El Boletin Islamico Edicion Numero 3

pacífico reposo. Cuan agradecidos estaban los hermanos de San Francisco, por haber retrasado la oración del Dhuhur y el almuerzo, para poder visitar a aquel hombre que tenía tan poco tiempo de vida. Todos ellos regresaron a la casa del anciano y empezaron el proceso del funeral islámico. El hermano mayor quien fue el primero en aceptar el Islam, estaba listo para realizar el servicio final para su amado padre, el baño islámico y la preparación final con la ayuda de los hermanos de San Francisco. La esposa del difunto dijo que cuando ella dejó la casa temprano, había ido donde su sacerdote local y le había explicado a cerca de este extraño grupo de hombres que había llegado de quién sabe donde a convertir a su familia, y que estaban en el proceso de sepultar a su esposo de tantos años, islámicamente. Ella explicó al sacerdote lo que los hermanos habían dicho acerca de Jesús y el Islam. Este sacerdote estuvo de acuerdo con los puntos que los hermanos habían hecho y sugirió que ella se sometiera a los deseos de su esposo. Durante el entierro, los hijos de Mukhtar pudieron ponerlo amorosamente en su tumba mirando hacia la Qiblah (la Meca) con sus propias manos, y así cumplir completamente los deseos de su padre en su lecho de muerte... de estar entre musulmanes al morir. La grandeza de Allah le permitió ser enterrado como musulmán, por musulmanes, y con aquellos musulmanes que son de su misma sangre familiar. Después del entierro los hermanos de San Francisco se quedaron mientras daban la suficiente información acerca del Islam a la familia. La familia despejó la casa de ídolos y cruces, y transformaron su inmensa casa en la “Mezquita de Chinandega”. Esto fue luego de que la madre, que estaba profundamente conmovida por el funeral de su esposo también aceptó el Islam antes de que los hermanos partieran. Esta fue otra de las milagrosas historias que les sucedió a los hermanos del grupo de San Francisco en su visita a Nicaragua. Muchas historias como estas les aconteció al grupo de San Francisco en Nicaragua. Dentro de la comunidad Islámica de Managua habían surgido algunas fricciones debido a discrepancias en los negocios. La mezquita estaba virtualmente vacía durante el Salat cuando el grupo llegó. Debido a su esfuerzo, se dio paso a una renovación del espíritu islámico y de hermandad. Los corazones de los musulmanes de Managua, se unieron nuevamente en hermandad. Como resultado de su visita, muchos de los residentes islámicos de Managua volvieron a asistir a las oraciones del Fajr e Isha en congregación. Los hermanos de San Francisco también les proveyeron un horario anual para la oración lo cual ellos no tenían antes, teniendo que depender de los horarios que ellos recibían durante Ramadán, ellos no lo ajustaban durante el año. Estos descendientes de los primeros inmigrantes estaban hambrientos de información sobre el Islam. Casi 60 personas aceptaron el Islam como resultado de la visita del grupo de San Francisco. El Corán en español y algo de literatura están en continua demanda. Es responsabilidad de todos nosotros recordar a esos musulmanes que están lejos. Por favor, si es posible, colaboren en nuestro esfuerzo para asistirlos con literatura en español. Hubo muchos movimientos y algunas historias maravillosas del grupo de San Francisco mientras continuaron su viaje al Salvador; Honduras, y Guatemala... ¡no se pierdan de sus aventuras en las futuras ediciones del Boletín Islámico! A uno de los hermanos del grupo de San Francisco que visitó América Central, su secretaria le había pedido que durante su viaje de dawah (difusión del Islam) entregara algunos objetos a su madre, la señora Molina, quien en ese entonces vivía en el pequeño pueblo de Granada, cerca de Managua. Parece que la secretaria de este hermano, una no musulmana, estuvo recibiendo algunas críticas de su madre y otros miembros de su familia por sus inclinaciones islámicas debido al trabajo de nuestro amigo. Ella había dejado de comer cerdo y le gustaba leer el Corán “porque hacia que se sienta bien”. La madre había estado acusando al buen hermano de estar lavando el cerebro de su hija. Bueno, el hermano entregó el paquete a la señora Molina como lo había prometido, y después de una conversación poco amistosa, él se dio cuenta que era el tiempo para la oración del Magreeb. Él le pidió permiso para poder rezar ahí, a lo que ella accedió. Después de rezar, nuestro amigo empezó a responder las preguntas de la señora Molina acerca del Islam, y antes que se diera cuenta… ella dijo que quería ser musulmana e hizo su shahada, y más aún le pidió que hablara a sus amigos y vecinos acerca del Islam. ¡Una convertida muy entusiasta! Bueno, no hace falta decir… la secretaria del hermano no tardo en enterarse del “lavado de cerebro” de su madre, y se encontraba aún un poco sorprendida por este cambio en los eventos. Pero no tanto, conociendo a este hermano quien era su jefe. Sin embargo el problema es que ahora su madre empezó a criticarla de nuevo… esperando saber que detiene a su hija y yerno de aceptar también el Islam.

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