El Corán Traducción comentada
El Corán Traducción comentada Traducción Lic. M. Isa García
© Isa García Traducción del árabe: © Isa García Revisión de la Traducción: Lic. Anas Amer Quevedo Revisión Bibliográfica y Estilo: Said Abdunur Pedraza Revisión Ortográfica: Lic. Magnolia Bustos Trujillo Diseño de Cubierta y Diagramación Allyson (Aliye) Ivette Gari H. Bogotá, Abril de 2013 Versión Interactiva ISBN: 978-000-000-000-00 DISTRIBUCIÓN GRATUITA © Derechos Reservados de Autor, se prohibe la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor. si tiene algun comentario o duda sobre esta traduccion, puede escribirnos a : comentarios.traduccion.coran@gmail.com
5 Prólogo Algunos se preguntarán: ¿para qué publicar una nueva traducción del Corán al español cuando existen varias conocidas y difundidas? Tratar este tema sería muy extenso, pero resulta relevante aclarar que en este caso, el trabajo intenso de cuatro años del sheij Isa García ha fructificado en una traducción que lleva el sello particular, gracias a su lenguaje y a su enfoque, de mostrar la actualidad, permanencia y universalidad del Corán, siendo además la primera traducción dirigida al público latinoamericano. Por ello, este esfuerzo por traducir el Corán para lograr un texto que refleje de manera fiel el espíritu y el mensaje originales, complementando las traducciones existentes y ampliándolas, es bienvenido. El mundo enfrenta problemas gravísimos que, con la inestabilidad del sistema económico global actual, se hacen cada vez más complejos y profundos. La desigualdad, el hambre, los conflictos internos, la destrucción de los ecosistemas, el desmoronamiento de la familia y de los valores tradicionales, etc., hacen cada vez más urgente la búsqueda de opciones, y el Islam tiene muchos conceptos que aportar. El Islam no se limita a una creencia en Dios Todopoderoso y a unas normas religiosas y morales. Es una forma de vida que nos muestra cómo construirnos como individuos, como familias, como negocios, como naciones y como criaturas que hacen parte de la naturaleza. Cómo convivir en paz en medio de la diversidad de etnias, creencias y tradiciones. Cómo impartir justicia y asegurar una vida digna para todos los miembros de la sociedad, con seguridad y equidad. Cómo desarrollar una civilización que no destruya el medio ambiente ni sea deshumanizante, sino que al contrario, promueva el crecimiento sano de las personas y las comunidades
6 tanto en lo físico como en lo espiritual, en armonía con la creación y el Creador. Todo esto con base en principios, normas, leyes y valores, que no son utópicos, sino que han sido aplicados con éxito y han sido históricamente reales. Aquello que hizo posible que la gran civilización islámica surgiera en menos de un siglo, sigue vivo y vigente, y su fuente primaria es el Corán. Esta traducción es una gran oportunidad de conocer esa fuente y sus propuestas para mejorar nuestras vidas. Quiera Dios que esta traducción sea de beneficio para muchas personas, que lleve luz y buenas noticias al corazón de todo aquel que la lea, y que nos recuerde que le pertenecemos a Él, de Él venimos y a Él hemos de retornar. Y que Dios bendiga al traductor y recompense ampliamente su esfuerzo. Amén. Said Abdunur Pedraza Alejandría, Egipto. Febrero, 2013 / Rabi Awal, 1434. Prólogo • El Corán (traducción comentada)
7 Introducción del traductor En el nombre de Dios, el Misericordioso con toda la creación, el especialmente Misericordioso con aquellos que albergan la fe en sus corazones respondiendo al llamado de los profetas. Todas las alabanzas pertenecen a Dios, Señor de los universos. Agradezco a Dios por haberme guiado al Islam y haberme mostrado la amplitud del conocimiento que encierran Su Libro Sagrado y la tradición de Su Profeta; de no haber sido por la gracia de Dios, nada hubiera logrado. Atestiguo que nada ni nadie merece ser adorado salvo Dios, Uno y Único, y atestiguo que Mujámmad es el último de los profetas enviados a la humanidad. Cuando acepté el Islam y lo asumí como forma de vida, estaba sediento de saber, quería conocer lo mejor posible la fuente primera del conocimiento, la revelación divina: el Sagrado Corán. Sabía desde el principio que el Corán fue revelado en árabe, y que este texto es original: ha sido preservado y mantenido intacto a lo largo de más de 14 siglos. Pero al no saber árabe, tuve que remitirme a diferentes traducciones que se han hecho al español. Y lo que encontré llegó en ocasiones a decepcionarme, pues el texto aparecía muchas veces confuso o incongruente. Comprendí que esto se debía, principalmente, a dos factores. El primero, que muchas traducciones han sido elaboradas por personas que no tenían el suficiente conocimiento del Islam, su mensaje y su historia, y que por ello confundían conceptos o incluso, en algunos casos de forma premeditada, trastocaban los sentidos para desacreditar al Islam y su libro sagrado. El segundo, que en su mayoría las traducciones son demasiado literalistas, imitan el estilo árabe en la traducción, no solamente en la expresión del
8 significado sino en el orden mismo de las palabras, de modo que no se apegan a la gramática del español y por ello resultan confusas. A esto debe agregársele que algunas de las traducciones al español utilizan un lenguaje antiguo y lejano al que solemos utilizar en el continente americano, y que a la vez carecen en su mayoría de notas aclarativas sobre el contexto histórico o las implicaciones legales. Más tarde, cuando tuve la oportunidad de estudiar el idioma árabe y acceder a los significados del Sagrado Corán en su idioma original, comprendí que en la traducción me había perdido de mucho. Si bien es cierto que ninguna traducción podrá jamás acercarse a la belleza narrativa, poética y retórica del Corán, ni reproducir a la vez su sonoridad y las múltiples formas en que puede ser recitado, también es cierto que las traducciones, unas más que otras, fallan en transmitirle al lector la verdadera esencia del mensaje coránico. Esto despertó en mí el interés de hacer una traducción del Sagrado Corán que se preocupara menos por parecer árabe o por intentar imitar la calidad literaria del texto original, y estuviera pensada más en transmitir de forma correcta y directa todos aquellos significados, profundos y espirituales, pero también de un gran orden social, que había comprendido al leerlo y estudiarlo en su idioma original. Gracias a Dios pude por fin embarcarme en una traducción del Sagrado Corán pensada para la población hispanoparlante del mundo, pero principalmente para el público latinoamericano. Junto con un equipo de colaboradores expertos, he procurado poner al alcance de musulmanes y de no musulmanes, el mensaje del Islam de la forma más cercana posible a la revelación original en idioma árabe, pero utilizando a la vez un lenguaje sencillo y explicaciones claras de los términos, de manera que el contenido del texto resulte fácil de comprender. Introducción del traductor • El Corán (traducción comentada)
9 Agradezco a Dios por haberme permitido realizar este trabajo, y Le pido que esta traducción sea de Su agrado, que sea de utilidad y gusto de los lectores, y que sirva para hacer conocer Su religión tal cual es, en una época en la que el Islam y los musulmanes somos muy incomprendidos y mal expuestos, y que acepte este trabajo hecho con total humildad. Que la paz sea con todos ustedes. Lic. M. Isa García Barranquilla, Colombia. Febrero, 2013 / Rabi Awal, 1434. Introducción del traductor • El Corán (traducción comentada)
10 Agradecimientos Quiero expresar mis más sinceros agradecimientos a todas las personas que colaboraron para que esta obra saliera a la luz: Al Emir Ahmad At-Thani, quien muy generosamente asumió los costos del proyecto, así como la impresión y distribución gratuita de esta traducción. Al Lic. Anas Amer Quevedo, egresado de la Universidad Islámica de Medina, quien revisó la traducción de cada versículo y me hizo aportes valiosísimos para la comprensión correcta de los significados. A Said Abdunur Pedraza, escritor y traductor, quien revisó esta traducción enriqueciéndola con sus conocimientos en literatura y lingüística. A la Lic. Magnolia Bustos Trujillo, quien realizó una revisión ortográfica y de estilo al texto antes de su publicación. A mi padre Enrique Francisco García, quien leyó esta traducción y me hizo aportes importantes para que fuera correctamente comprendida por un no musulmán. Y muy especialmente a mi esposa, Umm Karim Liliana Anaya, quien con mucha paciencia cedió su tiempo, especialmente las noches, y se ocupó de muchas de mis obligaciones respecto a nuestros hijos para que yo pudiera dedicarme a este trabajo. Que Dios los premie y recompense generosamente.
11 Prefacio Toda traducción tiene sus dificultades, y cuanto más elaborado es el texto a traducir, más complicaciones surgen durante el proceso, al punto que muchos expertos consideran imposible la traducción de textos literarios de gran calidad. De modo que realizar la traducción de la obra culmen del idioma árabe de todos los tiempos, es de por sí un reto enorme. A esto debe agregarse que no se trata simplemente de un texto literario, sino de un Libro Sagrado, la palabra de Dios revelada al Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él. La diversidad y profundidad de los temas tratados por el Corán, hacen de su traducción un proyecto de gran envergadura. A modo introductorio, se describe a continuación cómo llevamos a cabo este proyecto, y se explican brevemente algunos temas que el lector debe conocer para tener un mejor entendimiento del mensaje coránico, como un resumen de la historia del Corán mismo y del Islam. Antecedentes Si bien el Islam no es hoy día una de las religiones con mayor número de fieles en América Latina, se está expandiendo rápidamente por todo el continente. Ya existen mezquitas en todas las capitales y ciudades importantes de Hispanoamérica, Brasil y varios países del Caribe. También está creciendo mucho entre la población latina de Estados Unidos. Teniendo en cuenta la mala imagen que proyectan los medios de comunicación del Islam y de los musulmanes, contar con una traducción del Corán al idioma español que transmita de forma directa y sencilla el verdadero mensaje del Islam, cada vez se hace más importante y urgente por dos razones: Primera, porque los musulmanes que no conocen el idioma árabe necesitan leer los significados del Corán en su idioma para comprender y prac-
12 ticar mejor su religión, y así ser buen ejemplo de lo que es realmente un musulmán. Segunda, porque los no musulmanes que desean conocer el Islam necesitan tener una fuente confiable de información, que les permita formarse una opinión basada en lo que enseña realmente el Corán, y no en estereotipos y concepciones erróneas que han permanecido durante siglos en muchas obras de orientalistas y en algunas de las traducciones del Corán. De ahí que el objetivo de esta traducción es presentar a los hispanoparlantes el verdadero mensaje del Corán, tal como ha sido conocido, entendido y practicado por los eruditos del Islam y por los musulmanes devotos durante más de 1.400 años, para ello se basa en un lenguaje claro, sencillo, directo y actual, pensando en el público latinoamericano. Metodología De acuerdo al objetivo anterior, evité hacer una traducción demasiado literalista, apegada al estilo de traducción palabra por palabra, ya que existen muchas traducciones de ese tipo que suelen resultar confusas. Por el contrario, busqué realizar una traducción lo más exacta posible de los significados del texto coránico original, pero en un español correcto, comprensible, moderno y sin adornos innecesarios. Por lo tanto, he prescindido de formalismos del idioma árabe como letras conjuntivas o frases de énfasis, procurando exponer el significado original con todo su alcance en implicaciones teológicas y legales, utilizando correctamente la gramática española, evitando la cacofonía, la exageración de conjunciones gramaticales, así como la utilización de símbolos de escritura y énfasis —como símbolos de interrogación y admiración, y comillas para las citas y diálogos—, elementos que el texto original árabe no contiene. En aras de hacer llegar cada concepto de forma veraz y a la vez sencilla, no me he detenido en detalles que considero innecesarios para este tipo de trabajos, ya que quien quiera ahondar en la precisión de los términos y sus repercusiones lingüísticas en el Sagrado Corán, necesariamente debe hacerlo sobre el original y no sobre esta u otra traducción. El lector no debe olvidar que el Corán es el texto revelado por Dios en árabe; una buena traducción es solo un acercamiento a ese mensaje sagrado. Prefacio • El Corán (traducción comentada)
13 Tomemos como ejemplo la frase “sitatu aiam” cuando se refiere a las etapas de la creación del universo. He preferido expresarla como “seis eras” y no “seis días” —aunque lingüísticamente el término “aiam” es más cercano a “días” que a “eras”—, porque en este contexto se refiere a que existieron etapas en la creación del universo, las cuales fueron “diseñadas” por Dios, y es evidente que durante la creación del universo, el planeta Tierra y el Sol no existían, por lo que no puede referirse a días como el tiempo que tarda en rotar la Tierra sobre sí misma con respecto al sol. El enfoque de esta traducción hacia el público latinoamericano se nota especialmente en el uso de “ustedes” en lugar de “vosotros”. Por ejemplo, en lugar de “deberéis responder por vuestras obras”, utilicé “deberán responder por sus obras”. Esto se debe a que en América Latina no es usual el “vosotros”, y al lector latinoamericano este pronombre le da la idea de español antiguo, fuera de uso, mientras que esta traducción intenta mostrar un texto que habla sobre la actualidad de la revelación, pues el Corán tiene relación con la vida diaria y moderna de todas las personas. Para evitar confusiones por la malinterpretación del plural mayestático “Nos” o “Nosotros” cuando Dios habla sobre Sí mismo, en donde se asume que esta forma de expresarse se refiere a una pluralidad de la divinidad o la Trinidad, he traducido el plural mayestático original árabe a la primera persona del singular en español. En cuanto al nombre de Dios, “Al-lah”, he agregado en el primer versículo del Corán una nota sobre las características de Su nombre. Sin embargo, a lo largo de la traducción, utilicé la palabra “Dios” para traducir la palabra “Al-lah” debido a que este trabajo está dirigido al lector medio latinoamericano, que entiende por “Dios” al ser supremo, Creador de los cielos y de la Tierra, a pesar de que la utilización de este vocablo es criticada por quienes se refieren al origen lingüístico del mismo. Con esto también se ha querido enfatizar que los cristianos y judíos de habla árabe se refieren a Dios por el nombre “Al-lah”, subrayando que no se trata de una deidad distinta sino del mismo Dios de Abraham. Solamente en algunos versículos en los cuales Dios se llama a Sí mismo con el “nombre” ha sido mencionado como tal, por ejemplo en 64:13. Prefacio • El Corán (traducción comentada)
14 En cuanto a las palabras “aiat” y “sura”, fueron traducidas como versículo y capítulo respectivamente, para que la lectura resulte más fluida y comprensible, excepto cuando la palabra “aiat” se refiere a un signo o milagro de Dios. Para que el lector conozca mejor el proceso de esta traducción, a continuación explico las tres fases que la integraron: 1. Traducción Estudié el significado de cada versículo a la luz de los libros de exégesis clásicos y modernos: Tafsir At Tabari, Tafsir Al Qurtubi, Tafsir Ash Shawqani, Tafsir Ibn Kazir, Tafsir Al Bagawi, Tafsir Muhammad ibn Muhammad Al Mukhtar Ash Shanqiti, Tafsir As Sa’di y Aisar At Tafasir. La selección de términos, particularmente en temas de doctrina o jurisprudencia, tuvo como objetivo lograr que no fueran a ser mal comprendidos o sacados de contexto; y cuando se consideró necesario, se incluyeron pies de página para explicar temas particularmente importantes o para dar claridad a versículos que de manera tradicional han sido sacados de contexto por detractores del Islam en otras obras y traducciones. Tuve también en cuenta los versículos que son expuestos en los libros que tratan de los milagros científicos del Corán. En este caso, utilicé palabras modernas que describen esos fenómenos que prodigiosamente fueron mencionados hace más de 1.400 años. 2. Revisión técnica El Lic. Anas Amer Quevedo revisó la traducción de cada versículo a la luz de las obras exegéticas: Tafsir Ibn Kazir, Tafsir Al Qurtubi, Tafsir At Tabari, Tafsir Al Bagawi, Tafsir Yalalein, Tafsir As Sa’di y Tafsir Al Muiassar, haciendo comentarios y sugerencias para mejorar o cambiar el texto de aquellos versículos donde podía haber mala interpretación, o donde había una opinión diferente que debía ser considerada con más detenimiento. En algunos casos, el revisor incluyó la traducción al inglés de Muhammad Taqi Al-Din y Muhammad Muhsin Khan como referencia, y consultó a expertos en ley y jurisprudencia islámica. Prefacio • El Corán (traducción comentada)
15 3. Revisión bibliográfica, lingüística y de estilo Said Abdunur Pedraza hizo una comparación exhaustiva de cada versículo con otras traducciones del Corán al español, principalmente: la del Dr. Bahiye Mulla Huech, de Kamel Mustafa Hallak, de Abdel Ghani Melara Navío, de Ahmed Aboud y Rafael Castellanos, la de International Islamic Publishing House, y la de Julio Cortés. En ocasiones, incluyó como referencia la traducción que hizo Abdurrasak Pérez de la traducción al inglés de Muhammad Asad, y la traducción al español de Al Muntajab. En algunos casos también acudió a algunas traducciones al inglés. Esta comparación ayudó a identificar cuándo un versículo permitía diferentes formas de traducción, todas con el mismo significado y precisión, para elegir la forma más elegante y concisa posible. Así, el revisor propuso tener en cuenta palabras y frases precisas que se habían logrado en otros trabajos de traducción, o crear otras que se acercaran lo mejor posible a transmitir el verdadero significado. Finalmente, la Lic. Magnolia Bustos Trujillo realizó una profunda revisión ortográfica y de estilo de todo el texto para asegurar un margen de error mínimo. El Corán y su historia En la novela futurista Farenheit 451, un grupo de disidentes se oculta en los bosques para preservar libros. Su misión: mantener en sus memorias la mayor cantidad de textos posible, pues el gobierno los está quemando todos y pronto ya no quedará ninguno. Si eso ocurriera en nuestra realidad actual, solo un libro en todo el mundo tendría su supervivencia e integridad aseguradas, pues ha sido transmitido oralmente en una cadena ininterrumpida de memorizadores durante más de 14 siglos, y en la actualidad, decenas de miles de personas lo saben y lo recitan de memoria a diario por todo el planeta. Ese libro es el Corán. Históricamente la poesía árabe ha sido famosa por su belleza, los árabes siempre han tenido fama de grandes oradores. Sin embargo, muchos poetas árabes y mucha gente del común, acostumbrados a escuchar a diario en plazas y calles lo mejor de la poesía y la oratoria del mundo, lloraban Prefacio • El Corán (traducción comentada)
16 Prefacio • El Corán (traducción comentada) conmocionados por la belleza y la fuerza incomparables del Corán cuando era recitado. Aún en nuestros días, musulmanes y no musulmanes en todo el mundo, incluso aquellos que no conocen el idioma árabe, se estremecen al escuchar la recitación del Corán. Un libro que no vale por la calidad de la tinta o del papel en que esté impreso ni por la antigüedad de su edición, sino por la fortaleza y actualidad de su mensaje. La fuerza del mensaje coránico se ve reflejada en múltiples cosas: en la forma en que logró que las tribus árabes dejaran de combatir entre sí y se unieran en el primer Estado en la historia de Arabia, y cómo convirtió a ese Estado en la civilización más avanzada e importante del mundo en menos de un siglo; en la forma en que animó el desarrollo de las ciencias y la tecnología, en una época en que toda Europa vivía sumida en el oscurantismo; en el impacto profundo que tuvo en la vida de personalidades como Goethe, Malcolm X, Cat Stevens, y el padre de la patria andaluza, Blas Infante. En la forma en que un puñado de comerciantes honestos convirtió a Indonesia en el país con mayor cantidad de musulmanes hoy día, mostrando con su ejemplo las bondades de vivir de acuerdo a las enseñanzas del Corán. Durante la Edad Media, cuando los ejércitos en todo el mundo tenían por norma saquear las ciudades que tomaban y asesinar a su población sin distinguir entre hombres, mujeres, niños y ancianos, ocurrieron tres acontecimientos históricos que son contundentes para mostrarnos el poder del Corán. El Profeta Mujámmad, Saladino y el sultán Mehmed II, conquistaron respectivamente La Meca (630 d.C.), Jerusalén (1187 d.C.) y Constantinopla (1453 d.C.), y cuando entraron a reclamar la victoria no saquearon las ciudades, y fueron incluso más allá, respetando la vida y propiedades de sus habitantes de diferentes credos. Todo esto siglos antes de que la convención de Viena escribiera el Derecho Internacional Humanitario. También encontramos en el Corán información científica sorprendentemente exacta, que ha venido siendo corroborada por la ciencia moderna y que ha inspirado a científicos importantes a incluir versículos coránicos en sus conferencias. Entre ellos se cuentan el Dr. Persaud, ganador del premio J.C.B. Grant, otorgado por la Asociación Canadiense de Anatomistas; el Dr. Marshall Johnson, expresidente de la Asociación Teratológica de Estados Unidos; el Dr. Keith Moore, expresidente de la Asociación Americana
17 Prefacio • El Corán (traducción comentada) de Anatomistas Clínicos; el Dr. Tejatat Tejasen, exdecano de la facultad de Medicina de la Universidad Chiang Mai en Tailandia; el Profesor Yashudi Kusan, exdirector del Observatorio Astronómico de Tokio en Japón; y el famoso cirujano francés Dr. Maurice Bucaille, autor del libro La Biblia, el Corán y la Ciencia, donde concluye que solo Dios pudo revelar el Corán. El Corán incluye una amplia gama y diversidad de temas: historias de los profetas y de los pueblos de la antigüedad, lecciones morales, normas para llevar una vida sana, tranquila y honesta; leyes para construir una sociedad equitativa que asegure a todos sus miembros dignidad, seguridad y justicia; profecías, de las cuales algunas ya se han cumplido; datos científicos desconocidos por el ser humano hasta el siglo XX; una teología clara y sencilla, pero a la vez profunda y completa; descripciones de la vida en el más allá, palabras de consuelo para los creyentes, respuestas directas a las preguntas básicas que siempre han intrigado a la humanidad. Todo ello con una belleza poética y narrativa inigualable, tanto que en sus propias páginas el Corán reta a los seres humanos a crear un texto que pueda igualarlo. Incluso el Quijote, considerado la mejor obra literaria jamás escrita, y las obras de Shakespeare, han sufrido plagio. Estos y muchos otros ejemplos comprueban que por muy grande que pueda ser un escritor, siempre es posible imitar su estilo, su obra, y confundir incluso a lectores expertos. Pero aunque muchas veces se ha intentado plagiar, imitar o incluso modificar el Corán, ha sido imposible. La revelación de este libro sinigual comenzó con un evento perturbador. Mientras se encontraba solo en una cueva donde solía alejarse del mundo para rezar y reflexionar, el profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, sintió el abrazo asfixiante de un ser brillante que lo tomó por sorpresa. Sin posibilidad de escape y sintiéndose cerca de la muerte, escuchó a este ser darle una orden: “¡Lee, en el nombre de tu Señor!” Ese fue el primer versículo coránico en ser revelado, que corresponde al capítulo 96, versículo 1. En un principio, temiendo ser tomado por loco, no habló de lo ocurrido más que con su esposa Jadiya, que lo escuchó con paciencia mientras él temblaba de miedo entre sus brazos. Ella fue la primera en reconocer que se trataba de un mensaje de Dios, y fue la primera persona que creyó en la profecía de Mujámmad, incluso antes que el propio Mensajero.
18 Prefacio • El Corán (traducción comentada) El ser que había atemorizado al Profeta no era otro que el ángel Gabriel, el mismo que le había anunciado a María que sería la madre virgen de un profeta creado por Dios en su vientre: Jesús. La historia de Jesús y sumadre también sería revelada como parte del Corán, en el capítulo 19, titulado “María”. El ángel volvió a presentarse ante Mujámmad muchas veces para transmitirle el mensaje divino. El Corán fue revelado de manera paulatina durante los siguientes 23 años, tiempo en que los seguidores del Profeta llegaron a ser más de cien mil. Gradualmente, la comunidad de musulmanes no solo creció en número, sino que fue tomando forma de nación y de Estado, hasta convertirse en la civilización más influyente de la Tierra. Menos de un siglo después de la muerte del Profeta, el mensaje coránico había llegado a todo Oriente Medio, el norte de África, Asia central hasta China e India, y la Península Ibérica. Hoy día, el Corán es el Libro Sagrado de más de 1.300 millones de musulmanes, que lo recitan durante sus cinco oraciones diarias en todo el mundo. Si bien el Corán fue revelado en árabe y la nación islámica se formó originalmente en Arabia, actualmente los musulmanes árabes son menos del 20% de todos los musulmanes del mundo. Datos recientes han revelado que existen más musulmanes en Alemania que en el Líbano, y más en Rusia que en Jordania y Libia juntas, superando los 6 millones en Francia. Desde la década de 1970, el Islam se ha mantenido como la religión de mayor crecimiento en el mundo, y el Vaticano ha reconocido que desde 2006 el Islam tradicional (sunismo) se ha convertido en la denominación religiosa con mayor número de fieles en el planeta, dejando al Catolicismo Romano en segundo lugar. En América Latina y el Caribe el Islam crece a diario, especialmente entre la población femenina, y es también la religión de más rápido crecimiento entre la comunidad latina de Estados Unidos. Por todo el globo, en cada comunidad islámica hay musulmanes que han aprendido de memoria fragmentos del Corán en árabe, y en muchas de ellas hay al menos un musulmán que lo ha memorizado por completo, convirtiéndolo en el libro más leído y memorizado en la historia. También han aparecido a lo largo de la historia, traducciones de su mensaje a más de 100 lenguas.
19 Prefacio • El Corán (traducción comentada) Recopilación y preservación del Corán A medida que el Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, iba recibiendo la revelación divina, sus escribas la iban poniendo por escrito en diferentes materiales: cuero, cortezas de árboles, huesos… Al mismo tiempo, el Profeta recitaba a sus seguidores cada nueva parte revelada, recitaba diferentes fragmentos del Corán todos los días durante las oraciones, y todos los años durante el mes de Ramadán recitaba en público lo que le había sido revelado hasta ese momento. Muchos de quienes lo escuchaban, escribían partes del Corán, y muchos otros lo memorizaban. Cuando él murió, existían muchos fragmentos escritos del Corán, también había docenas de musulmanes que lo sabían de memoria. Uno de ellos era Zaid ibn Zabit, quien fue escriba del Profeta. Por órdenes de Abu Bakr, primer califa de la nación islámica, Zaid encabezó un comité que se encargó de reunir todos los fragmentos existentes del Corán, corroborarlos con los memorizadores más prominentes, y poner el texto por escrito en forma de libro. Este primer manuscrito fue terminado y aprobado por los compañeros del Profeta unos dos años después de su muerte. Aproximadamente diez años después de esta compilación, el tercer califa, Uzmán, convocó al mismo Zaid a formar parte de otro grupo de compañeros del Profeta y memorizadores del Corán, quienes tomaron este manuscrito e hicieron varias copias del mismo, que fueron distribuidas por todo el vasto territorio islámico. Algunas de esas copias se conservan aún en el museo de Tashkent en Uzbekistán, en el museo de Topkapi en Turquía, y dos en Egipto, en la mezquita Al Husein y en la Biblioteca Nacional. Otra fue conservada en Siria hasta 1892 cuando un incendio la destruyó, pero para entonces ya se habían hecho copias de la misma. Diferentes personas y organizaciones han comparado, a lo largo del tiempo, estas copias con manuscritos antiguos de diferentes épocas y ediciones recientes del Corán, comprobando una y otra vez que el texto coránico que hoy se recita a diario en las mezquitas de todo el mundo, es exactamente el mismo que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, enseñó a sus compañeros, que Dios esté complacido con ellos.
20 Prefacio • El Corán (traducción comentada) El Corán no solo ha sido preservado intacto en su forma escrita, sino que siempre han existido memorizadores que lo han transmitido de forma oral, enseñando no solo su contenido sino las formas correctas de recitarlo. Además, también se ha registrado y preservado la vida del Profeta Mujámmad, quien siempre vivió en estricto cumplimiento del texto coránico. Cuando comparamos las copias escritas del Corán con las recitaciones trasmitidas de generación en generación, y con las tradiciones del Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, encontramos una coherencia y unidad que nos comprueban, sin lugar a dudas, que el Corán no ha sufrido alteración alguna. El Islam y sus pilares “Lee”. Con esa orden directa, se inició una nueva etapa en la vida de toda la humanidad. En una cueva oscura, en el interior de una montaña en medio del desierto, la voz del ángel Gabriel retumbó repitiendo las palabras de Dios: “Lee, en el nombre de tu Señor”. Nadie podría haber sospechado que en ese instante cambiaba el curso de la historia del hombre. Pero ese no fue el inicio del Islam. El Islam comenzó con la creación del universo. Como concepto, Islam significa someterse a la voluntad de Dios. Es lo que han enseñado todos los profetas, de Noé a Abraham, de Moisés a Jesús. El mensaje del Islam ha sido el mismo desde el inicio del tiempo, y permanecerá inalterado hasta su final: solo existe un Dios, Uno y Único, y solo a Él debemos alabar y pedir ayuda, pues toda fuerza proviene de Él y nada ocurre en el universo sino por Su voluntad. Con la revelación del Corán se recuperó el mensaje y el espíritu originales de las revelaciones anteriores (la Tora, los Salmos y el Evangelio), y la religión eterna de Dios recibió el nombre de Islam. Desde entonces, Dios nos anuncia que Mujámmad es Su último enviado, Sello de la Profecía, y que el Corán es Su última revelación, que Él mismo mantendrá preservada hasta el Día del Juicio. El Islam no es, en sentido estricto, una religión; más bien es una forma de vida. Como toda religión, establece la moral y la creencia, y regula en buena parte el comportamiento y modales de las personas que la siguen. Pero a diferencia de las demás religiones, el Islam establece también un sistema
21 Prefacio • El Corán (traducción comentada) político y de gobierno, un sistema financiero y económico, un sistema social, una filosofía de vida, unas políticas de preservación medioambiental, todo enmarcado en principios universales de respeto a la vida, la dignidad y la propiedad de las personas, de cooperación, solidaridad y justicia entre los hombres y entre las naciones, de trato amable hacia todas las personas (incluyendo los enemigos) y los animales, y de obediencia estricta a las leyes de Dios. La primera palabra de la revelación del Corán enmarca el espíritu islámico de amor por el conocimiento. El Islam enseña que la fe no puede ser ciega, sino que tiene que nacer y fortalecerse con el conocimiento. No hay mayor enemigo de los pueblos, ni mayor amigo de los tiranos y los opresores, que la ignorancia. Y nadie está en mayor peligro de caer en fanatismos y extremismos que quien cree algo a ojos cerrados, incluso en contra de su propia lógica. “Lee”. Conoce tu religión y practícala, conoce tus derechos y exígelos, conoce tus obligaciones y cúmplelas; aprende qué es lo bueno, hazlo y promuévelo; aprende qué es lo malo, condénalo y aléjate de ello. Tal es la importancia de esta orden, que cuando el Profeta Mujámmad se vio obligado a combatir para defender a su comunidad y tuvo que afrontar el asunto de los prisioneros de guerra, en un acto sin precedentes en la historia, ordenó a sus hombres que liberaran a todo aquel que enseñara a leer y escribir a cinco musulmanes. El conocimiento, además, nos une. Los musulmanes tenemos un objetivo en común: servir a Dios. Nos alejamos de las mismas cosas: de aquello que Dios ha prohibido. Buscamos realizar a diario las mismas cosas: aquello que agrada a Dios. Bebemos de la misma fuente del conocimiento: el Corán y las tradiciones auténticas del Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él. Cuando un musulmán se orienta hacia La Meca y comienza a recitar en árabe el primer capítulo del Corán mientras realiza su oración, puede estar seguro de que en ese mismo instante, en diferentes lugares del mundo, otros musulmanes están orientados hacia el mismo lugar, pronunciando exactamente las mismas palabras, mientras rezan de la misma forma que él. Al crearnos, Dios nos dio alma así como cuerpo. Por ello, el Islam descansa sobre seis pilares de la fe, que deben estar presentes en el alma y el corazón
22 Prefacio • El Corán (traducción comentada) del musulmán, y sobre cinco pilares prácticos de adoración a Dios y servicio al prójimo, que el musulmán debe cumplir con su cuerpo y su mente. Sin los primeros, la adoración se convierte en una serie de rituales vacíos, carentes de sentido, meros ejercicios físicos. Y sin los segundos, la fe se convierte en palabras huecas, pues no se manifiesta externamente y, por tanto, es incapaz de transformar la vida y la sociedad del creyente. Los seis pilares de la fe son: 1. Creer en Dios, glorificado y alabado sea, Creador de todo cuanto existe, indivisible, Quien no tiene copartícipes ni asociados, es Dueño y Señor de la creación y no comparte Su Señorío; no ha engendrado ni ha sido engendrado, no necesita de nada ni de nadie y todos necesitamos de Él; no hay nada ni nadie que Se le asemeje, todo proviene de Él, y por lo tanto solo Él merece ser adorado. 2. Creer en los ángeles, criaturas de luz creadas por Dios para servirlo, que la paz sea con todos ellos. No tienen libre albedrío, por lo que les es imposible rebelarse contra Él. 3. Creer en los libros revelados. Dios ha revelado a los seres humanos Su mensaje y Sus leyes muchas veces en la historia. Entre los libros que Dios ha revelado están la Tora, los Salmos, el Evangelio, y muchos otros que no conocemos. Sin embargo, todos estos libros han sido modificados, alterados y tergiversados con el paso del tiempo, por lo que solo el último de ellos, el Corán, es la palabra de Dios, pues es el único que se conserva inalterado. 4. Creer en los profetas. En todos los tiempos, Dios ha enviado profetas y mensajeros a todos los pueblos, y todos ellos proclamaron el mismo mensaje de unicidad del Creador. Desconocemos a la mayoría de ellos, pero sabemos que el último de los profetas, Mujámmad, siguió el mismo camino trazado por todos, incluyendo a Moisés y a Jesús, por lo que seguir a Mujámmad es seguir a sus antecesores. 5. Creer en el Día del Juicio. Esta vida es pasajera, estamos aquí para adorar y servir a Dios, y todos moriremos. Pero un día, seremos resucitados y tendremos que rendir cuentas ante Dios de todas nuestras obras. Ese día cada quien recibirá lo que merece, nadie será tratado con injusticia, y unos entrarán al Infierno, mientras otros entrarán al Paraíso.
23 Prefacio • El Corán (traducción comentada) 6. Creer que todo proviene de Dios, lo agradable y lo desagradable. Nada ocurre sino con el permiso de Él, y ni un átomo del universo se mueve sino por Su voluntad. Él nos ha concedido el libre albedrío, pero en su infinito conocimiento lo sabe todo antes de que suceda. Él es Quien determina nuestro destino, y por ello, nadie puede beneficiarnos ni perjudicarnos más allá de lo que Él decreta para cada uno de nosotros. Los cinco pilares prácticos de adoración son: 1. La declaración de fe: Una persona ingresa al Islam al decir de forma libre y consciente lo siguiente: “Atestiguo que no existe divinidad salvo Dios, y atestiguo que Mujámmad es Su siervo y Mensajero”. Esta profesión de fe es repetida por los musulmanes a diario en sus oraciones y otras actividades. Decir esto implica abandonar cualquier acto de culto a santos, ídolos, ancestros, líderes o criaturas, y adorar solo a Dios Todopoderoso. Implica también que aceptamos a Mujámmad como Mensajero de Dios, como nuestro guía, y al aceptarlo a él se aceptan a todos los profetas y mensajeros anteriores. 2. La oración: Es obligación realizar cinco oraciones diarias (al alba, a mediodía, a media tarde, al ocaso y en la noche). La oración debe realizarse siguiendo unos pasos rituales específicos y tras una purificación ritual. El creyente puede, además, realizar oraciones voluntarias durante el día o la noche. La oración puede realizarse en solitario o en comunidad, en la mezquita o en cualquier lugar limpio que no sea utilizado como lugar de adoración a deidades falsas. 3. El zakat: El pudiente está obligado a entregar un 2.5 % de su ahorro anual para obras de caridad. El zakat garantiza la redistribución de la riqueza, una preocupación reciente en el mundo occidental, pero que está contemplada desde hace más de 1.400 años en el Islam. Adicional al zakat, el Islam anima a los creyentes a brindar caridad a diario. La caridad no se entiende solo como un asunto monetario. Siempre que el musulmán ayuda a otra persona, busca su bienestar, incluso con una sonrisa, está haciendo caridad. El trabajo en pos del bienestar colectivo, como retirar obstáculos de un camino o poner anuncios de peligro para evitar accidentes, también se considera una forma de caridad.
24 Prefacio • El Corán (traducción comentada) 4. El ayuno: Es obligación ayunar durante todo el mes de Ramadán cada año (el noveno mes del calendario lunar islámico). El ayuno se realiza cada día desde el alba hasta el ocaso, pudiéndose comer y beber durante la noche. El ayuno purifica el cuerpo, fortalece la voluntad y ayuda al creyente a concientizarlo por experiencia propia sobre lo que sienten a diario los más necesitados. Ayunar y romper el ayuno en comunidad, compartiendo el hambre durante el día y la comida durante la noche, estrecha y fortalece los lazos sociales y familiares. También se pueden realizar ayunos voluntarios en otras épocas del año. 5. La peregrinación a La Meca: Todo musulmán y toda musulmana que esté en capacidad física, mental y económica de realizar la peregrinación, debe hacerla al menos una vez en su vida. Esta es la mayor peregrinación religiosa del mundo, cerca de tres millones de personas se reúnen en la Mezquita Sagrada de La Meca cada año y hacen la oración al unísono como parte de los rituales de la peregrinación. “Lee”. No existen intermediarios entre el creyente y su Creador, por eso no hay clero en el Islam. El conocimiento está a disposición de quien lo busca, y es obligación de todo musulmán, hombre o mujer, buscarlo durante toda su vida. Pero no olvides lo esencial: “¡Lee, en el nombre de tu Señor!” No busques el conocimiento para tu gloria personal. Sé humilde y busca el conocimiento para agradar a Dios y trabajar por Su causa. Esa es la esencia de seguir el Islam, de ser musulmán. El Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él “Lee”. La orden que cambió el curso de la historia fue dada por Dios, a través del ángel Gabriel, a un analfabeto. “No sé leer”, respondió aterrado Mujámmad, inocente del destino para el que había sido preparado toda su vida. “¡Lee, en el nombre de tu Señor, Quien ha creado todas las cosas!”, le replicó el ángel. A sus 40 años de edad, el Profeta Mujámmad era muy conocido en su ciudad, La Meca. Todos sabían que era un comerciante exitoso y honrado, dirigente de caravanas, esposo de una rica empresaria mayor que él, y le tenían un profundo respeto. Lo apodaban “El Confiable” y era famoso por su
25 Prefacio • El Corán (traducción comentada) honestidad y su habilidad para la mediación de conflictos. Su palabra valía más que cualquier contrato. Pero había una virtud que no poseía: a su edad, resultaba evidente para todos que Mujámmad no era un gran orador ni un poeta. Y sin embargo, un día, por un milagro que en un comienzo muy pocos aceptaron, Mujámmad superó a todos los grandes oradores y poetas, e hizo temblar la estructura social de La Meca desde sus cimientos, con una recitación tan excelsa, hermosa y magnífica, como revolucionaria y radical. Los hombres no son más valiosos que las mujeres ni lo contrario. Los árabes no son mejores que los no árabes ni lo contrario. Los blancos no están por encima de los negros ni lo contrario. Los ricos tienen la obligación de ayudar a los pobres, las mujeres son libres de tener posesiones y comerciar, y todos tienen derecho a la educación y a una vida digna. No existe más que un único Dios verdadero, que no tiene forma humana, que no puede ser representado en forma alguna, y que es tan Compasivo como Justo, tan Poderoso como Benévolo, tan Severo como Amoroso. Y nadie, ni reyes ni profetas, ni artistas ni indigentes, ni sabios ni empresarios, absolutamente nadie está por encima de la Ley de Dios ni tiene derecho a cambiarla en lo más mínimo. Semejantes ideas convirtieron a Mujámmad y a sus compañeros en perseguidos. Mujámmad nació en La Meca, Arabia, en el año 570 d.C., y quedó huérfano desde edad temprana. Pasó necesidades. Trabajó desde pequeño, fue pastor y se forjó una buena vida. A sus 40 años se encontraba en su mejor momento. Pero en cuanto comenzó a transmitir la revelación divina, la vida se le fue haciendo cada vez más difícil. Fue víctima de burlas, discriminación, insultos y distintos tipos de ataques, cada vez peores y más frecuentes. Él y sus compañeros fueron sometidos a hambruna, ostracismo y persecución. Luego comenzaron las torturas y los asesinatos de sus compañeros. La situación era tan grave, que el Profeta envió a un grupo de ellos a refugiarse en Etiopía, donde fueron protegidos por un rey cristiano. Trece años después que comenzara la revelación del Corán, el profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, lo había perdido todo: su reputación arruinada, sus negocios destruidos, su esposa había muerto, su riqueza y propiedades confiscadas, algunos de sus compañeros habían sido asesinados y otros se habían exiliado, y su tío y único protector tribal acababa de morir. Ahora pendía sobre él una amenaza de muerte y
26 Prefacio • El Corán (traducción comentada) solo le quedaba emigrar junto con sus seguidores, cuyo número apenas había excedido el centenar en trece años de prédica incansable y difícil. Si hubiera sido un profeta falso, a este punto de la historia ya se habría dado por vencido. ¿Qué objeto tenía insistir en una religión que en lugar de darle fama, poder y dinero, le había arrebatado todo lo que había logrado en su vida? Años atrás, los dirigentes de La Meca, el clan de los Quraichitas, le habían ofrecido nombrarlo su rey y convertirlo en el hombre más rico y poderoso de Arabia. Pero Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, no procuraba satisfacer sus gustos, sus deseos ni sus necesidades. No tenía afán de gloria o riqueza. Solo estaba cumpliendo con la misión que Dios mismo le había encargado, y estaba dispuesto a pasar por todas las penurias que Dios le pusiera en el camino. Así que a sus 53 años, el Profeta decidió emigrar con su gente. Setenta musulmanes viajaron hacia el oasis de Yazrib. Una vez que estuvieron allí a salvo, el Profeta se dirigió a su encuentro en compañía de su mejor amigo, Abu Bakr As Sidiq, quien lo sucedería tras su muerte como primer califa de los musulmanes. Fue un viaje duro a través del desierto, con sus enemigos persiguiéndolo de cerca. Este suceso, conocido como hégira, marcó el inicio del calendario islámico. Los pobladores de Yazrib cambiaron el nombre de la ciudad por el de Madinat Unnabi (la ciudad del Profeta) y allí el Profeta fundó el primer Estado islámico. Se convirtió en gobernante, y aun así llevó una vida austera, al punto de dormir en una estera de cuero rellena de hojas de palma. Bajo su mando, Madina se convirtió en una ciudad próspera en muy poco tiempo, y sus enemigos sintieron celos de su éxito y temor de que regresara a cobrar venganza. Los Quraichitas se armaron y salieron a destruir a la nación musulmana. Con el permiso divino y siguiendo las normas estrictas relacionadas con la guerra que fueron reveladas en el Corán, los musulmanes organizaron para defenderse un pequeño ejército, que de manera milagrosa venció en la primera batalla a una fuerza que lo triplicaba y que estaba mucho mejor preparada y armada. Más tarde, tras cinco años de batallas, unas ganadas y otras perdidas, el Islam había crecido a tal punto que Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, se presentó a las puertas de La Meca con un ejército de más de 10.000 hombres. Entró a la ciudad sin
27 Prefacio • El Corán (traducción comentada) derramar una sola gota de sangre. Vio a la cara a aquellos que lo habían insultado, perseguido y atormentado durante años, los mismos que habían intentado asesinarlo, que habían ultrajado a sus compañeros, y que habían enviado ejércitos en su contra. No tomó represalias contra ellos. Respetó sus vidas y sus propiedades, e incluso aceptó como hermanos a todos aquellos que decidieron abrazar el Islam. Solo tres años después, enfermó y murió. Comerciante, líder religioso, estadista, maestro, juez, estratega militar, soldado, administrador, diplomático, amigo, esposo, padre, consejero, reformador, profeta, hombre. La vida de Mujámmad está detallada como la de ningún otro personaje de la historia. Una vida que es un modelo a seguir. El astrofísico estadounidense Michael Hart publicó en 1978 su listado de las cien personas más influyentes de la historia. En el número uno ubicó al Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, por su tremendo éxito tanto en el campo secular como en el campo religioso. Este reconocimiento es uno de muchos que se vienen dando en el mundo occidental, que a pesar de la mala prensa que se le da continuamente al Islam, está valorando cada vez más sus enseñanzas y el ejemplo de vida del Profeta Mujámmad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él. Solo resta decir: “¡Lee, en el nombre de tu Señor, Quien ha creado todas las cosas!” (Corán 96:1) Sobre el traductor Isa García nació en Argentina, es licenciado en Lengua Árabe y en Teología Islámica de la Universidad de Umm Al-Qura de la ciudad de La Meca en Arabia Saudí, especializado en la misma en los “Orígenes de las tradiciones Proféticas”. Cursó estudios en mediación y resolución de conflictos en Estados Unidos. Ha sido director del departamento de español en las editoriales International Islamic Publishing House y Darussalam, y de diferentes páginas web islámicas. Permanentemente dicta conferencias en diferentes países de América Latina y Europa, y en Estados Unidos. Ha trabajado como traductor del árabe y del inglés al español durante los últimos 15 años, y es también autor de obras sobre teología islámica y distintos temas sociales que afectan a la comunidad islámica.
29 Capítulo 1 El Inicio1 1. En el nombre de Dios2, el Compasivo con toda la creación, el Misericordioso con los creyentes3. 2. Todas las alabanzas son para Dios, Señor4 de todo cuanto existe, 3. el Compasivo, el Misericordioso. 4. Soberano absoluto del Día del Juicio Final, 5. solo a Ti te adoramos y solo de Ti imploramos ayuda. 6. ¡Guíanos por el camino recto! 7. El camino de los que has colmado con Tus favores, no el de los que cayeron en Tu ira, ni el de los que se extraviaron. 1 Al-Fátihah الفاتحة : La Apertura, el Inicio [del Corán]. Los títulos de los capítulos no son parte constitutiva de la revelación coránica. A menudo una palabra en particular perteneciente al capítulo o que definía el tópico principal de éste, se volvía común entre los compañeros del Profeta y los sabios posteriores como forma de referirse a dicho capítulo, y de allí derivaba en nombre. Aunque algunos nombres como Al-Fátihah fueron usados por el Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, para referirse a un capítulo en particular, no fueron designados por él como título. 2 Al-lah الله : Es un nombre propio exclusivo de Dios, el Único y Todopoderoso, Creador y Sustentador de los cielos y la Tierra y de todo lo que hay en ellos, el Eterno y Absoluto, el merecedor de toda forma de adoración. La forma de pronunciarlo es la siguiente: “Al-laj”, con la “jota andaluza” suave y aspirada, o la hache inglesa, enfatizando en la pronunciación de la “L”. Es sabido que cada idioma tiene uno o varios términos para referirse a Dios y, en ocasiones, para otras deidades. Éste no es el caso de “Al-lah”. “Al-lah” (del árabe al-ilah: el Dios) es el único nombre de Dios, no tiene género ni plural; por tanto, es un término que señala la unidad de lo designado. Cuando los contemporáneos del Profeta le preguntaron acerca de Dios, él recibió como revelación del capítulo 112, que resume la esencia del monoteísmo y unicidad de Dios: no ha engendrado, no ha sido engendrado, nada ni nadie es semejante a Él. El Islam rechaza cualquier intento de caracterizar a Dios, y menos aun tomando rasgos humanos que hagan prevalecer a una raza sobre las demás. 3 Ar-Rahman t الرحمن y Ar-Rahim الرحيم son dos palabras derivadas del árabe rahma رحم , que significa misericordia. En la lengua árabe ambos tienen el significado superlativo de “Misericordiosísimo”. Mediante la cita de ambos nombres se intenta dar un significado más completo. Ar-Rahman, traducido como el Compasivo, implica un significado más amplio, que es misericordioso hacia toda la creación. La justicia es parte de esta compasión. Ar-Rahim, traducido como Misericordioso, incluye el concepto de especificidad, es decir, una forma especial de misericordia concedida solamente a los creyentes. El perdón es parte de esta misericordia. 4 Cuando se refiere a Dios, el término árabe Rabb - ّ رب , traducido como “Señor”, incluye los significados de poseedor, amo, gobernante, controlador, sustentador, proveedor, guardián y cuidador. Capítulo 1 El Inicio • El Corán (traducción comentada)
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