una vida bien orientada, de modo que luego cuando se encuentre colocado ante el desafío de la vida, sepa poner efectivamente en practica los altos ideales de la vida que acaba de escuchar.
Perspectiva Histórica
Muhammad (Paz y bendición de Dios) nació en el año 570 de la era occidental, en la ciudad de la Meca en Arabia. Descendió de una ilustre familia Árabe, los Quraichitas. Recibió la primera revelación a la edad de cuarenta años. Cuando empezó a predicar el Islam, él y algunos de sus discípulos fueron sometidos a toda clase de abusos; fue preciso que emigrara con sus compañeros a Medina, otra ciudad en el norte de Arabia.
Durante el breve periodo de veinte y tres años, cumplió con su misión de Profeta y a la edad de sesenta y tres años entregó el alma a su Señor, siendo sepultado en la ciudad de Medina. Muhammad ( Paz y bendición de Dios) vivió una vida ejemplar y brindó este ejemplo a toda la humanidad. Su vida es un retrato de las enseñanzas del Corán puestas en práctica.
El Islam y Su Llamado Universal
Por su manera directa de expresar la Verdad, el Islam atrae poderosamente a cualquier mente que sea sincera y racional. El Islam ofrece una solución para todos los problemas de la vida; es una guía hacia una vida superior y feliz que glorifica en todas sus fases al Creador Todopoderoso.
Porvenir Hispanoamericano
La herencia islámica ha seguido íntimamente vinculada con la cultura hispanoamericana, donde las ciudades mineras del Perú y Bolivia enseñan todavía la obra de mano de los desterrados artesanos mudéjares de los Siglos XVI y XVII. La Capilla Real de Cholula en México es una auténtica hija de la Gran Mezquita de Córdoba, con sus bóvedas y arcos. Nietos de estos artesanos construyeron el claustro mudéjar de la Universidad Nacional de San Carlos a mediados del Siglo XVIII en la Antigua Guatemala; y sus descendientes perpetúan esta herencia hasta la fecha. El patio californiano es otra herencia islámica desde los días cuando el aire acondicionado vino a las casas y palacios del Mediterráneo y del Caribe por las rejas y el mecanismo del agua pura y bendita que Dios nos regala a todo el mundo. ¡Así pueda volver algún día la fe benévola e Islámica al Continente Americano!
El Concepto de dios en el Islam
Se entiende que en cada lengua se tiene uno o más términos que se usan en referencia a Dios y otras divinidades menores, este no es el caso con la palabra Alá1. Alá es el nombre personal del verdadero Dios Único. Ningún otro puede ser llamado Alá. Este término no tiene plural ni género y demuestra su singularidad cuando se lo compara con la palabra “dios”, la cual puede ser plural, (dioses) o femenina (diosa). Es interesante que Alá es el nombre personal de Dios en Arameo, la lengua de Jesús, y también en la lengua Árabe.
Para el musulmán, Alá es el Todopoderoso, Creador y Sustentador del universo, no tiene semejante y nada se compara a Él. Los contemporáneos del Profeta Muhammad le preguntaron acerca de Alá; la respuesta vino directamente de Dios en forma de un corto capítulo del Corán, que es considerado como la esencia del Monoteísmo. Es el capítulo 112, que dice:
Di: “Alá es Único; Alá es eterno. Jamás engendró ni fue engendrado; y no hay nada que se parezca a Él.”
Algunos no-musulmanes alegan que el Dios del Islam es un Dios rígido y cruel que demanda ser obedecido completamente, que no ama ni es benévolo. Nada más lejano de la realidad. es suficiente saber que, con la excepción de uno , los 114 capítulos del Corán comienzan con el verso: En el nombre de Dios, el más Clemente y Misericordioso. El profeta Muhammad (La Paz y las Bendiciones de Dios sean con él) dijo:
“Dios es más benévolo y ama más que una madre a su hijo.”
Pero Dios también es justo. Por eso, los malhechores deben ser castigados y los virtuosos tendrán generosidad y favores. En efecto, el atributo de Misericordia de Dios está manifestado completamente en Su atributo de Justicia. Los que sufren toda una vida en la Causa de Dios y los que oprimen y explotan a otros toda su vida no deben recibir el mismo tratamiento de su Señor. Esperar el mismo trato sería como negar la creencia en la responsabilidad del hombre en la Vida Futura, negándose toda estimulación hacia una vida moral y virtuosa en este mundo. Los siguientes versos coránicos son claros y precisos en este sentido:
Por cierto que para los piadosos habrá jardines de pla-cer a la vera de su Señor. ¿ Por ventura consideramos a los que tienen fe como a los pecadores? ¿ Qué les pasa ? ¿ Qué manera de juzgar es esa ? (Corán 68:34-36)
El Islam rechaza caracterizar a Dios en cualquier forma humana o presentarlo a favor de ciertos individuos o naciones en base a su riqueza, poder o raza. Dios creó a todos los hombres iguales; estos pueden distinguirse y ganar Su favor únicamente a través de la virtud y la piedad.
El concepto de que Dios descansó el séptimo día de la creación, que Dios luchó con uno de Sus Siervos, que Dios es un conspirador envidioso en contra de la humanidad, o que Dios se ha encarnado en un cuerpo humano es considerado como blasfemia desde el punto de vista islámico.
El uso de “Alá” , el nombre propio de Dios, es un reflejo del énfasis islámico en la pureza de la creencia en Dios, que es la esencia del mensaje de todos los enviados de Dios; es por esto que el Islam considera que la asociación de cualquier divinidad o persona con Dios como un pecado mortal que nunca perdonará, a pesar de que Él puede perdonar todos los demás pecados. El Creador tiene que ser de una naturaleza diferente a lo creado, porque si fuese de la misma naturaleza, sería transitorio y necesitaría de un creador.
Si el Creador no es transitorio, entonces tiene que ser eterno, y si es eterno, entonces Su existencia no puede ser causada por nada; y si nada causó su existencia, nada fuera de Él causa que siga existiendo, y esto significa que Él es Autosuficiente. Y si Él no depende de nada para continuar su propia existencia, entonces ésta no puede tener fin. Por esta razón el Creador es Eterno y Perpetuo: “El es el Primero y el Último.” Él es Autosuficiente o, en términos coránicos, Él es Al-Qaiyum. Él crea no solo por producir cosas que existan, sino que las preserva y es la causa final de todo lo que les suceda.
Dios es el Creador de todo y el Guardián de todo. Suyas son las llaves de los cielos y la tierra. (Corán 39:62-63)
No existe ser viviente sobre la tierra cuyo sostén no depende de Dios y cuya estancia y paradero transitorio Él no conozca. (Corán 11:6)
Atributos de Dios
Si el Creador es Eterno y Perpetuo, Sus atributos también tienen que ser eternos y perpetuos. No puede perder ninguno de Sus atributos ni adquirir unos nuevos. Y si esto es así, entonces Sus atributos son absolutos. ¿Puede haber más de un Creador con tales atributos absolutos? ¿Puede haber, por ejemplo, dos creadores absolutamente poderosos? Si pensamos esto por un momento veremos que no es posible.
El Corán resume este argumento en los siguientes versos:
Dios no ha tenido ningún hijo ni jamás ningún otro dios compartió con Él (la divinidad). De ser así, cada dios se habría apropiado de su creación y habría prevalecido uno sobre otro. (Corán 23:91)
Si hubiera en el universo otras divinidades además de Dios, ya se habrían arruinado (los cielos y la tierra). (Corán 21:22)
La Unicidad de Dios
El Corán nos recuerda la falsedad de las alegaciones de otros dioses. A los adoradores de objetos hechos por la mano del hombre se les pregunta:
¿Adoras a lo que has esculpido? (Corán 37:95)
¿Adoptaréis acaso, en vez de Él, a patrones que no pueden beneficiarse ni defenderse? (Corán 13:16)
A los que adoran cuerpos celestiales se les cita la historia de Abraham:
Cuando la noche lo cubrió, vio una estrella y dijo: “He aquí mi Señor.” Pero cuando esta desapareció dijo: “No adoro a los que desaparecen.” Cuando vio despuntar la luna, dijo: “He aquí mi Señor” Pero cuando esta desapareció, dijo: “Si mi Señor no me ilumina, me contaría entre los desviados.” Más cuando vio despuntar el sol dijo: “He aquí mi Señor, este es mayor.” Pero cuando se hubo puesto, dijo: “Oh pueblo mío, por cierto que no soy responsable de vuestra idolatría.
Yo me consagro a Quien creó los cielos y la tierra; soy monoteísta y no me cuento entre los idólatras.” (Corán 6:76-79)
La Actitud del Creyente
Para ser un musulmán, que significa: “Sumiso a Dios”, es necesario creer en la unicidad de Dios: que Él es el Único Creador, Preservador, Nutridor, etc. Esta creencia – Llamada Tawhid Arrububía – de por sí no es suficiente. Los idólatras sabían y creían que solo el Dios Supremo podía hacer todo esto. Pero esto no era suficiente para hacerlos musulmanes. Tawhid Arrububía se complementa con Tawhid Aluluhía (Que es admitir que solo Dios merece ser adorado),
¡Oh adeptos de las escrituras! No exageréis en vuestra religión y no digáis de Dios sino la verdad. Por cierto que el Mesías, Jesús, hijo de María, solamente es el Enviado de Dios y Su Palabra, con que agració a María, y su espíritu procede de Él. Creed pues en Dios y en Sus mensajeros, y no digáis: “Tres”. Absteneos de ello y será mejor para vosotros; porque Dios es un dios único. ¡Glorificado sea! ¡Lejos está de tener un hijo! (Corán 4:171)
Al obtener este conocimiento del Dios verdadero, la persona debe tener fe en Él y no permitir ser incitado a negar la verdad.
Cuando la fe entra al corazón, la persona experimenta cierto estado mental que resulta en determinadas acciones. La combinación de ese estado mental y sus acciones es prueba de la verdadera fe. El Profeta dijo:
“Fe es aquello que habita firmemente en el corazón y es manifestado con hechos.”
Primero, de entre los mencionados estados mentales, está el sentido de agradecimiento a Dios, que se puede decir, es la esencia de la Ibada (Adoración). el sentido de agradecimiento es tan importante que el que no cree en Dios es llamado Káfir, que quiere decir:
“Uno que niega la verdad,” “uno que es mal agradecido” y también “un rebelde en contra del que lo creó.”
El creyente ama y agradece a Dios por la generosidad que Él le ha mostrado, atento siempre de que sus buenas obras, físicas o mentales, sean proporcionales a cualquier favor divino que se le haya otorgado. El individuo está siempre atento y ansioso porque teme la ira de Dios, no solo en Esta Vida sino en el Más Allá. Por eso se entrega a Dios y le sirve con gran humildad. Este estado mental no puede ser adquirido sin estar consciente de Dios todo el tiempo. Acordarse de Dios es la fuerza vital de la fe, si no, esta se marchita y desaparece.
Versos del Corán
El Corán trata de desarrollar este sentido de agradecimiento repitiendo frecuentemente los atributos de Dios. Encontramos estos atributos en los siguientes versos del Corán.
Él es Dios: No hay más dios que Él, Conocedor de lo invisible y lo visible; Él es Graciabilísimo, Misericordiosísimo. Él es Dios: no hay más dios que Él. Soberano, Santísimo, Salvador, Pacificador, Celador, Compulsor, Supremo. ¡Glorificado sea Dios de cuantos copartícipes le atribuyen! Él es Dios, Creador, Omnifactor, Formador. Suyos son los más sublimes atributos. Todo cuanto existe en los cielos y la tierra le glorifica, porque Él es poderoso, prudente. (Corán 59.22-24)
¡Dios! No hay más Dios que Él. viviente, Subsi-stente, a quien jamás rinde modorra ni sueño. Suyo es cuanto existe en los cielos y la tierra. ¿Quién podrá interceder ante Él sin Su permiso? Él conoce tanto su pasado como su futuro, y ellos no conciben nada de Su ciencia, sino lo que Él quiere. Su trono abarca los cielos y la tierra, cuya custodia no agobia, porque es excelso, Grandioso. (Corán 2:255)
EL SISTEMA MORAL EN EL ISLAM
El Islam ha establecido los derechos universales y fundamentales para la humanidad que deben ser observados y respetados bajo cualquier circunstancia. Para lograr el cumplimiento de estos derechos, el Islam no solo proporciona las garantías legales sino que también presenta un sistema moral eficaz. Todo lo que conduce al bienestar del individuo o de la sociedad es moralmente aceptado y desarrollado en el Islam, y cualquier cosa que sea injuriosa es rechazada. El Islam concede tanta importancia al amor a Dios como al amor hacia el hombre, sin caer en formalismos. En el Sagrado Corán leemos:
La piedad y la caridad no consisten en que volváis vuestro rostro hacia el oriente ohacia el Occidente, sino en creer en Dios y en el ultimo Día, en los ángeles, en las escrituras y en los profetas, en ofrecer del dinero propio en amor a Dios, a los parientes, huérfanos, necesitados, viajeros, mendigos y para liberar a los esclavos. Asimismo en hacer la oración y pagar el Zakat, en cumplir los compromisos contraídos, en ser pacientes en el infortunio, en la aflicción y en tiempos de peligro. ¡Esos son los hombres sinceros y devotos! (Corán 2:177)
En este versículo se nos ofrece una bella descripción del hombre piadoso donde se establecen unas reglas para su salvación, manteniendo su mirada en el amor a Dios y en el amor a los demás. Aquí se nos plantean cuatro directrices:
• Nuestra fe debe ser verdadera y sincera.
• Debemos estar preparados para demostrarla en actos de caridad con los demás.
• Debemos ser ciudadanos ejemplares apoyando todas y cada una de las obras sociales.
• Nuestra propia alma ha de ser firme e imbatida ante todas las circunstancias.
Este es el patrón sobre el cual se juzga una forma de conducta en particular, calificándola como buena, o menos buena, y ello constituye el núcleo alrededor del cual debe moverse toda conducta moral. Pero antes de establecer ningún precepto moral, el Islam trata de implantar firmemente en el corazón del hombre la convicción de que su compromiso lo adquiere íntegramente con Dios, que le ve en todo momento y en todo lugar, que podrá esconderse de todo el mundo menos de Él; que podrá engañar a todos pero no podrá engañar a Dios, y que no podrá esperar mejor recompensa que la recibida de las manos de Dios.
De esta manera, al establecer como objetivo de la vida del hombre la complacencia de Dios, el Islam ha creado el más alto patrón de moralidad posible. esto deberá conducir a un futuro sin límites para la evolución moral de la humanidad. Al convertir la revelación divina en fuente principal del conocimiento, se garantiza la permanencia y la estabilidad de los patrones morales que permiten un margen razonable para unos ajustes genuinos, adaptaciones e innovaciones benéficas según lo permita la Ley , aunque no para perversiones, desviaciones salvajes, relativismos absurdos o libertinaje. El Corán establece una identificación propia con la moralidad, basada en el amor y devoción a Dios, que impulsará al hombre a obedecer la ley moral voluntariamente sin necesidad de ninguna presión exterior. A través de la fe en Dios y en el Día del Juicio, se genera una fuerza que permitirá adoptar la conducta moral de forma sincera y seria, con toda devoción del corazón y del alma.
Este sistema moral no proporciona nuevas virtudes, rebuscadas por un falso sentido de originalidad e innovación, ni trata de minimizar la importancia de otras normas morales bien conocidas, como tampoco concede una importancia exagerada a algunas, dejando de lado a otras sin causa justificada. El Islam recoge todas las virtudes morales conocidas y, con un sentido de equilibrio y proporción, les asigna a cada una de ellas un lugar y una función adecuada en el esquema global de la vida. El Islam ensancha el horizonte de la vida individual y colectiva y sus actividades en el campo político, económico, legal, formativo y social. Abarca toda la vida del hombre, desde el hogar hasta la sociedad, desde la mesa hasta las conferencias internacionales.
Literalmente: Desde la cuna hasta la tumba. En resumen, no hay ninguna esfera de la vida que queda exenta de esta aportación universal y global de los principios morales del Islam. Esta religión convierte a la moralidad en soberana y asegura de esta manera que todos los aspectos de la vida estén regulados por normas de moralidad, en lugar de estar dominados por deseos egoístas e intereses mezquinos.
El Islam estipula para el hombre un sistema de vida basado en la bondad. Invoca a la gente no sólo para que practiquen la virtud sino para que establezcan la virtud y erradiquen el vicio; para que busquen el bien y rechacen el mal. El Islam quiere que prevalezca el veredicto de la conciencia, y que la virtud no quede relegada a un segundo papel por el mal, los que responden a este llamada quedan agrupados en una sola comunidad y se les da el nombre de musulmanes. Y el objetivo singular en el que se basa la formación de esta comunidad (Umma) es el de llevar a cabo un esfuerzo organizado para establecer y practicar la bondad así como para suprimir y erradicar el mal.
Damos a continuación algunas de las enseñanzas morales básicas del Islam para diversos aspectos de la vida de un musulmán. Abarcan el amplio espectro de la conducta moral personal así como sus responsabilidades sociales.
LA PIEDAD Y LA DEVOCIÓN A DIOS
El Sagrado Corán menciona la piedad como la cua-lidad más elevada de un musulmán:
Para Dios, el más noble de entre vosotros es el más piadoso, el más devoto. (Corán 49:13)
Humildad, modestia, control de pasiones y deseos, veracidad, integridad, paciencia, constancia y el cumplimiento de las promesas son valores morales en los cuales insiste una y otra vez el Corán. Es así que leemos:
Y Dios ama a aquellos que son firmes y pacientes. (Corán 3:146)
Y apresuráos a obtener el perdón de vuestro Señor y alcanzar un paraíso tan vasto como los cielos y la tierra, que ha sido preparado para los piadosos y devotos, que son caritativos tanto en la prosperidad como en la adversidad, reprimen la ira, perdonan a la gente, porque Dios ama a los bondadosos. (3:133-134)
¡Hijo mío! ¡Haz la oración!, ¡Ordena hacer el bien y prohibe lo que está mal! ; ¡Ten paciencia ante cualquier adversidad!, porque ésta es la verdadera resolución. No pongas cara de altivez a la gente, ni andes con insolencia, porque Dios no ama a nadie que sea presumido jactancioso. Sé modesto en tus andares y habla en voz baja; porque el sonido más desagradable es, ciertamente, el rebuzno del asno. (Corán 31:17-19)
En una forma que resume el comportamiento moral de los musulmanes, el Profeta Muhammad (La Paz y bendiciones de Dios sean con él) dijo:
“Mi Señor me dio nueve mandamientos: Permanecer devoto a Dios, tanto en privado como en público, hablar con justicia, tanto si estás airado como si estás contento; mostrar moderación, tanto en la pobreza como en la riqueza; volver a establecer la amistad con aquellos que la hayan roto contigo; darle a aquél que te rechaza; que la mirada sea una admonición, y que dispongas lo que es correcto.”
RESPONSABILIDADES SOCIALES
Las enseñanzas del Islam referentes a las respon-sabilidades sociales están basadas tanto en el afecto y el respeto como en la solidaridad con los demás. Dado que algún precepto general de bondad probablemente llegue a ignorarse en algunas situaciones concretas, el Islam insiste en unos actos de bondad específicos y define las responsabilidades y derechos de diferentes relaciones. En un círculo de relaciones que se amplia gradualmente, nuestra obligación se centra primero sobre nuestra familia – padres , cónyuges e hijos -, luego con los demás parientes, vecinos, amigos y conocidos, huérfanos y viudas, y desde luego con los necesitados de la comunidad, y de toda la humanidad. Esta responsabilidad se extiende a los animales y a todo el sistema ecológico.
PADRES
En las enseñanzas del Islam se insiste mucho en el respeto y cariño a los padres, siendo ésta una parte muy importante de la expresión de fe de un musulmán.
Tu señor ha decretado que no debéis adorar a otro sino a Él y que debéis ser bondadosos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos envejecen en tu casa, no les digas “¡Uf!” ni les trates con antipatía, sino que debes dirigirte a ellos honrándoles siempre. Se piadoso y muéstrate deferente con ellos, y di: Señor, ten misericordia de ellos, pues ellos la tuvieron cuando me educaron siendo niño. (Corán 17: 23-24)
OTROS PARIENTES
Da lo que es su derecho al pariente así como el pobre y al viajero y no prodigues tus riquezas despilfarrándolas. (Corán 17: 26)
EL PRÓJIMO
El Profeta (La Paz y bendiciones de Dios sean con él) dijo: “No es creyente aquel que come hasta la saciedad cuando su prójimo tiene hambre.”
Y: “No es creyente aquél cuyo prójimo no esté a salvo de su mano y de su lengua.”
De hecho, de acuerdo con el Sagrado Corán y las tradiciones (Sunna), un musulmán debe cumplir con su responsabilidad moral, no solo con sus padres, parientes y vecinos, sino con toda la humanidad, los animales, incluso todo el ecosistema. Por ejemplo, no está permitido cazar pájaros y animales por el mero placer de cazar. De forma similar está prohibido cortar árboles y plantas que dan fruto, a menos que haya para ello una necesidad muy urgente.
De este modo y basándose en estas características, el Islam crea un sistema moral más elevado, gracias al cual la humanidad podrá alcanzar todo su potencial. El Islam purifica el alma del egoísmo Individualista, de la tiranía, de la vanidad y de la indisciplina. Crea hombres piadosos y devotos a Dios, leales con sus ideales, cultos, llenos de bondad, generosidad y disciplina, que no se comprometen con la falsedad. El Islam induce sentimientos de responsabilidad moral y fomenta la capacidad de autocontrol. El Islam genera solidaridad, hermandad, misericordia, simpatía, paz, desinterés, ecuanimidad y veracidad escrupulosa respecto a toda la creación y en todas las situaciones. Nutre las nobles cualidades de las cuales únicamente se puede esperar el bien. Participa y coopera en resolver los problemas económicos y políticos de la sociedad.
Y esta es sólo una de las ventajas de la doctrina islámica.