The Islamic Bulletin
Volume X X No. 26
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sido reservadas previamente para las familias de altos
rangos) se distribuyeron de manera uniforme entre los pobres para
fines de cultivo.
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sus ciudadanos. Además, de reportar que si cualquier persona
hubiese visto a un oficial maltratar a alguien, ese oficial debía ser
reportado al líder y a esa persona se le daría una recompensa que
oscila entre 100 a 300 dirhams.
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no esposaran a una ninguna persona encarcelada que le impidiera
realizar la Oración. También escribió para ellos:
“Si su poder sobre la gente tuviera que llevarle a tratar a
los presos injustamente, recuerden el poder que tiene Dios sobre
ti.” El Bienestar de su sociedad. Cuando llegó el momento de la
caridad obligatoria anual, nadie aceptó. En su lugar, fue enviado
a pueblos vecinos para elevar los niveles de vida de otros. Todo
el mundo fue capaz de ayudar a su familia sin mendicidad. Esto
provocó júbilo entre la gente y más lealtad hacia su líder.
Omar también regaló toda su riqueza para mejorar a la
sociedad. En su poder, Omar solo poseía una thobe. Su pueblo
se dio cuenta de esto, cuando se dieron cuenta de que siempre
llegaba tarde a las oraciones del viernes como consecuencia de
que él esperaba a que se secara su thobe después de lavarla. Otro
ejemplo de este líder notable fue que demostró lo cuidadoso que
era en el uso de los recursos de propiedad estatal. En la oficina,
Omar tenía dos velas. Si quería escribir asuntos de Estado, lo hacía
en la vela que pertenecía al Estado. Sin embargo, si quería escribir
sus propias cartas personales, usaría la vela que había sido compra-
da con su propio dinero.
Siguiendo el ejemplo del Profeta (S), Omar bin Abdul-Aziz
envió a sus emisarios a China y el Tíbet, invitando a sus gober-
nantes a aceptar el Islam. Fue durante la época de Omar bin Abdul
Aziz que el Islam echó raíces y fue aceptado por una gran
parte de la población de Persia y Egipto.
Omar bin Abdul-Aziz fue el primer Khalifa encargado en
realizar una traducción del Corán, del árabe a otro idioma. A pet-
ición del Raja (rey) de Sindh (País llamado ahora Pakistán), tradujo
el Corán al idioma sindhi antiguo y lo envió al Raja (718 dC). Du-
rante el liderazgo de Omar, la fe floreció como había pasado du-
rante el período de Umar Ibn al Jattab (R). Son estas razones por las
que los historiadores a veces se refieren de Omar bin Abdul Aziz
como Omar II. Omar bin Abdul Aziz fue también el primer Khalifa
que intentó una importante reconciliación de diferencias políticas
y religiosas entre los musulmanes. Omar comenzaba orando en los
Jumha Khutabs (sermones de los viernes) y leía el siguiente pasaje
del Corán: “Dios ordena que practiques la justicia, él manda a
ayudar y a colaborar con tus parientes: Él prohíbe la obscenidad,
el mal y la opresión, de modo que así puedas recordarlo.” (Corán
16:90)
Khalifa Omar Bin Abdul Aziz pronunció su último khutbah
(sermón):
“¡Oh pueblo. No fueron creados en vano, ni tampoco
a olvidarse de ustedes mismos. Más bien, regresarán a un lugar
en el que Dios, Subhannah wa Ta’ala, descenderá con el fin de
juzgar y discernir entre ustedes. Los destituidos y los perdidos que
abandonaron la compasiva misericordia de Alá el Altísimo, serán
excluidos del Jannah, y las fronteras que son tan amplias como los
cielos y la tierra.
¿No sabes que la protección mañana, se limitará a los
que le temen a Alá (hoy), y para los que dejaron algo efímero por
algo permanente, algo pequeño por algo grande, y el miedo por
protección?
¿No te das cuenta de que eres el descendiente de aquel-
los que han perecido, que aquellos que quedan tomarán su lugar
después de ti, y que todo esto continuará hasta que todos ustedes
vuelvan a Alá, el Altísimo.
“Dios ordena que practiques la justicia, él manda a ayudar
y a colaborar con tus parientes: Él prohíbe la obscenidad, el mal y
la opresión, de modo que así puedas recordarlo.” (Corán 16:90)
¿Todos regresaron a Alá, el Altísimo? Cada día que despa-
chas a Alá, el Altísimo, en todos los momentos del día, alguien
que ha muerto, en su mandato después de haber llegado a su fin;
lo entierran en una grieta en la tierra y luego lo dejas sin almohada
o sin cama. Se ha separado de sus seres queridos, cortando sus
conexiones con los vivos, y estableciendo su residencia en la tierra,
con la cual él se encuentra cara a cara con las cuentas. Él está
hipotecado en sus obras. Él necesitará sus logros, más no las cosas
materiales que dejó en la tierra.
Por lo tanto, temed a Allah antes de que la muerte de-
scienda y sus tiempos señalados caduquen. Juro por Alá que yo
te digo estas palabras sabiendo que yo mismo he cometido más
pecados que cualquiera de ustedes; Por lo tanto, le pido a Allah wa
Ta’ala Subhannah perdón y me arrepiento.
Cuando nos enteramos que alguno de ustedes necesita
algo, trato de satisfacer su necesidad en la medida en que pueda
ser capaz. Siempre que puedo le doy la satisfacción a uno de ust-
edes con mis posesiones, busco tratarlos como un igual o como mi
pariente, para que mi vida y sus vidas sean de igual valor.
Juro por Alá que si yo quisiera otra cosa, a saber, como
la riqueza, entonces habría sido fácil para mí solo pronunciar la
palabra, ya que estoy consciente de los medios para la obtención
de este.
Pero Allah Ta’ala ha publicado en un libro elocuente y en
un solo ejemplo (La Sunnah) por medio del cual Él nos guía a la
obediencia”.
Él (Omar Ibn Abdul Aziz) levantó el borde de su túnica y
comenzó a sollozar, haciendo que las demás personas a su alrede-
dor se pusieran a llorar. Y luego se retiró y nunca dio un paso más
allí hasta que falleció. El liderazgo de Omar no se puede comparar
al de ninguna otra persona - era tan único-. Diferentes líderes rein-
aron antes y después de él, pero ninguno pudo romper su récord
de los magníficos cambios que él realizó. Murió en el año 719 EC,
después de gobernar durante sólo dos años y cinco meses. Sus
enseñanzas se extrañaron con gran dolor, ya que nunca tendrían
un líder como Omar bin Abdul-Aziz.